viernes, enero 20, 2006

Entrevista al Ministro Gustavo Márquez: Todo el mundo paga el petróleo

Venezuela impulsa un modelo de integración con características de negociación distintas de las que han privado hasta ahora entre los mercados de América Latina. ¿Por qué es necesario cambiar las reglas de juego que han regido estas relaciones comerciales hasta ahora?

“Las reglas que han determinado las relaciones entre los países latinoamericanos son básicamente las de libre mercado, con base en el modelo neoliberal en el que fundamentalmente nuestros países actúan como competidores, jugadores que compiten para tratar de penetrar o imponer productos en un mercado. Ese comportamiento arroja como resultado, que el comercio dentro de la región sea muy bajo. En el caso de la Comunidad Andina (CAN), a pesar de 37 años de haberse fundando, es apenas el 10 por ciento, el otro 90 por ciento se comercializa con terceros países. Ahora, la mayor parte del comercio es entre Colombia y Venezuela, precisamente porque se ha dado una complementación de las economías, se produjo la integración de cadenas productivas industriales. Eso permite una relación sólida. Pero esto no ocurre así en el resto de Latinoamérica, el Mercosur, ni la Comunidad del Caribe”.

“Esta situación nos está diciendo, que el intercambio comercial, que es deseable, porque definitivamente somos un gran mercado (solamente en Mercosur, incluyendo Venezuela, somos 168 millones de personas) necesita cambiar las reglas de juego. No es posible construir un mercado con capacidad de asimilar bienes y servicios, sino a partir de elevar la capacidad adquisitiva de la población. Amplios sectores de la población ganan un dólar diario, por tanto, no tienen capacidad de compra y el mercado existe en la medida en que hay demanda de bienes y servicios. Por mucho tiempo hemos sido jugadores que compiten. Lo que tenemos que ser es jugadores que formemos parte de un mismo equipo para competir con otro, esto significa que tenemos que establecer nuevas reglas de juego en las relaciones comerciales”.

¿Hacia dónde se encamina esta nueva forma de integrarse?

“La idea es tejer una red de relaciones de complementación y solidaridad en el ámbito tecnológico, social, académico y político, porque la base del proceso de integración que impulsa Venezuela es la interacción de los actores políticos para solucionar los problemas comunes, sin olvidar el respeto a la soberanía de los pueblos, pues cada pueblo tiene derecho a seguir su destino, pero todos en conjunto podemos construir una gran unión de naciones como la soñó Simón Bolívar”.

“Partiendo de ese principio de complementariedad, hay una agenda de cooperación que está en movimiento, una agenda muy rica porque no se centra exclusivamente en el interés económico de la relación comercial, esto es la Alternativa Bolivariana para las América (Alba) que pretende abrirse a otros aspectos, sobre todo el social. El Presidente ha dicho que en el proceso de integración lo social va por delante, porque si las políticas que se adoptan no conducen al bienestar de los pueblos y si los pueblos no sienten los beneficios de la integración, sencillamente no estamos haciendo nada”.

“Una propuesta muy distinta de lo que pretende establecer el modelo neoliberal, colonial y anexionista que se expresa en el Alca, que fundamentalmente pretende establecer un área de libre comercio entre países desiguales y dando preeminencia a la potencia del norte. Tratan de establecer un nivel de igualdad, cuando hay profundas desigualdades que conducirán a mayor concentración de capital, mayor incremento de la pobreza y mayor dependencia”.

Esta forma innovadora de relacionarnos con nuestros vecinos de América Latina ha sido utilizada por sectores adversos al Gobierno, para pretender hacer verle, a la población que Venezuela está regalando su petróleo. ¿Esto es cierto?

“Son críticas sin fundamento. Nada más falso que eso. Por el contrario, estamos haciendo una política inteligente como nunca la hicimos, porque siempre estábamos mirando hacia el norte. Esa política inteligente, en el caso del petróleo, se basa en la diversificación de nuestros clientes. Somos muy vulnerables si dependemos de un solo comprador. En la medida en que diversifiquemos la colocación de nuestros productos en un espacio más amplio, y por supuesto, tiene prioridad Suramérica, nos fortaleceremos. El petróleo ya no es sólo un instrumento para generar rentas, sino también un instrumento político para promover la integración de los pueblos”.

“Está naciendo un nuevo mercado que además del enfoque económico también lleva implícito un contenido político y social. Por ejemplo, el suministro de hidrocarburos a Brasil. En Pernambuco se construirá una refinería, que no es ningún regalo, es una refinería que Pdvsa y Petrobras levantarán unidas y que generará empleo allá y aquí también, y además procesará el crudo venezolano para ser vendido. Hay una gran expectativa de los sectores económicos, políticos y sociales, alrededor de esta iniciativa que será un motor en el proceso de integración del noroeste de Brasil, donde están cuatros estados brasileños, que además constituyen el gran potencial para el comercio venezolano, porque allí vamos a abrir espacios para exportar también nuestra sardina, materiales de construcción, plástico y para hacer asociaciones estratégicas que permitan producir insumos industriales. Comienza a nacer una relación mucho más amplia”.

Quiere decir que Venezuela obtiene un doble beneficio: económico y social. Lo económico no dejará de estar presente, sólo que le estamos dando un gran valor a los aspectos sociales, pues el mero crecimiento económico no es suficiente para garantizar un nivel de vida óptimo.

“Sí de eso se trata. Esta política de apertura nos va abriendo espacios. Se ha dicho que también le estamos regalando petróleo a Cuba, eso es falso. A Cuba le exportamos nuestro petróleo y lo pagan como cualquier otro cliente, con condiciones especiales basadas en una política de acercamiento y de comprensión, porque si vendiéramos el petróleo al precio internacional quebramos esos países. Venezuela está tendiendo la mano flexibilizando los pagos y las tasas de interés, pero eso tiene un impacto sociopolítico, geopolítico y geoeconómico muy importante. En términos económicos no hay ninguna pérdida porque estamos vendiendo nuestro petróleo. Aquí todo el mundo paga el petróleo. Estamos ampliando nuestro mercado y eso está generando nuevas inversiones en el sector petrolero. En la faja petrolífera del Orinoco, Argentina y Brasil invertirán para explotar el petróleo venezolano, son inversiones nuevas que generarán empleos y más renta. Esto es una ganancia que hay que meter en el balance”.

“Además, estamos abriendo espacios a los productos no tradicionales venezolanos, y el mejor ejemplo es Cuba. Desde el año pasado en el marco del convenio Alba, venimos manejando dos líneas de crédito de 100 millones de dólares cada una, a través del Banco de Comercio Exterior (Bancoex) para financiar la exportación de productos venezolanos hacia Cuba. Hemos exportado calzados, textiles materiales de construcción, productos plásticos e insumos industriales. Bancoex ha financiado 158 empresas venezolanas y ha generado 800 puestos de trabajo y 4 mil empleos indirectos en pequeñas y medianas empresas que nunca habían exportado, una relación que está en crecimiento. Lo mismo haremos con Bolivia, trataremos de crear un mecanismo similar para apoyar la industria nacional. Estamos embarcados en crear y fortalecer el sector productivo nacional, con vistas a nuestro ingreso al Mercosur, para que haya una reconversión industrial y tecnológica, porque tenemos un plantel obsoleto. Ya estamos trabajando en el diseño de un conjunto de medidas adicionales para relanzar el aparato productivo y abrir otros espacios, especialmente para la economía social, pequeña y mediana industria, todo esto dentro del proceso de integración”.

¿Integración que permite ofrecer ventajas a nuestros vecinos para asociarse?

“El mercado compensado es el otro mecanismo de negociación y el que nos permita obtener la otra parte de los beneficios. Parte de la factura petrolera puede ser pagada en bienes y servicios. Pero eso no es ningún regalo, es un pago, se trata de intercambiar para compensar déficit, por ejemplo de carne, pollo y transferencia de tecnología. Todo esto vale dinero y estamos estableciendo un mecanismo de compensación y de complementación”.

“Los beneficios comienzan a sentirse. La Misión Milagro es estrictamente orientada a promover la solidaridad. Se produce un doble milagro: el milagro de que un campesino pobre que tiene 15 años sin poder ver, pueda recuperar la visión, y el milagro que comienza a percibirse un nuevo concepto en la relación internacional. Esa luz que comienza a abrirse construye una nueva matriz de opinión que impulsa desde abajo y presiona hacia la élite de nuestros países para que la integración se centre en lo social. Argentina nos dotará de ascensores para los hospitales de Venezuela que llevan años con sus ascensores destruidos, además de equipos médicos para el tratamiento del cáncer y maquinarias agrícolas, como parte del pago por el suministro de petróleo. Ahora ¿Es que eso no tiene valor? eso es una manera de pagar también, se trata de una novedosa manera de pagar. Pero los beneficios que recibe Venezuela no se quedan allí. En esos convenios también está estipulado que las maquinarias se fabriquen en Venezuela, lo que generará empleo y transferencia de tecnología. La exportación del petróleo no sólo diversifica los clientes, sino que además nos permite generar industria en Venezuela, puestos de trabajo, transferencia de tecnología y lograr crear el mercado Suramericano”.

¿En qué condiciones se darán los aportes que anunció a Bolivia?

“Los términos concretos de esta iniciativa se están estableciendo. El primer beneficio es consolidar la unión con ese país, muy importante para nosotros desde el punto de vista histórico y porque serán nuestro futuro socio en el Mercosur. La economía boliviana es muy vulnerable, basada en el gas y algunos productos agrícolas. Nosotros haremos un trabajo muy intenso con ellos para transferirle todo lo que podamos, empezando por la legislación. Ellos tienen una legislación absolutamente colonial y del recurso gas no perciben beneficios como regalías. Su legislación es sumamente atrasada, mientras que Venezuela tiene todo un desarrollo en esta materia del rescate del recurso natural”.

“Ahora en ese convenio está planteada una relación que tendrá que ser diferente a la que podamos hacer con Argentina o Brasil, porque hay grandes asimetrías. Así como Argentina y Brasil son más industrializados que Venezuela, nuestro país es mucho más industrializado que Bolivia y la cooperación es un mecanismo internacional que trae como consecuencia que comencemos a interactuar en otros planos como el educativo y el de salud”.

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