Redacción Central (PL) 30 dic - Analistas concuerdan hoy en señalar a la
virtual sangría estadounidense en la guerra de Iraq y la respuesta federal ante
el huracán Katrina como los mayores descalabros de la Casa Blanca en 2005.
El hecho es que durante los últimos 12 meses el presidente George W. Bush
vio significativamente resquebrajado su liderazgo, luego que una sucesión de
encuestas negativas demostraron, una vez tras otra, la creciente antipatía hacia
el jefe de Estado.
A juicio del analista político Stephen Wayne, de la
Universidad Georgetown, el 2005 ha sido el año menos exitoso que ha tenido un
presidente republicano, y Bush deberá acercarse a la oposición demócrata para
encaminar las cosas en los venideros meses.
El primer gran revés político
del Ejecutivo, fue, sin dudas, su proyecto de reforma de la Seguridad Social,
que feneció en febrero impugnado por la opinión pública y una inusual comunión
de legisladores demócratas y republicanos.
Luego sobrevinieron en cadena
otros infortunios: más de dos mil 160 féretros estadounidenses desde Iraq, una
sucesión de sondeos contrarios a la Casa Blanca, rebelión republicana por su
propuesta a la Suprema Corte y acusaciones contra consejeros estatales.
No
funcionó que el Presidente recordara a los ciudadanos que su gobierno había
evitado "al menos" 10 intentos de ataques terroristas durante los últimos tres
años: las encuestas de aprobación de desempeño continuaron cayendo.
Una
mayoría de estadounidenses consideró que los cargos judiciales contra el
ayudante gubernamental Lewis Libby evidencian, sobre todo, los graves problemas
éticos de la administración de W. Bush.
El jefe de personal de la
vicepresidencia de Estados Unidos dimitió en octubre pasado, luego de resultar
formalmente acusado con cargos que podrían significar hasta 30 años de cárcel.
Libby, asesor del vicepresidente Richard Cheney, será procesado por
perjurio, obstrucción a la justicia y falso testimonio, después que un jurado
emitiera un fallo por la delación de una oficial de la Agencia Central de
Inteligencia (CIA).
De acuerdo con los diarios Washington Post y ABC News,
alrededor de la mitad de la población opinó que el nivel de honestidad y ética
del gobierno federal, cayó considerablemente desde que llegó a la oficina oval
el actual Ejecutivo.
Este último sondeo proyectó que el 55 por ciento del
público cree que el caso Libby resultó por serios problemas éticos en la Casa
Blanca, mientras un 41 por ciento cree que se trató de una simple
irresponsabilidad.
Asimismo, la pesquisa mostró que la valoración popular
del trabajo presidencial llegó a caer hasta un 39 por ciento, como consecuencia
de las crisis y escándalos políticos que involucraron en 2005 a importantes
figuras del partido republicano.
Un hecho es que el primer mandatario
norteamericano, tras los numerosos reveses políticos, acaba este año con la
apuesta de recuperar la influencia perdida en el Congreso, convencer a los
republicanos inconformes y afianzar una estrategia adecuada para Iraq.
Otro
dilema que emerge del escenario norteño está vinculado al declive del partido
gobernante: los republicanos podrían perder la mayoría en el Congreso en 2006.
Las encuestas reflejan serias desventajas con los demócratas.
Los
republicanos aparecen siempre detrás de los demócratas en todos los sondeos
recientes sobre preferencia electoral, aunque los próximos comicios están aún a
varios meses de distancia.
Observadores consideran al presidente George W. Bush como un freno agregado a sus correligionarios de partido por la oleada de fracasos políticos sufridos por el gobernante, eventos que podrían continuar después de la tregua festiva por Año Nuevo.
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