El sector productor y exportador de Santa Cruz, se encuentra muy preocupado por la actitud pasiva y poco ejecutiva asumida por el Gobierno de Bolivia, respecto al Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y Colombia, cuyas negociaciones han finalizado con resultados nefastos para el sector exportador boliviano, en ausencia de una estrategia adecuada, además de las malas señales enviadas por el país a ambos países, durante las últimas semanas, dice un comunicado de Cámara de Exportadores de Santa Cruz.
Como es de conocimiento público, los resultados de las negociaciones del TLC, son alarmantes para el sector exportador, ya que el gobierno de Colombia otorgó a EEUU, acceso inmediato para 900.000 toneladas en torta y grano de soya.
Este resultado significa que nuestro país quedaría virtualmente fuera del mercado Colombiano, plaza que absorbe más de 160 millones de dólares en divisas para el país y que representa más de 120.000 empleos directos e indirectos.
Esta es la información real, y no existe en absoluto ninguna garantía de poder seguir exportando al mercado colombiano durante los próximos 5 años –como se ha pretendido hacer ver desde el Gobierno- ya que dicho país a la entrada en vigencia del TLC, podrá importar grano de soya sin aranceles desde los EEUU, para transformarlo en aceites y torta, desplazando directamente nuestra oferta. Cabe recordar que el mercado andino representa para Bolivia el 90% de las exportaciones de las oleaginosas, y cerca de 500 millones de dólares para las exportaciones bolivianas.
Cabe recalcar, que el sector exportador inicio gestiones ante el Gobierno, logrando reunirse en el mes de enero con el Presidente Sr. Evo Morales Aima, el Vicepresidente de la República, señor Álvaro García Lineras, el Ministro de Planificación Carlos Villegas y otros miembros de su equipo económico y político, en la que el sector exportador hizo conocer la agenda de trabajo, además de nuestra profunda preocupación por el desvanecimiento del Mercado Andino por la inminente firma del TLC Andino, es pertinente realizar algunas aclaraciones con relación a las reuniones y compromisos asumidos por ambas partes: Exportadores y Gobierno.
Posteriormente, se conformó una comisión compuesta por representantes de los exportadores y el Delegado por el Gobierno para el seguimiento de las Negociaciones del TLC Andino. Esta comisión viajo a la penúltima ronda de negociaciones, desarrolladas en Washington, con el propósito de reunirse con autoridades de Colombia y Estados Unidos y plantear a ambas partes, nuestra preocupación por la posible afectación al mercado de las oleaginosas, logrando el apoyo de Colombia, siempre y cuando se demuestre por la parte boliviana el apoyo recíproco para permitir la conclusión de sus negociaciones con los EEUU en materia de Propiedad Intelectual.
Recordamos al señor Presidente que, pese a las intensas gestiones realizadas para coordinar este tema -que resultaba clave para nuestras aspiraciones- con el Vicepresidente de la República Álvaro García Linera, y pese al esfuerzo desplegado para lograr una audiencia a fin de tratar la problemática, cumplimos como sector exportador en informar a la opinión publica, que lamentablemente no recibimos respuesta alguna por parte del Gobierno hasta la fecha, pese a las interminables solicitudes, gestiones personales y llamadas telefónicas.
Cabe reflexionar, de qué sirvieron todas las gestiones que por años se vinieron haciendo a diferentes niveles pidiendo a Colombia y a EEUU el considerar la genuina aspiración boliviana de conservar el mercado colombiano para nuestras exportaciones de oleaginosas, cuando de manera deliberada el Gobierno boliviano –cuando tuvo la oportunidad de apoyar a Colombia en el cierre de su negociación del TLC- cometió el grave error de no hacerlo, perdiendo negligentemente la posibilidad de garantizar el principal mercado para las oleaginosas de Bolivia.
Es importante recordar que los países andinos se encuentran en total libertad para negociar acuerdos comerciales con terceros países, siempre y cuando se salvaguarden todos los productos sensibles de cada uno de los países miembros de la CAN, posición que se encuentra respaldada por la Decisión 598 de la Comunidad Andina, derecho que debió ser defendido sistemáticamente por las autoridades del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de Bolivia.
Por ello, el sector exportador demanda de parte del Gobierno, en lo interno, una mayor atención a este sector, y en lo externo, solicitar una reunión de emergencia a nivel de Presidentes de los países miembros de la Comunidad Andina, reiterando que la Agenda a desarrollar deberá ser coordinada y consensuada con el sector privado.
De otra parte, resulta ineludible referirnos a una información recurrentemente vertida por funcionarios del Gobierno respecto a potenciales mercados para las oleaginosas en Venezuela y países de Asia. Nos llama profundamente la atención que Acuerdos de la naturaleza como los firmados con Venezuela no hayan sido consensuados con el sector productor ni exportador, además de no haberlos hecho conocer de manera oficial a dichos sectores, probablemente porque estos consagran un incumplimiento a los dictados del libre comercio por parte de Venezuela en el seno andino. En ese sentido, nos corresponde informar al señor Presidente, que Venezuela, a diferencia de cualquier otro país miembro de la Comunidad Andina, maneja indebidamente cupos de importación, como lo manifiesta el “Acuerdo entre Bolivia y la República Bolivariana de Venezuela para la compra de 200.000 TM de Oleaginosas”, lo que constituye una administración del comercio, contradictorio a los dictados del libre comercio andino. Dicho sea de paso, la cantidad que ofrece adquirir Venezuela no alcanza a cubrir ni el 30 % de lo que se podría perder del mercado Colombiano, al margen de que la modalidad de trueque establecido y aspectos inherentes al manejo de precios y logística, siembran una gran incertidumbre para el sector productor y exportador de oleaginosas.
Por otra parte, cuando el señor Presidente menciona a los potenciales mercados Asiáticos como la China, cabe aclarar que Bolivia no es un país exportador de grano de soya, sino mas bien de productos derivados de soya, siendo el de mayor importancia la torta de soya, por lo que la propuesta de realizar exportaciones de un millón de toneladas de soya a la China no resulta nada seria, ya que tratándose de mercados libres -el chino, europeo o el africano- compran a precio del mercado internacional, no teniendo Bolivia ninguna preferencia en mercados desprotegidos, debiendo competir en inferioridad de condiciones frente a otros países que por escala de producción o por mejor posición geográfica, llegando con menores costos.
Para conocimiento del Gobierno, en caso de vender en el mercado libre, el sector recibiría en su conjunto entre 50 a 55 dólares menos por tonelada exportada, viendo afectado su ingreso en un promedio de 100 millones de dólares anuales, correspondiendo preguntar entonces a usted señor Presidente si esto sería un buen negocio y ¿quien pagaría tal diferencial? Claramente, tener que vender a precio internacional implicaría un menor precio al productor de la materia prima, el grano. Por eso, es que el sector exportador ha insistido permanentemente en la importancia de preservar los mercados preferenciales, como los de la CAN.
En este sentido, la situación generada a raíz de la dejadez presidencial, es tremendamente preocupante, pues la pérdida de un mercado tan importante podría generar un grave problema no solo para los exportadores, sino fundamentalmente los productores agrícolas, pero también para los industriales y –como efecto de cadena- para la economía boliviana. Por ello, nuestra frustración de ver que su Gobierno está inmerso en una agenda política, descuidando el manejo de la política económica y comercial del país, poniendo en serio riesgo el futuro del sector oleaginoso, del sector exportador, de Santa Cruz y del país.
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