jueves, marzo 02, 2006

Negroponte, capo de escuadrones de la muerte: Un halcón al acecho de Venezuela

inSurGente 02 Mar.- Los más recientes ataques contra Venezuela del jefe del espionaje estadounidense, John Dimitri Negroponte, evidencian que un halcón de Washington acecha a la Revolución Bolivariana.

Dueño de un oscuro prontuario, el funcionario parece dispuesto a aplicarlo para destruir el gobierno del presidente Hugo Chávez Frías. En 1968, John Dimitri Negroponte, a la sazón alto, delgado, de hablar suave, sin calvicie, estaba en Vietnam.

Ya para entonces algunos corresponsales de guerra lo consideraban un hombre siniestro. Nadie entre los periodistas presentes en Vietnam sabía que hacía. "Desde los inicios de su carrera en la guerra de Vietnam, este personaje ha coordinado golpes de Estado, cuartelazos, esquemas de desestabilización y desinformación".

Era un funcionario sin aparentes tareas en la guerra, pero considerado ya un hombre de dobleces, el cual describía su trabajo en términos ambiguos e indefinidos, aunque sí se identificaba a sí mismo como empleado del gobierno de Washington.

No solía reunirse abiertamente, en público, con los jefes militares de estadounidenses y del régimen sudvietnamita, pero sí con los corresponsales de guerra.

Buscaba información. Para algunos ya era un operativo CIA. Hoy para confirmar hipótesis, Negroponte es el espía mayor en Estados Unidos, coordinador de 15 agencias de inteligencia.

Negroponte tiene tras si una larga carrera en el ámbito de los disimulos, los tapujos y las desfiguraciones.
Ese ámbito es el del espionaje -o inteligencia- y contraespionaje (o contrainteligencia), que resulta ser un en factor interno central de la política exterior del gobierno de su país, según opina un viejo corresponsal que estuvo en Vietnam.

Según el periodista mexicano Fausto Fernández Ponte, en el jefe de los espías de Washington se concreta "la práctica de un antiguo oficio, el del embozo, la argucia, la zorrería, el mimetismo y la retrechería, el fingimiento y el engaño para vencer y prevalecer".
"Desde los inicios de su carrera en la guerra de Vietnam, este personaje ha coordinado golpes de Estado, cuartelazos, esquemas de desestabilización y desinformación".

"Su campo de acción ha sido, principalmente, América Central. Como embajador en Honduras, desde allí coordinaba apoyo logístico a la contrarrevolución en Nicaragua".

En México, donde también fue embajador, Negroponte coordinó tras bambalinas operaciones, cuyo fin era el de ejercer presión sobre el gobierno local.
Cuando John Dimitri se desempeñaba como embajador ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), coordinó, desde allí, acciones propias de su oficio.
Así, hizo espiar a los embajadores de Chile, España y México, entre otros, a manera de triángulo para fines de soterramiento con la agencia de espionaje exterior del gobierno del Reino Unido.

Inclusive, este personaje hizo circular rumores contra el embajador de México en la ONU, Adolfo Aguilar Zínser, a quien, descalificó y ofendió públicamente.
Esa acción del señor Negroponte nos describe la soberbia y su obsesión por castigar a quienes se resisten a sus propósitos. El señor Aguilar Zínser votó contra la guerra en Iraq.

Concluida su gestión en la ONU, fue designado embajador en Iraq, y operando detrás de tramoyas y oculto por los telones de fondo de la investidura diplomática, él fue el titiritero.

Hoy es un hombre muy poderoso que aplica estrictamente el sentir del Presidente George W. Bush de intervenir en los asuntos de todos los países del mundo.

El presidente Bush designó el 17 de febrero al embajador John D. Negroponte como primer director nacional de inteligencia, cuyas funciones incluyen la supervisión de 15 agencias de inteligencia.
Según Bush, el trabajo de John es asegurar "que aquéllos cuyo deber es defender a los Estados Unidos cuenten con la información que necesitamos para tomar decisiones acertadas".

Durante el curso de una larga carrera, John Negroponte ha estado al servicio de su nación en ocho países en tres continentes. Ha tenido importantes puestos de liderazgo dentro del Departamento de Estado y la Casa Blanca.

Al presentarlo como su candidato a ser el "capo" de los espías, Bush indicó que "en las Naciones Unidas, John defendió nuestros intereses enérgicamente y habló elocuentemente sobre las intenciones de Estados Unidos de propagar la libertad y paz por todo el mundo".

Ese tenebroso personaje salió de Honduras dejando una estela de sangre y muerte. Hondureños, salvadoreños y nicaraguenses, resultaron víctimas de los escuadrones de la muerte y de la guerra sucia de la CIA. Allí estaba el hoy espía mayor.

Ahora, sus acechanzas, sus amenazas y sus planes para "propagar la libertad y paz por todo el mundo", según el dictado de la Casa Blanca, se enfilan sobre Venezuela. Hay un "halcón" al acecho.

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