El estadounidense Lestat Claudius De Orleáns, autor confeso de los atentados.
La Paz, 26 mar (PL) Las represalias de Estados Unidos contra Bolivia, por las sospechas gubernamentales en torno a dos atentados terroristas realizados por un ciudadano norteamericano, tienden a intensificarse, según informaciones difundidas hoy.De acuerdo con el diario La Prensa, la embajada norteamericana suspendió, al parecer en forma indefinida, una reunión peparatoria de la visita a Washington del vicepresidente, Alvaro García, y el canciller, David Choquehuanca.
Ambos se proponen viajar a la capital norteamericana en un intento de convencer a ese gobierno de que se reabra el mercado preferencial colombiano para la soya boliviana, opción cerrada por un Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Colombia y Estados Unidos.
El matutino afirma que el viaje de García y Choquehuanca está en peligro ante el deterioro de las relaciones bilaterales, tras la captura del estadounidense Lestat Claudius De Orleáns, autor confeso de los atentados de la noche del martes al miércoles últimos.
Entre las represalias se incluye el boicot de la embajada norteamericana el pasado viernes a una reunión con el cuerpo diplomático acreditado en La Paz, convocada por el gobierno y las Naciones Unidas, para pedir cooperación en la reconstrucción de las zonas afectadas por recientes desastres.
A la cita no acudió el embajador de Estados Unidos, David Greenlee, quien por otra parte el jueves pasado envió a un funcionario de mínima categoría al acto oficial conmemorativo del Día del Mar, una de las actividades oficiales más importantes del país.
El pasado miércoles, tras los atentados -con un saldo de dos muertos- y las declaraciones del presidente Morales, el subsecretario de Estado para el Hemisferio Occidental, Charles Shapiro, convocó al encargado de Negocios de Bolivia en Washington, Raúl Barrios.
Shapiro manifestó al diplomático la molestia del régimen de George W.Bush por los comentarios y similar mensaje fue comunicado extraoficialmente por la Embajada de Estados Unidos a diversos medios de prensa de La Paz.
La irritación de Washington se debe a que Evo Morales denunció la paradoja de que Estados Unidos proclama luchar contra el terrorismo, pero de ese país viene o es enviado un norteamericano a matar gente inocente en Bolivia.
Manifestó igualmente sospechas de que los ataques fueron realizados por elementos oligárquicos que usaron agentes extranjeros para desestabilizar a su gobierno.
El viernes, Morales ratificó sus sospechas, dijo no tener conocimiento oficial de la molestia norteamericana y señaló que Estados Unidos debe investigar los antecedentes, relaciones y financiamiento del norteamericano autor confeso de los atentados.
El director de la Policía Técnica Judicial (PTJ), coronel Celso Zurita, reveló poco después haber recibido extraoficialmente de la embajada estadounidense, información sobre el preso, limitada esencialmente a sus antecedentes juveniles por robo.
De Orleáns fue detenido por los notables rastros dejados en sus desplazamientos durante los atentados y tras los mismos y parece empeñado en mostrarse como desequilibrado, al punto que ha pedido ser sometido a un examen psiquiátrico.
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