El Gobierno de los Estados Unidos ha anunciado ayer, en voz de su Secretaria de Estado Condoleezza Rice, el propósito de adoptar medidas adicionales para derrocar a la Revolución y provocar una supuesta transición "a la americana" en nuestro país, en una segunda fase del llamado Plan Bush para Cuba.
Frustrado por los continuos fracasos de sus acciones anticubanas, contrariado por el contundente rechazo internacional al bloqueo, furioso por los avances económicos y sociales que mañana debatirá nuestra Asamblea Nacional, convencido de que no pueden con Fidel, el Gobierno yanki busca desesperado todas las armas a su alcance para intentar subvertir el orden en nuestro país.
Pieza clave en esos propósitos agresivos e injerencistas es la Oficina de Intereses de los Estados Unidos en La Habana, cuyo jefe el "sargento" Michael Parmly ha mostrado pronto sus dotes de provocador y cínico, fraguados durante su labor diplomática como padrino político de los crímenes y las torturas cometidas por el Ejército estadounidense en Afganistán.
Soportes mezquinos de los sueños anexionistas de Bush y de los terroristas de Miami son los mercenarios reclutados en Cuba, jugosamente financiados y ampliamente publicitados por la SINA, quienes venden su alma y su pueblo al diablo por servir al amo imperial. Una sarta de vividores, vagabundos habituales, camajanes y rufianes, carentes de carisma y de masas, quienes sirven de instrumentos al imperio y le sacan bochornosos dividendos a su labor antipatria.
Frente a Bush y sus halcones, frente a la mafia terrorista y sus parientes mercenarios, se levanta la dignidad, la fuerza, la verdad y la justicia de nuestro heroico pueblo.
*Randy Alonso Falcón es el director de Cubadebate y moderador del programa de la televisión cubana "Mesa Redonda Informativa".
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