Londres, 30 dic - El mando militar británico discutió con altos oficiales
los aspectos negativos de las denuncias en los medios de prensa de los abusos
cometidos por los uniformados contra civiles iraquíes, indica hoy el diario The
Guardian.
El vicejefe del estado mayor de las fuerzas armadas del Reino Unido,
general Bill Rollo, advirtió sobre el daño a la reputación del ejército causada
por la publicación de los abusos cometidos por los soldados en la nación del
Golfo Pérsico.
Asimismo, el rotativo tuvo acceso a un memorando de la reunión sostenida
por Rollo con oficiales de alto rango, en las cuales se refirió a un año de
difíciles procesos judiciales y advirtió que aun faltan más por venir.
El general británico consideró que el nivel de las denuncias se puede
complicar aún más con las misiones en curso en Iraq, agredida por Estados Unidos
y Gran Bretaña, en marzo del 2003, y en Afganistán, atacada por Washington en
octubre del 2001.
Al respecto, consideró que 2006 será un año de demandas para el ejército,
en especial, luego del planificado despliegue de cuatro mil uniformados más en
Afganistán, y la reforma de la infantería británica, con la fusión de varios
regimientos.
The Guardian recuerda que una tercera parte de los militares del Reino
Unido está o se prepara para desplegarse como parte de operaciones fuera del
país.
Al mismo tiempo, Rollo consideró que la base del éxito operacional de las
fuerzas armadas reside en la reputación, pero ésta debe ser ganada con acciones
en el marco de la ley, opinó.
Varios miembros de un regimiento de paracaidistas salieron airosos de un
proceso judicial, en el cual eran acusados de cometer continuos abusos contra
civiles iraquíes bajo su custodia en la sureña provincia de Basora.
Asimismo, casi una decena de soldados debió enfrentar acusaciones por la
muerte de un civil iraquí, quien falleció a causa de una golpiza recibida en un
punto de control temporal del ejército de ocupación británico, también en
Basora.
Los uniformados detuvieron a una camioneta y golpearon a sus pasajeros,
incluidas a dos mujeres, una de ella embarazada, sin que ninguna de esas
personas ofreciera resistencia.
Por otro lado, la prensa comenta que al advertir sobre las preocupaciones
que causa la divulgación de esos casos, Rollo obvia la necesidad de poner fin a
esas prácticas, las cuales son las causas de las denuncias de los medios de
difusión.
El primer ministro británico, Tony Blair, criticado por la mayoría de los
ciudadanos del Reino Unido por su política en el estado árabe, evitó una
acusación directa en dos investigaciones sobre la manipulación de datos para
invadir a Bagdad.
Blair llegó a afirmar que la nación del Golfo Pérsico podía emplear armas
de destrucción masiva en solo 45 minutos, un argumento que, aunque después
resultó ser falso, fue la base de una decisión parlamentaria para autorizar la
agresión.
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