sábado, abril 22, 2006

El arma nuclear, otro fracaso de Washington en Venezuela

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En vista de las sucesivas derrotas sufridas en los últimos años en sus esfuerzos por destruir el proceso revolucionario bolivariano, el Imperio y sus lacayos recurrieron últimamente al letal instrumento del arma nuclear, acusando a Venezuela de vender uranio a Irán y de disponerse a obtener de ese país misiles con cabezas nucleares, en una de las más fantasiosas mentiras inventadas para desestabilizar al gobierno y a su Presidente Hugo Chávez Frías.
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La última aventura conspirativa de Washington, según los analistas, se inscribe en el marco del proyecto global diseñado por Washington para impedir el triunfo del mandatario venezolano en las próximas elecciones presidenciales de diciembre y frenar su cada vez mayor influencia en el proceso de integración regional que bajo su liderazgo avanza por América del Sur y el Caribe, haciendo fracasar al anexionista ALCA y otros proyectos de dominación económica y política del Imperio en la región.

En este sentido, el gobierno estadounidense ha venido desplegando, tanto en el frente interno como externo, una campaña de descrédito sin precedentes contra Venezuela y su líder, en la que participan activamente sus agresivos “halcones” y sus cómplices de siempre, los dueños de la mayoría de los medios privados, organizaciones políticas y empresarios de la oligarquía criolla, ONG golpistas, así como alguna prensa internacional.

Entre las acciones internas figuraron el fracasado golpe de Estado del 11-A: el sabotaje petrolero de Dic. 2002-Ene. 2003; las guarimbas; la invasión de paramilitares colombianos; la campaña de desinformación mediática y otras acciones conspirativas ordenadas y financiadas desde Washington, ejecutadas por los golpistas criollos que recibieron y continúan recibiendo centenares de millones de dólares con la finalidad de destruir el proceso revolucionario y a su líder.

En el marco de esa agenda, y ante la proximidad del proceso comicial presidencial que se aproxima, el golpismo volvió hace pocos meses a la carga, aunque haciendo gala de muy pobre imaginación, al utilizar la misma estrategia conspirativa de siempre, que por vieja y gastada les hizo caer en su propia trampa, conduciéndolos al suicidio político al que los llevó la ONG Súmate, propiciando la abstención electoral del 4-D que dejó a la mayoría de las organizaciones políticas de oposición sin representividad en el seno del Parlamento.

Recientemente lo volvieron a intentar tras producirse el asesinato de tres menores y su chofer y de un empresario, cuando aprovechando la justa indignación de la ciudadanía y el sufrimiento de los familiares de las víctimas traficaron con el dolor ajeno, desatando bajo el disfraz de un falso e hipócrita sentimiento de duelo, una serie de manifestaciones lideradas por dirigentes de la oposición golpista con la clara intención de repetir la historia de la marcha que dio orígen al golpe del 11-A.

Esa ultima intentona, ocurrida hace apenas dos semanas, se hizo más peligrosa aún cuando, al verse fracasada ante el rechazo unánime del pueblo, se produjo el asesinato de un reportero gráfico, siguiendo (¿por casualidad?) el mismo patrón generado durante los sucesos del 11 de abril de 2002, cuando igualmente fue asesinado otro periodista gráfico.

En el plano internacional, la participación directa de Washington en la conjura para desestabilizar a la revolución venezolana ha sido muy activa, pero igualmente ineficaz, debido a la carencia de argumentos sólidos para hacer valer acusaciones tan absurdas como las hechas por la banda de los “halcones” Rumsfeld, Noriega y Rice, desde la propia capital del Imperio y en sus giras por América Latina, tratando de presentar a Venezuela y a Chávez como un peligro para las democracias de la región.

Ahora el Imperio y sus secuaces vuelven nuevamente a las andadas, esta vez haciendo uso de la más letal de las armas que ha inventado el hombre, como lo es el arma nuclear, poniendo en peligro no solo la soberanía de Venezuela, sino la de otros países amigos como Irán y Cuba, en un peligroso juego de malabarismo conspirativo que bajo el argumento de la seguridad internacional, pretende involucrar a esas tres naciones, en el prohibido tráfico de recursos y armamentos nucleares.

La maniobra como siempre, a manera de un globo de ensayo, la protagonizan los medios golpistas, que desplegaron su arsenal de falacias y mentiras, basándose en un supuesto informe del Servicio Secreto de Israel, en el cual se señala que “Venezuela está extrayendo uranio en un remoto sector de la Amazonía fronteriza con Brasil y enviándolo a Irán para la fabricación de bombas atómicas en el país pérsico.

El propio Presidente Chávez fue el primero en salirle al paso a la falacia, expresando que ello “forma parte de un plan imperialista cuyos autores no tienen límites en su capacidad de inventar mentiras para agredir a nuestro país.” La declaración presidencial fue apoyada por la ministra de Ciencia y Tecnología de Venezuela, Yadira Córdova, quien también calificó como falsa la noticia, advirtiendo que “forma parte de una campaña internacional contra el Presidente Chávez.

Correspondió al ministro venezolano Gustavo Márquez, titular del despacho de Comercio Exterior e Integración, quien casualmente asistía en Viena a una reunion de la Junta de Gobernadores de la Agencia Internacional de Energía Atómica, dar al traste con la falaz versión conspirativa,cuando ante los miembros de la AEIA, ratificó el compromiso de Venezuela con la No Proliferación y el Desarme Nuclear Global y con la aplicación efectiva y sin discriminación del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares,(TNP).

Cuando muchos creían superada y aclarada la situación provocada por la falsa versión relacionada con la presunta extracción de uranio venezolano para su exportación al país pérsico, el Imperio y sus secuaces lanzaron una nueva fase del plan conspirativo contra Venezuela, la cual supera en perversidad, a cuanto pueda surgir de la mas enfermiza mente, (pues de haber tenido éxito, habría puesto en riesgo el destino de la humanidad) al publicar el pasado martes, abriendo la primera página de un diario nacional la siguiente información:

“Reportan agencias de Inteligencia de EEUU”

“MISILES DE IRÁN PARA VENEZUELA”

“Las armas nucleares llegarían a Maracaibo y a La Habana en tanqueros petroleros para evadir satélites y aviones espías,”

“Esto incrementaría enormemente la capacidad ofensiva del régimen cubano y de real amenaza para la seguridad de Estados Unidos. La revelación trasciende cuando Nicolás Maduro declaró en Teherán la decisión del gobierno de Chávez, “de aprender de las experiencias revoluonarias de Irán.”

Luego en el texto, el autor de la nota, señala a todo lo largo de la información, como único origen de la noticia a “fuentes de inteligencia estadounidenses”, cuyos autores sugiere a Washington, un momento de atención, en medio de su focalización en Irak, “para esforzarse para que esos misiles no lleguen a Venezuela, al tiempo que abren interrogantes sobre si es tiempo de endurecer nuevamente las posiciones frente a Cuba, incluida la posibilidad de un nuevo bloqueo y de acciones sobre Venezuela y el señor Chávez.”

Como puede verse, además de fantasiosa, la versión, con todo el veneno que destila, refleja una crasa ignorancia sobre el aspecto científico y tecnológico del tema nuclear, presentando de la manera más simplista el transporte e instalación de proyectiles teledirigidos dotados de cabezas nucleares, como si se tratara de un cargamento de maíz, arroz o caraotas, sin tomar en cuenta la especialidad que el mismo supone debido a su alta peligrosidad.

En un insulto a la inteligencia humana, cegados por el odio y su afán revanchista, los creadores de la última farsa imperial, olvidaron lo que hasta un niño sabe sobre las medidas que deben adoptarse para el manejo de tan letal armamento desde su origen hasta su destino y colocación en silos especiales, proceso que no puede ser ocultado a los ojos de los satélites, ya que estos detectan fácilmente a cualquier buque, petrolero o no, su puerto de llegada y el sitio donde se supone habrían de ubicarse los misiles.

Fue la ligereza acumulada en el montaje de la farsa del uranio y los misiles, las que en buena parte condujeron al fracaso de esta nueva conspiración imperial contra Venezuela, Cuba e Irán, al subestimar la inteligencia de sus líderes y pueblos, que han respondido oportunamente una vez más con la verdad, a la mentira de una superpotencia que ya no tiene cabida en la opinión pública mundial.

El golpe de gracia al intento conspirativo lo dieron en las últimas horas el canciller venezolano Alí Rodríguez Araque, y el encargado de negocios de la embajada del país persa en Caracas, Mohijatollah Soltani, el primero al calificar como “un absurdo la versión ofrecida por el diario local y el diplomático iraní al señalarla como parte de “la cruzada internacional de descrédito y desinformación contra Irán por parte de EEUU y sus aliados europeos.”

El representante diplomático de Teherán desmanteló igualmente con sus declaraciones las dos versiones vertidas por el Imperio y sus cómplices, cuando al negar el suministro de misiles con cabezas nucleares a nuestro país, dijo que la única relación de presencia comercial iraní en Venezuela es su participación en la reactivación en una planta de tractores, máquinas que están contribuyendo al desarrollo de la agricultura en Venezuela.

En cuanto a la versión referida al suministro de uranio venezolano a Irán, Soltani, reveló que Irán tiene tecnología y yacimientos propios de uranio. Somos el octavo país en el mundo en tecnologías nuclear, destinada primordialmente a la medicina, biotecnología, agricultura y uso industrial. A la vez que Irán vende combustible nuclear en un 30 a 40 por ciento más barato que los precios internacionales.”

Para enterrar definitivamente la última falacia montada por Washington y sus secuaces, solo faltaba el toque final, y correspondió darlo el vicepresidente José Vicente Rangel, quien al referirse al asunto expresó: “Nosotros no necesitamos comprar misiles, los grandes misiles venezolanos son el pueblo. Cada venezolano es un misil contra el Imperio.”

FIN/ABN/HMC/CD


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