Soldados de la marina filipina muestran su apoyo al Coronel Ariel Querubin, en una base militar en Manila, el 26 de febrero de February 2006. Querubin, que fue cesado por su presunta implicación en el intento de golpe de Estado, se atrincheró como forma de protesta al tiempo que pidió la ayuda de todos los filipinos.
Foto: AFP
·Líderes de la izquierda y periodistas críticos optan por esconderseMás de cien personas han sido ya detenidas en virtud del estado de emergencia que declaró el viernes la presidenta de Filipinas, Gloria Macapagal Arroyo, en respuesta a una supuesta intentona golpista, mientras crece el temor a una represión de la libertad de prensa.
MANILA
Alrededor de un centenar de personas fueron detenidas el mismo viernes cuando participaban en una manifestación de protesta para pedir la renuncia de Arroyo, según informó ayer la cadena de televisión ABS-CBS. La Policía centra sus pesquisas y arrestos en personalidades de izquierda, entre ellos un diputado y dos generales retirados.
El director de la Policía Nacional, Arturo Lomibao, justificó las detenciones de opositores al señalar que «los militares efectivamente han aplastado la conspiración, pero algunos de sus responsables todavía están libres. Estamos pasando por tiempos extraños, como se ha visto con el intento de algunos militares aventureros de unir sus fuerzas con terroristas comunistas y otras personalidades con el objetivo de tomar el poder», manifestó.
La Policía también informó de la detención de dos generales retirados de este cuerpo, Rex Piad y Ramón Montaño, conocidos por sus críticas al actual Gobierno. Ambos se encontraban jugando al golf cuando fueron «detenidos por agentes uniformados que no nos mostraron ninguna orden y nos obligaron a ir con ellos a Camp Crame (sede de la Policía Nacional)», dijo Piad.
Estas dos detenciones se suman a la del diputado de izquierdas Crispín Beltrán, que fue arrestado junto con su esposa en la mañana de ayer, mientras que otros congresistas del partido Bayan Muna (Pueblo Primero) lograron escapar y esconderse.
La toma de control por la Policía del diario manileño opositor “The Daily Tribune” y otra visita de agentes al tabloide “Abante” ha creado inquietud entre los medios filipinos a que se esté en camino de una represión de la libertad de prensa.
La decisión de Arroyo de declarar el estado de emergencia nacional ha sido criticada incluso por antiguos aliados suyos, como el ex presidente Fidel Ramos, que la salvó hace unos meses al apoyarla cuando arreciaba la presión para que dimitiera acusada de fraude electoral. Fidel Ramos confirmó que la mandataria trató de hablar con él pero que se negó a ponerse al teléfono.
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