viernes, abril 14, 2006

Moscú: Nuevos cohetes intercontinentales rusos Tópol-M y Bulavá mantendrán la paridad nuclear con EEUU

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[to390_p] Moscú, 14 abr..- Los nuevos cohetes intercontinentales rusos Tópol-M y Bulavá permitirán mantener la paridad nuclear con EEUU por lo menos durante el próximo medio siglo, según los constructores de esos misiles balísticos.

Así lo anunció Yuri Solomónov, director del Instituto de Tecnología Térmica de Moscú (ITTM), centro de investigación que diseña y fabrica el arsenal nuclear ruso del futuro, en declaraciones difundidas hoy por la prensa rusa.

"Con toda seguridad podemos afirmar que nuestro arsenal nuclear renovado podrá operar hasta el año 2040 e incluso hasta 2045", afirmó Solomónov, según el diario "Izvestia", que tituló en primera plana "Cohetes invisibles garantizan paridad nuclear".

Solomónov se refirió a los misiles balísticos intercontinentales (MBI) Tópol-M, de emplazamiento en silos y en camiones, y los cohetes Bulavá destinados a los submarinos nucleares estratégicos de última generación.

El científico explicó que el proceso de reemplazo del viejo arsenal nuclear heredado de la URSS por el nuevo deberá terminar entre el 2015 y el 2020, y para entonces Moscú tendrá casi 2.000 ojivas nucleares.

"Ese arsenal estratégico garantizará la defensa del país en el caso de un ataque nuclear preventivo", subrayó Solomónov.

Para los expertos, el anuncio de Solomónov es la respuesta a la tesis de que la época de "destrucción mutua asegurada" llega a su fin, y que pronto EEUU será capaz de destruir en un primer ataque el arsenal nuclear de Rusia y también el de China.

Expertos estadounidenses en un articulo publicado recientemente por la revista Foreign Affairs afirmaron que mientras el arsenal nuclear estadounidense se moderniza, el ruso pierde eficacia por ser caduco, y el chino se desarrolla poco porque ese país gasta más en armamento convencional.

En comparación con la Unión Soviética, Rusia ha reducido en un 80 por ciento sus submarinos con misiles balísticos, en un 58 por ciento los misiles intercontinentales en silos, y en un 39 por ciento el número de sus bombarderos estratégicos, citó la revista.

"El asunto no es la cantidad, sino la calidad de los nuevos sistemas de misiles", argumentó Solomónov, quien admitió que cada año se retiran de servicio más MBI que los que producen las fábricas rusas para reemplazar a los viejos.

Según los estrategas rusos, los MBI Tópol-M deben reemplazar los sistemas de cohetes RS-18 (SS-19 Stiletto, según la OTAN), los RS-20 Voevoda (SS-18 ó Satán) y los RS-12M, primera versión de los Tópol-M.

Sin mencionar cifras, el funcionario afirmó que la producción de los Tópol-M para emplazamiento en silos se cumple de acuerdo a los planes previstos y que este año se pondrá en servicio la primera unidad militar con misiles Tópol-M emplazados en camiones.
Después de los submarinos nucleares, esos sistemas móviles de MBI son los más efectivos desde el punto de vista operativo porque pueden cambiar su dislocación y durante cierto tiempo pueden burlar los sistemas espías de detección.

De 22,7 metros de largo y un peso de 47 toneladas, los Tópol-M (SS-X-27 Sickle) pueden portar hasta tres ojivas nucleares y destruir objetivos a 10.000 kilómetros de distancia.

Solomónov subrayó que los Tópol-M y los Bulavá, éste todavía en periodo de pruebas, pueden burlar cualquiera de los sistemas de defensa hasta ahora conocidos y permanecerán imbatibles incluso cuando EEUU despliegue su Sistema Nacional de Defensa Antimisiles (NMD en inglés).
Según los planes rusos, en los próximos meses se realizara el tercer (de diez) lanzamiento de prueba de un misil Bulavá desde un submarino sumergido, con planes para su incorporación a las flotas del Norte y el Pacífico en 2008.

Los Bulavá (SS-NX-30), de 12,1 metros de largo y un peso de 36,8 toneladas, pueden portar entre 6 y 10 cabezas nucleares a distancias de hasta 8.000 kilómetros.

Estos cohetes serán emplazados en los futuros submarinos nucleares de IV generación, clasificados por Moscú como proyecto 955, clase Borey.

En las fases de prueba los Bulavá han sido emplazados en el submarino atómico "Dmitri Donskói", mientras que en astilleros avanza en diferentes etapas la construcción de los sumergibles "Yuri Dolgoruki", "Alexandr Nevski" y "Vladímir Monomáj".

No obstante el optimismo oficial, expertos rusos como Alexéi Arbátov opinan que el Gobierno debe desembolsar más recursos y aumentar la producción de Tópol-M y Bulavá.

Según Arbátov, director del Centro de Seguridad Internacional de la Academia de Ciencias de Rusia, las plantas rusas fabrican entre seis y siete MBI al año.

"Está claro que a esos ritmos de producción para 2015 tendremos entre 250 y 300 misiles", en lugar de los 2.000 que son la meta oficial, dijo Arbatov citado por el diario "Vedomosti"

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