Malas noticias para el gobierno de Luiz Inácio Lula Da Silva. El Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) difundió hoy los datos oficiales sobre el crecimiento del país y sus conclusiones fueron más que desalentadoras: la economía brasileña logró crecer apenas un 2,3 por ciento, un resultado decepcionante que la sitúa entre las últimas de América Latina y de los demás países emergentes.
El Producto Bruto Interno (PBI) del año pasado fue menos de la mitad del registrado en 2004, cuando la economía brasileña creció el 4,9 por ciento, y quedó inclusive por debajo de las proyecciones del Banco Central, que le había apuntado a una expansión del 2,6 por ciento para 2005.
De los tres motores de la economía, el que más aportó al PBI fue la industria, con una expansión del 2,5 por ciento, seguida por los servicios, con un 2 por ciento, y el sector agropecuario, con un 0,8 por ciento, su peor resultado en ocho años.
El flojo resultado del PBI, aunque esperado, decepcionó a los especialistas, pues muestra que el país tiene dificultades para subirse al tren del crecimiento mundial, en el que sí están la mayoría de los países latinoamericanos y emergentes.
"Entre las principales economías emergentes y latinoamericanas, Brasil fue el país que, de lejos, registró la menor tasa de crecimiento. Lo que es peor, en un año marcado nuevamente por la bonanza internacional, el país consiguió la 'hazaña' de encoger su PBI a menos de la mitad", ironizó un informe de la agencia de clasificación de riesgo Austin Rating.
Con base a datos definitivos o proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) y de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Austin Rating concluyó que la economía brasileña "está en contramano" del resto de países con los que habitualmente se la compara.
Entre los emergentes, Brasil fue ampliamente superado por sus rivales, encabezados por China, cuyo PBI creció el año pasado el 9,9 por ciento, así como por India (7,1 por ciento) y Rusia (5,5 por ciento).
En el contexto latinoamericano Brasil también quedó a la zaga del resto de países, pues los PBI de Argentina y México, crecieron el 9,1 y el 3 por ciento, respectivamente.
Según las proyecciones de la CEPAL, el desempeño de Brasil sólo supera al de Haití, país asolado por la inestabilidad política, para el cual se calculó una expansión del 1,5 por ciento en 2005.
Los analistas consideran que el resultado del PBI brasileño es un reflejo de problemas crónicos del país, como los altos tipos de interés y la elevada carga tributaria, a los cuales se agregó el año pasado la crisis política provocada por los escándalos de corrupción en el partido de Lula.
"El año pasado tuvimos un apretón monetario que hizo subir las tasas de interés durante la mayor parte de 2005 y una crisis de confianza en la economía, resultante de la crisis política, que afectó el resultado del tercer trimestre", dijo a la agencia EFE el economista Guilherme Maia, de la firma Tendencias Consultoría.
Maia anotó que para que Brasil crezca de una forma compatible con el tamaño de su economía necesita hacer reformas como la del sistema de seguridad social y la tributaria, para estimular al sector productivo, y dar más autonomía a las agencias reguladoras de servicios públicos para mejorar el ambiente a la inversión.
Para los especialistas, el bajo crecimiento del PBI en 2005 debe inducir al Banco Central a acelerar el recorte de los tipos de interés, que son del 17,25 por ciento anual, para dar más oxígeno a la economía y aprovechar el ambiente internacional positivo.
"Las cosas están dadas para que la economía crezca más este año y empiece a igualarse al resto de emergentes", anotó Maia, quien señaló que Tendencias Consultoría ha proyectado para 2006 un crecimiento económico un poco mejor, del 3,3 por ciento.
El Producto Bruto Interno (PBI) del año pasado fue menos de la mitad del registrado en 2004, cuando la economía brasileña creció el 4,9 por ciento, y quedó inclusive por debajo de las proyecciones del Banco Central, que le había apuntado a una expansión del 2,6 por ciento para 2005.
De los tres motores de la economía, el que más aportó al PBI fue la industria, con una expansión del 2,5 por ciento, seguida por los servicios, con un 2 por ciento, y el sector agropecuario, con un 0,8 por ciento, su peor resultado en ocho años.
El flojo resultado del PBI, aunque esperado, decepcionó a los especialistas, pues muestra que el país tiene dificultades para subirse al tren del crecimiento mundial, en el que sí están la mayoría de los países latinoamericanos y emergentes.
"Entre las principales economías emergentes y latinoamericanas, Brasil fue el país que, de lejos, registró la menor tasa de crecimiento. Lo que es peor, en un año marcado nuevamente por la bonanza internacional, el país consiguió la 'hazaña' de encoger su PBI a menos de la mitad", ironizó un informe de la agencia de clasificación de riesgo Austin Rating.
Con base a datos definitivos o proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) y de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Austin Rating concluyó que la economía brasileña "está en contramano" del resto de países con los que habitualmente se la compara.
Entre los emergentes, Brasil fue ampliamente superado por sus rivales, encabezados por China, cuyo PBI creció el año pasado el 9,9 por ciento, así como por India (7,1 por ciento) y Rusia (5,5 por ciento).
En el contexto latinoamericano Brasil también quedó a la zaga del resto de países, pues los PBI de Argentina y México, crecieron el 9,1 y el 3 por ciento, respectivamente.
Según las proyecciones de la CEPAL, el desempeño de Brasil sólo supera al de Haití, país asolado por la inestabilidad política, para el cual se calculó una expansión del 1,5 por ciento en 2005.
Los analistas consideran que el resultado del PBI brasileño es un reflejo de problemas crónicos del país, como los altos tipos de interés y la elevada carga tributaria, a los cuales se agregó el año pasado la crisis política provocada por los escándalos de corrupción en el partido de Lula.
"El año pasado tuvimos un apretón monetario que hizo subir las tasas de interés durante la mayor parte de 2005 y una crisis de confianza en la economía, resultante de la crisis política, que afectó el resultado del tercer trimestre", dijo a la agencia EFE el economista Guilherme Maia, de la firma Tendencias Consultoría.
Maia anotó que para que Brasil crezca de una forma compatible con el tamaño de su economía necesita hacer reformas como la del sistema de seguridad social y la tributaria, para estimular al sector productivo, y dar más autonomía a las agencias reguladoras de servicios públicos para mejorar el ambiente a la inversión.
Para los especialistas, el bajo crecimiento del PBI en 2005 debe inducir al Banco Central a acelerar el recorte de los tipos de interés, que son del 17,25 por ciento anual, para dar más oxígeno a la economía y aprovechar el ambiente internacional positivo.
"Las cosas están dadas para que la economía crezca más este año y empiece a igualarse al resto de emergentes", anotó Maia, quien señaló que Tendencias Consultoría ha proyectado para 2006 un crecimiento económico un poco mejor, del 3,3 por ciento.
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