Caracas 18 feb (PL) Dos libros de diferentes temas y autores que circulan hoy coinciden en responsabilizar a George W. Bush en casos de injerencia en Venezuela, un patrón que los acontecimientos recientes indican sigue sin abandonarse.
En opinión de la abogada estadounidense Eva Golinger, autora de El código Chávez, la fundamentación documental es la base tanto de esa obra como de El terrorista de los Bush, de los periodistas venezolanos Ernesto Villegas y Alexis Rosas.
El libro de la estadounidense denuncia el apoyo de Washington a la oposición venezolana, mientras El terrorista expone pruebas sobre la vinculación de Bush con el criminal de origen cubano Luis Posada Carriles y sus socios.
En entrevista con Prensa Latina, Golinger recordó que su investigación se basó en documentos desclasificados parcialmente por las autoridades estadounidenses, mientras la de Villegas-Rosas se sustenta en expedientes de la Inteligencia venezolana.
Subrayó que los documentos de la Policía Política venezolana (DISIP), que pretendieron ocultar, están saliendo a la luz y comprueban la complicidad de Estados Unidos en actos de terrorismo.
Esas pruebas, parte del sustento de El terrorista, fueron entregadas a Villegas por un ex funcionario de la DISIP que permanece en el anonimato y demuestran asimismo la vinculación de los gobiernos venezolanos de la época con Posada Carriles.
El terrorista es responsable de la voladura de un avión civil cubano en 1976, en la que murieron 73 personas, hecho aún sin juzgar pues el criminal escapó de una cárcel venezolana para evadir el proceso judicial por esa causa.
Actualmente Posada Carriles -miembro de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) desde 1961- permanece en Estados Unidos, pese a una demanda del gobierno de Venezuela para su extradición con el propósito de someterlo a la justicia.
En opinión de Golinger, ambos casos tienen el mismo código: el intento de más de un siglo de imponer la agenda estadounidense y es fundamental que el público acceda a esta información cuando Venezuela sufre una fuerte ofensiva de Washington.
La abogada e investigadora aseguró que quienes presionan hoy a Chávez son los mismos personajes que apoyaron a Posada Carriles, con nuevos colaboradores, pero similares política y tácticas.
Hoy en día -apuntó- lo llamamos "guerra asimétrica", pero son los mismos atentados contra el pueblo y su voluntad mediante la violencia, el miedo, la guerra psicológica y actos de terrorismo.
Golinger precisó que el libro de Villegas y Rosas demuestra la complicidad de los gobiernos de Carlos Andrés Pérez (1989-1993) y Rafael Cadera (1994-1998) en el caso de Posada Carriles.
El criminal y agente de la CIA de origen cubano ocupó cargos en la policía política venezolana y es responsabilizado con torturas, desapariciones y asesinatos en el país sudamericano.
Los hechos abordados en El Código Chávez y El terrorista. tuvieron asimismo esta semana una confirmación más de que no se trata de análisis históricos, sino de procesos en curso, con los mismos o nuevos personajes.
La fuerte andanada verbal de Washington continuó con el llamado de la secretaria de Estado norteamericana, Condoleeza Rice, de crear un frente internacional contra Chávez y el apoyo expresado a un paro local de transportistas.
En respuesta, el presidente Hugo Chávez advirtió que suspenderá la entrega de 1,5 millones diarios de barriles a Estados Unidos, si el gobierno de Bush persiste en la injerencia.
Autoridades nacionales recordaron asimismo que con un paro de transportistas comenzó el proceso que llevó al golpe de estado contra el presidente chileno Salvador Allende, realizado sobre la base del mismo código de intervención estadounidense.
El choque provocado por Rice echó por tierra los buenos auspicios de una reunión, esta semana, entre el subsecretario de estado Thomas Shannon y el embajador venezolano en Washington, Bernardo Alvarez.
Pocas horas después que Caracas expresó sus satisfacción por este hecho Estados Unidos manifestó su negativa a permitir el ingreso al Consejo de Seguridad de la ONU, acto seguido por las declaraciones de Rice.
La denuncia fue acompañada de llamados a la población para no dejarse utilizar, como pudiera ser el caso de los transportistas, advertencia dirigida a evitar la repetición de la variante chilena, otro caso con el mismo código.
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