Mientras la prensa comercial argentina e internacional anuncia la inminente compra de nuevos Bonos argentinos por más de 308 millones de dólares, uno de los principales emprendimientos conjuntos entre ambos países, podría verse afectado: los barcos de PDVSA que se reparan y construyen en Astillero Río Santiago.
Aunque las obras continúan inalteradas, todo dependerá de lo que el gobierno provincial de Felipé Solá, conteste hoy martes 28 de febrero a los trabajadores, que al parecer están muy molestos con su Estado-patrón.
Ayer, lunes 27, un poco más de mil obreros y técnicos, o sea, casi la mitad del personal laburante de la empresa, se movilizó hasta las puertas del gobierno provincial, para manifestar su enojo. El acto de protesta incluyó las altisonantes consignas, además de forcejeos y otras formas más contundentes de bronca laboral. La manifestaciòn fue dirigida por la Asociación de Trabajadores del Estado, filial de la CTA.
¿Qué los molesta? Por ejemplo, que hasta la fecha el gobierno no haya cumplido compromisos tan simples, pero ya adquiridos, como la recategorizaciòn, el aumento de salarios convenido, y algo muy sentido por los trabajadores de Río Santiago: el derecho social a que sus hijos sean los primeros en la lista de candidatos a ingresar a la planta cuando se oferten puestos de trabajo.
Esta reivindicaciòn podría verse como un "privilegio" o "ventajismo". Sin embargo es más complejo. Si hoy pesa mucho más que en cualquier otro momento de la historia argentina, se debe a la masacre laboral impuesta por el menemismo en los años 90 y sus aliados, entre los que estuvieron altos miembros del actual gobierno. Los trabajadores quedaron con síndrome de incertidumbre laboral y familiar. Nadie sabe si su trabajo es seguro, menos si mañana será seguro.
Pedir que los hijos tengan la primera opciòn, es el menor de los derechos para trabajadores que han entregado casi toda su vida adulta a la empresa. Más aún, porque los trabajadores de Astilleros son al mismo tiempo los habitantes de sus dos pueblos aledaños: Ensenada y Berisso. Para los trabajadores, trabajar en el Astillero es una forma de continuar sus vidas famikliares en sus tradicionales barrios.
La marcha de ayer lunes impuso que hoy martes se reúna una mesa paritaria para considerar las peticiones obreras.
Esto ocurrirá mientras el Ministro de Planificaciòn, de Argentina, Julio Debido y el titular del Astillero Río Santiago, Julio Urien, preparan sus valijas para viajar a Caracas a definir un convenio fundamental: Que el Estado venezolano garantice el envío de las planchas (chapas) desde Guayana al Astillero, para ser usadas en la reparaciòn y construcciòn de los barcos de PDVSA, una de las inversiones más importantes que ha recibido la empresa argentina. Una fuente de Casa Rosada, a la que consultamos, declarò esto "Estamos muy interesados en que esto funcione, esperemos que Solá cumpla sus compromisos con los trabajadores, pero tambièn nos preocupa que muchas veces las declaraciones desde Caracas no son proporcionales a su efectiva realizaciòn".
Hasta hoy, los trabajos no han sido paralizados y los barcos siguen en proceso de contrucciòn. El asunto es qué pasará después de las paritarias, sobre todo si el gobierno de la Provincia de Buenos Aires no cede a las legítimaas peticiones de los obreros del Astillero.
Un trabajador del Astillero, cuya mujer es maestra de escuela, señaló "Tengo derecho a dudar de un gobierno que se niega a cumplir los aumentos pautados a los docentes".
La duda se disipará en el terreno del enfrentamiento laboral con el patrón-Estado y de ahí dependerá el "mapa de navegaciòn" de los barcos venezolanos.
martes, febrero 28, 2006
¿A dónde van los barcos de PDVSA en Argentina?
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