Chávez en su intervención en la Marcha de la Dignidad
Foto: (PL)
Caracas, 5 feb (PL) Con un respaldo popular estimado en el 78 por ciento, según sondeos, el presidente de Hugo Chávez abrió su campaña por la reelección con la mayor manifestación de la historia de Venezuela.La marcha y concentración realizada la víspera es considerada de una magnitud sin precedentes por observadores locales de larga data, muchos de los cuales comenzaron a ver con mayor optimismo el propósito "chavista" de 10 millones de votos.
El propio Jefe de Estado, en un discurso para finalizar la conmemoración de la rebelión que encabezó en 1992, reiteró la necesidad de una votación masiva favorable a su Gobierno en los comicios del próximo 3 de diciembre.
El mandatario venezolano aseveró que ello es necesario para enfrentar un plan de deslegitimación elaborado por Estados Unidos, basado en la descalificación del sistema electoral para ocultar una apabullante derrota de la oposición.
Los 10 millones de votos, de un padrón que debe alcanzar en diciembre 16,5 millones de electores, servirían de contención a las maniobras para presentar a Chávez como un dictador, pese a haber ganado una decena de elecciones desde 1998.
El objetivo va mucho más allá de lo electoral, en un contexto de recrudecimiento de la agresividad estadounidense que ha elevado considerablemente los ataques verbales y las acciones por desestabilizar el Gobierno de la nación sudamericana.
De un lado, las agresiones de palabra subieron hasta el nivel de que el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, comparó a Chávez con Adolfo Hitler, el líder alemán contra el cual Estados Unidos combatió durante la Segunda Guerra Mundial.
El símil, rechazado enfáticamente por Chávez y otros altos funcionarios, fue recibido aquí como un alerta sobre la posibilidad de que Washington analice la alternativa de romper relaciones diplomáticas con Venezuela.
Por otra parte, las autoridades venezolanas denunciaron la actividad de espionaje de funcionarios diplomáticos estadounidenses, que llevó a la expulsión del agregado naval norteamericano Jhon Correa y serias advertencias a otros.
Según las denuncias, Correa logró implicar a un número que algunas fuentes estiman puede haber llegado a los 25 militares en su red de espionaje para obtener códigos secretos, documentos de inteligencia y datos de operaciones comerciales militares.
Entre otros elementos, Washington conoció así los detalles de la compra de equipos en España, que el gobierno de George W. Bush intenta bloquear en ese y otros países, como Brasil. La confluencia de estos factores desató una crisis bilateral que llevó a Chávez a alertar sobre la posible suspensión de la entrega de petróleo y el cierre de las ocho refinerías venezolanas en territorio norteamericano si Washington rompe relaciones.
Actualmente Venezuela envía 1,5 millones de barriles de petróleo diarios a Estados Unidos, cifra sobre la que Chávez advirtió podría colocar en otros países de alto consumo energético como China e India.
Coincidentemente la abogada estadounidense Eva Golinger denunció que posee pruebas sobre la presencia aquí de fuerzas especiales estadounidense de forma encubierta para realizar operaciones de desestabilizaación.
La autora de "El código Chávez", libro sobre el apoyo financiero de Washington a la oposición, estima que la acción es resultado de que consideran la única manera de derrocar al Gobierno venezolano es la violencia o la penetración de sus filas.
Con el criterio de la investigadora norteamericana coinciden observadores locales, quienes advierten sobre el endurecimiento de las presiones de la Administración de George W. Bush, ante la segura reelección de Chávez en las elecciones del próximo diciembre.
El vicepresidente, José Vicente Rangel, quien aseguró que el presidente más parecido a Hitler es Bush, calificó la situación de compleja y peligrosa.
Chávez, en su discurso de la víspera, hizo una evaluación similar al argumentar la necesidad de continuar reforzando la capacidad del país y colocar un millón de hombres sobre las armas para garantizar la soberanía nacional.
Una forma de impedir esa agresión, en opinión de las autoridades, es lograr un triunfo electoral inobjetable en los comicios del 3 de diciembre. "Otra resonante victoria", apuntó Chávez.
El Jefe de Estado resaltó que la batalla de este año es muy dura, porque -advirtió- no se trata de luchar contra la oposición venezolana, con los medios privados, ni con los viejos partidos.
Se trata, dijo, de enfrentar "al imperio más poderoso, cínico e inmoral del planeta, como lo es el gobierno de Estados Unidos".
No hay comentarios.:
Publicar un comentario