nSurGente.- Todos los precedentes de utilización de armas de destrucción masiva –después del horror del gas mostaza en la Primera Guerra Mundial y de la utilización de agentes químicos por el Reino Unido en alguno de sus conflictos coloniales- son parte del honor de los Estados Unidos o de sus aliados. El lanzamiento de armas nucleares contra enormes masas de población civil tuvo lugar en Hiroshima y Nagasaki; y el uso masivo del napalm se realizó en las aldeas de Vietnam en la década de los sesenta del siglo pasado. Hay que tener en cuenta que el uso de armas nucleares –incluso contra países no nucleares- y el uso de armas químicas o bacteriológicas, no está prescrito –sino expresamente autorizado- en los manuales operativos del Pentágono y en el documento La Nueva Estrategia nacional de los EEUU. Los muy democráticos y humanitarios líderes europeos no se enteran de nada. Pero fingen sentimientos humanitarios. Vea el “Leer más” algunos datos escalofriantes sobre la extensión de la Libertad Duradera en el mundo.
En ambas ocasiones, Washington empleó su poder militar sin limitación alguna, violando todas las normas internacionales sobre el recurso a la guerra, y todo el derecho humanitario sobre el respeto a la vida de la población civil. Ahora Vietnam, cuya población y recursos naturales fueron ferozmente dañados va a presentar una demanda ante los tribunales de justicia.
Prensa Latina (Por: Julio Hernandez*).- Vietnam presentará próximamente sus reclamos ante una Corte de Apelaciones de Estados Unidos para que se indemnice a las víctimas del llamado Agente Naranja, sustancia tóxica arrojada por la aviación norteamericana sobre este país desde 1961 a 1971. Veteranos del ejército norteamericano que estuvieron en Vietnam fueron objeto en 1984 de una indemnización de 180 millones de dólares, y militares australianos, canadienses y neozelandeses recibieron también cantidades compensatorias en acuerdos logrados fuera de los tribunales. En enero de este año, la Corte de Apelaciones de Corea del Sur condenó a los consorcios químicos estadounidenses Monsanto y Dow a pagar 62 millones de dólares a alrededor de seis mil 800 sudcoreanos que estuvieron en contacto con el Agente Naranja en Vietnam.
Se espera entonces que tres meses más tarde, los abogados que representan a los querellantes (la Asociación Vietnamita de Víctimas del AN/Dioxina), podrán argumentar respecto a los datos aportados ante el mismo tribunal.
Más de tres décadas después de la victoria del pueblo de Vietnam y de la reunificación de la nación indochina, tras la partida de las tropas norteamericanas, el legado de enfermedades dejado por la dioxina sigue incidiendo en la existencia de miles de familias.
Ciudadanos vietnamitas y tropas provenientes de Sudcorea, Australia, Nueva Zelanda, Canadá y los propios Estados Unidos resultaron también afectados por el agente químico.
Supuestamente, el Agente Naranja era usado como defoliante para privar a los combatientes vietnamitas de alimentos y de la cobertura del follaje.
Ninguno de estos objetivos se cumplió, y no pudieron influir en la marcha de la lucha.
Sin embargo, la toxicidad de la dioxina, por sus permanentes efectos carcinógenos y teratógenos (modificador del código genético), sobre los afectados y su descendencia, sigue inalterable en los suelos de muchas zonas de Indochina.
Veteranos del ejército norteamericano que estuvieron en Vietnam fueron objeto en 1984 de una indemnización de 180 millones de dólares, y militares australianos, canadienses y neozelandeses recibieron también cantidades compensatorias en acuerdos logrados fuera de los tribunales.
En enero de este año, la Corte de Apelaciones de Corea del Sur condenó a los consorcios químicos estadounidenses Monsanto y Dow a pagar 62 millones de dólares a alrededor de seis mil 800 sudcoreanos que estuvieron en contacto con el Agente Naranja en Vietnam.
Esta decisión fue celebrada por las autoridades de Hanoi, que han visto en este paso simplemente un acto de justicia.
Justicia que ha sido denegada hasta ahora a las víctimas vietnamitas -las más numerosas-, que deben sobrevivir a veces con horribles malformaciones congénitas o graves enfermedades de origen genético, sin contar con los que han muerto como consecuencia de estos males.
Según un estudio publicado en abril de 2003, financiado por la Academia Nacional de Ciencias de los EEUU, tres mil 181 aldeas fueron rociadas durante 10 años con unos 19 millones de galones de herbicidas, el 55 por ciento de los cuales era dioxina.
La mayor parte de este peligroso compuesto químico fue arrojado por aviones C-123K de la Fuerza Aérea nrteamericana sobre Vietnam, Cambodia e incluso Tailandia, aunque también se emplearon helicópteros, camiones y fumigación manual en las zonas aledañas a las bases militares.
El estudio calcula que entre dos millones y 4,8 millones de personas estaban presentes en esas áreas durante el rociado, incluidas las propias tropas agresoras y las de sus aliados.
Investigaciones realizadas por personal contratado por veteranos indicaron que incluso el personal que trabajó en el programa y estuvo manejando la dioxina en almacenes y otras instalaciones, también sufrió las consecuencias en sus personas o las de sus descendientes.
Aparte de la demanda ante los tribunales norteamericanos, otras acciones han sido emprendidas para sensibilizar a la opinión pública mundial respecto al uso de sustancias químicas como armas de guerra.
La Asociación Internacional de Abogados Democráticos (AIAD) anunció que va a elevar el caso ante el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, puesto que los derechos de las víctimas de la dioxina han sido violados.
El profesor japonés Juriko Moto, por su parte, declaró que es necesario seguir diciéndole al mundo las consecuencias del Agente Naranja, no sólo para condenar su utilización en el pasado, sino para evitar que vuelva a ser empleado en el futuro.
Uno de los componentes del supuesto defoliante es una sustancia llamada Tetraclorodibenzo-para-dioxina, identificado como un potente carcinógeno, causante del sarcoma de los tejidos blandos, el mal de Hodgkins, el linfoma y la leucemia crónica linfocítica.
Existen evidencias limitadas, pero también se la asocia con el mieloma múltiple, los tumores malignos de próstata y vías respiratorias, la neuropatía periférica aguda y subaguda, espina bífida y diabetes tipo dos.
Las compañías químicas vinculadas por contratos con el Pentágono en el pasado a la producción de este terrible agente son: Diamond Shamrock, Dow, Hercules, Monsanto, TH Agricultural and Nutrition, Thompson Chemicals y Uniroyal.
Quienes defienden los derechos de las centenares de miles de afectados en Vietnam por esta arma química están esperanzados de que con las pruebas que se aportarán a los jueces, finalmente se tome una decisión que mitigue un tanto sus crueles efectos.
*El autor es Corresponsal de Prensa latina en Vietnam.
E-Mail: serviex@prensa-latina.cu
viernes, marzo 24, 2006
Vietnam demandará a Estados Unidos por los horrores derivados del uso de napalm durante la guerra
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