Sao Paulo.- La integración energética suramericana, uno de los pilares de la unión regional, ha comenzado a tomar forma con el creciente interés de empresas internacionales en la construcción de un gasoducto que conectará a Venezuela con Brasil y Argentina.
El proyecto de construcción de una tubería de 9.283 kilómetros de extensión para llevar gas desde Puerto Ordaz hasta Buenos Aires, tras atravesar Brasil de norte a sur, se ha convertido en la iniciativa más atractiva del anillo energético propuesto por varios países de la región.
La faraónica obra, tanto por su extensión como por su coste, calculado en 23.270 millones de dólares, según la estatal brasileña Petrobras, es considerada prioritaria por Brasil cuyo gobierno es uno de los promotores de la integración física y energética suramericana.
"Desde el punto de vista de la infraestructura regional, es el proyecto más importante para Suramérica en diez años", afirmó el ministro brasileño de Minas y Energía, Silas Rondeau a medios locales.
Para Brasil, el "gasoducto del sur", como lo ha denominado el presidente venezolano, Hugo Chávez, es una alternativa para reducir su dependencia del gas natural boliviano, del que este año importará cerca de 27 millones de metros cúbicos diarios por un gasoducto de 3.150 kilómetros de extensión.
Los costes del gas boliviano son cada vez mayores para Brasil, no sólo por el precio del producto sino también por los crecientes gastos de Petrobras con el pago de regalías al país del altiplano, que pasarán de 60 millones de dólares en 2005 a 700 millones de dólares este año por la entrada en vigor de la nueva ley de hidrocarburos boliviana.
El proyecto del "gasoducto del sur", que tendría como socios a Petrobras, la venezolana PDVSA y la argentina Enarsa, ha despertado el interés de otras compañías del sector, como el consorcio estatal ruso de gas Gazprom, que esta semana expresó su interés en participar en esa iniciativa suramericana.
Gazprom, que administra la mayor red de gasoductos del mundo, señaló en un comunicado que el asunto fue abordado en la visita que recientemente hizo a directivos de PDVSA en Venezuela el jefe del Departamento de Actividades Económica en el Exterior de la compañía rusa, Stanislav Tsigankov.
Gazprom destacó que "las partes analizaron las perspectivas de cooperación en el sector del gas" y que se trató además "el asunto de la construcción en Suramérica del gasoducto entre Venezuela, Brasil y Argentina".
La semana pasada Tsigankov y otros directivos de Gazprom habían visitado también Petrobras para discutir posibilidades de cooperación, reseñó Efe.
"La primera reunión fue exploratoria, no presentamos proyectos concretos, pero existe una perspectiva positiva de acuerdos futuros", manifestó el director de Gas y Energía de Petrobras, Ildo Sauer.
El directivo brasileño no citó expresamente el gasoducto con Venezuela y Argentina, pero recordó que Gazprom tiene una experiencia de 35 años en la construcción y operación de obras de ese tipo, como la tubería que lleva gas de la región rusa de Siberia a Europa, o el gasoducto que conectará a Rusia con Turquía, construido a una profundidad de 2.100 metros.
El gasoducto suramericano, que tendría capacidad para transportar 150 millones de metros cúbicos de gas por día, es sin embargo una obra compleja, no sólo por la magnitud de su trazado sino porque tendrá que atravesar parte de la Amazonía brasileña.
En esa región, puede encontrar grandes obstáculos no sólo por la dureza de la selva sino por las dificultades legales para obtener las respectivas licencias ambientales.
De cualquier forma, el gobierno brasileño está entusiasmado con el proyecto y los presidentes de los tres países involucrados, que se reunieron en enero pasado en Brasilia, volverán a encontrarse el próximo 12 de marzo en la ciudad argentina de Mendoza, donde recibirán los primeros estudios técnicos del gasoducto.
jueves, febrero 16, 2006
Gasoducto del sur toma forma con interés empresas internacionales
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