Washington D.C, 16 Ene. ABN (María Victoria Verde).- La llegada al poder de Evo Morales, en Bolivia, representa un difícil dilema para el Gobierno de Estados Unidos porque se verá obligado a revisar sus relaciones con América Latina y sus políticas de cooperación hacia la región.
Así lo afirmaron analistas consultados por la Agencia Bolivariana de Noticias (ABN) en la capital estadounidense, quienes coincidieron en que Washington no ha podido definir aún cuál será la orientación de sus relaciones con el nuevo Gobierno indígena boliviano.
La administración del presidente George W. Bush deberá repensar sus formas de establecer alianzas (las cuales ahora materializa a través de aportes financieros o militares) para obtener resultados en materia de intercambio, no sólo en el comercio sino, sobre todo, para obtener cooperación en la lucha antidroga.
Tendrá que trabajar junto a una fuerza política popular y democrática a la cual se opone e intenta deslegitimar.
En el caso de Bolivia, esta fuerza tiene como principales banderas la nacionalización de los hidrocarburos y, la más polémica, la legalización de la siembra de coca.
Jeff Voght, de la Oficina en Washington para Latinoamérica (Wola, por sus siglas en inglés), considera que Estados Unidos no puede dejar de ver a Bolivia como una amenaza, pero al mismo tiempo debe encontrar una solución que le permita obtener cooperación.
“El Pentágono cree fervientemente que Morales pertenece al eje Fidel Castro-Hugo Chávez y, por lo tanto, es una amenaza. Entonces, el Departamento de Estado ha dicho que prefiere no emitir opiniones directas, que prefiere esperar “, explicó el experto.
Se refería a que el pasado 3 de enero en su rueda de prensa diaria, al ser interrogado sobre el tema, el vocero del Departamento de Estado estadounidense, Sean McCormack, dijo! que aún era temprano para hablar sobre el nuevo Gobierno de Bolivia.
“Está por verse cuáles serán los retos de Gobierno, qué clase de políticas llevará él (Morales) a cabo y qué clase de relaciones escoge cultivar en el hemisferio”, dijo el portavoz.
No repetir el error
Para el director de Programas del Centro para la Política Internacional, Adam Isacson, Washington no quiere que la situación se salga de control con Bolivia, como sucedió con Venezuela.
“Ellos están siendo muy cuidadosos y no quieren hacer lo mismo que hicieron con (el presidente venezolano, Hugo) Chávez”, expresó Isacson.
El experto advirtió que Estados Unidos debe estar preparado para que sea legalizada en Bolivia la siembra de coca, una reivindicación de los pueblos de ese país, y no resistirse a cambiar su política.
Recordó que en otros países de América Latina existe un consumo tradicional de la hoja de coca, especialmente en el Perú, cuya población indígena altiplánica tiene la misma ascendencia étnica que la boliviana.
“Es en Perú donde, justamente, ya existe en algunos sitios la siembra legal de la (planta de) coca”, destacó Isacson.
“Si EEUU se acerca a Bolivia, y no comete los errores que cometió con Hugo Chávez en Venezuela, sería muy positivo para toda la región porque los líderes izquierdistas, que están aumentando y fortaleciéndose, no serían vistos como enemigos sino como producto de una transformación histórica que deberán aceptar”, agregó el experto.
No todo son rosas
El analista, sin embargo, no descartó que el ala dura de la administración Bush se oponga a cualquier idea de acercamiento y opinó que lo más probable es que los personeros de su gobierno traten de descalificar y aislar a Morales, “’tal como lo intentaron hacer con el presidente venezolano, Hugo Chávez”.
“Esperemos a ver qué pasa, pero lo más seguro es que haya una fuerte oposición en el gobierno de Bush”, agregó.
Por su parte, Voght piensa que la preocupa! ción de Estados Unidos es que Bolivia se convierta en un Estado productor de materia prima para la droga.
Ello, porque la política estadounidense de control de drogas ilícitas consiste en reducir la oferta de insumos, con base en la teoría de que esa escasez incrementaría los precios y disminuiría los índices de compra.
Bajo esta óptica, “permitir que la hoja de coca crezca legalmente podría dar pie a que parte de esa producción no sea destinada a un uso que es tradicional para Bolivia y no tradicional para el resto del mundo”, señaló.
Asimismo, destacó que, pese a las inversiones que ha hecho el Gobierno estadounidense en ayudas para las estrategias antinarcóticos en la región, los precios de la cocaína están más bajos que nunca en los mercados internacionales de la droga.
Tanto para Bolivia
Estados Unidos dio en 2005 a Bolivia una ayuda de 159 millones de dólares. De ese monto, 104 millones fueron destinados directamente a la implementación de una estrategia antinarcóticos que se basa en la erradicación de cultivos de coca.
Según cifras de Wola, 61 millones de dólares fueron destinados a programas militares de erradicación manual de siembras y 43 millones a programas de interdicción de envíos y de seguridad alternativos.
Los 55 millones restantes fueron destinados a programas para combatir la pobreza de Bolivia.
De acuerdo con Isacson, desde 1996, cuando se inicio el Plan Colombia, la ayuda antidroga estadounidense hacia Latinoamérica ha venido incrementándose aceleradamente.
Gran parte de esta ayuda está destinada a las Fuerzas Armadas con el argumento de que son ellas las encargadas de ejecutar los programas de erradicación de cultivos.
Bolivia es el décimo receptor de ayuda militar estadounidense. Los aportes que EEUU envía para la erradicación son para operaciones militares, añadió el experto.
Según Isacson, si Bolivia legaliza la siembra de coca podrían ocurrir dos escenarios: “Uno, es que Estados Unidos! podría decir `no vamos a darle mas ayuda económica a Bolivia´ y (decida) cortar relaciones con ese país, cuestión que a mi parecer sería la peor salida”.
“El otro escenario -prosiguió Isacson- sería que todo el dinero que ahora destina a sus planes de erradicación de cultivos allí, lo canalice a la interdicción y a procesos específicos de búsqueda de la cocaína, así como a la seguridad de las fronteras, que sería la dirección hacia donde debería estar enfocada la política estadounidense”.
Oficialmente, Estados Unidos sólo ha dejado sentado que Evo Morales tiene que seguir una especie de “manual de buen gobierno” dictado desde Washington.
“Creemos que la promoción del buen gobierno, de la transparencia, de la lucha contra la corrupción y la promoción del libre comercio se refuerzan mutuamente”, dijo el vocero McCormack.
“Ciertamente, estamos dispuestos a trabajar en estos objetivos con el Gobierno de Boliviam así como también con otros gobiernos del hemisferio”, añadió.
lunes, enero 16, 2006
Analistas: Morales forzará a EEUU a revisar relación con Latinoamérica
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