RIO DE JANEIRO (Reuters) - Más de un millón de enfervorizados admiradores asistieron el sábado por la noche a un espectáculo de los Rolling Stones en las arenas de la famosa playa de Copacabana de Río de Janeiro.
Los sesentones rockeros captaron la atención del público en su show gratuito con viejas canciones de los años 60 y algunas de su más reciente álbum, terminando con su éxito "Satisfaction".
Mick Jagger y sus tres compañeros, con más de cuatro décadas de actividad, actuaron sobre un enorme escenario levantado sobre la arena frente al hotel donde se hospedaron, y al que llegaron por una pasarela elevada que atravesó la avenida costanera.
Más de 2.000 policías fueron desplegados para dar seguridad al evento, además de los 16.000 destinados al control de todo el estado de Río de Janeiro debido al espectáculo, al que asistieron seguidores de la banda provenientes de todo Brasil y del exterior.
Desde tempranas horas de la mañana, personas de todas las edades, pero principalmente jóvenes, muchos con mochilas, buscaron reservar un lugar próximo al palco en la arena, mientras otros incluso treparon a los árboles sobre la avenida para lograr saborear el espectáculo lo más cerca posible.
El show, parte de la gira mundial Bigger Bang, atrapó a los seguidores de los Stones, que se mecían y agitaban sus manos parados en la arena a lo largo de cientos de metros en la playa de Copacabana.
Decenas de embarcaciones anclaron en el mar frente al palco, algunas a pocos metros de la playa, mientras varios helicópteros y un dirigible sobrevolaban el lugar.
Los veteranos músicos, ademas de conseguir la respuesta del público con su música y cantos, sorprendieron por su estado físico al permitirse dos horas de movimientos y pasos de baile.
Jagger, que en la última parte apareció luciendo una camiseta con la bandera de Brasil en el pecho, atrajo más simpatía al pronunciar algunas palabras y breves frases en portugués.
La fiesta comenzó temprano en la mañana, cuando ya se veían grupos, muchos de jóvenes con tatuajes en sus cuerpos y coloridos peinados, dirigiéndose al lugar del show, mientras numerosos vendedores de comida y bebidas poblaban la playa.
Un grupo de cuatro aviones sobrevoló varias veces la playa durante la tarde dejando estelas de humo, mientras helicópteros de la policía apoyaban la vigilancia desplegada en la playa y calles vecinas.
La Defensa Civil dijo al finalizar el espectáculo que no hubo informaciones de incidentes graves entre los espectadores, estimados por un miembro del cuerpo de bomberos en más de un millón.*.
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