sábado, febrero 11, 2006

Mensaje a las Hermanas del Mundo

La Campaña: Las Mujeres dicen NO a la Guerra*, lanzada en
enero del presente año por la organización estadounidense
Codepink- Women for Peace, cuenta dentro de las firmas iniciales
con la de Cindy Sheehan, madre norteamericana de soldado
muerto en Irak y quien se ha convertido en símbolo de lucha contra
la guerra.

Desde el VI Foro Social Mundial, celebrado recientemente en
Caracas, Cindy Sheehan llamó a las mujeres del mundo a unirse
en una gran jornada por el Día Internacional de la Mujer, a esta
campaña contra la guerra, recogiendo firmas en apoyo al
llamamiento que adjuntamos.

Nosotras las mujeres cubanas, que hemos sufrido en carne propia,
durante más de cuatro décadas las criminales y constantes
agresiones de las consecutivas administraciones norteamericanas,
y las consecuencias de las acciones terroristas contra nuestro
pueblo, compartimos este justo reclamo y nos unimos a esta
campaña internacional, conscientes de que sólo con justicia social
y paz podrá la humanidad sobrevivir y construir el mundo mejor al
que todas y todos aspiramos.

¡Globalicemos, hermanas del mundo, nuestro grito de paz y
justicia social!. ¡Unamos todas nuestras fuerzas contra el flagelo
de la guerra para que el futuro sea más luminoso!

¡Por un 8 de marzo en contra de la Guerra y por la Paz Universal!.

¡Adelante!

Federación de Mujeres Cubanas

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* El llamado de las mujeres por la paz


[La Campaña las Mujeres dicen No a la Guerra está recogiendo
firmas a este llamado, que será presentado a autoridades y líderes
políticos en Washington y a las embajadas norteamericanas en
diversos países del mundo, el próximo 8 de marzo, Día
Internacional de las Mujeres.]

El llamado de las mujeres por la paz: Una demanda urgente

Nosotras, las mujeres de los Estados Unidos, Irak y las mujeres
de todo el mundo, decimos Basta a la guerra sin sentido en Irak, y
a los ataques crueles contra otros pueblos en el mundo.

Hemos enterrado demasiados de nuestros seres queridos. Hemos
visto demasiadas vidas mutiladas por las heridas físicas y
psicológicas. Hemos mirado con horror cómo nuestros recursos
preciosos son utilizados para la guerra mientras que las
necesidades básicas de nuestras familias, como la comida, el
alojamiento, la educación, y el acceso al cuidado médico, no
están disponibles para ellas.

No tenemos más paciencia para vivir con miedo constante frente a
la amenaza de la violencia, y ver el creciente cáncer del odio y la
intolerancia que están aumentando e infiltrando nuestras casas y
comunidades.

Este no es el mundo que queremos ni para nosotras ni para
nuestros hijos e hijas. Con el fuego en el estómago y el amor en el
corazón, nosotras, las mujeres, estamos levantándonos sin
fronteras para unirnos y demandar un fin al derramamiento de la
sangre y la destrucción.

Hemos visto cómo la ocupación extranjera de Irak ha originado un
movimiento armado en contra de ella, perpetuando un ciclo de
violencia sin fin. Estamos convencidas de que éste es el mejor
momento para hacer la transición de un modelo militar a un
modelo de resolución pacífico del conflicto, que incluya los
factores siguientes:

• La retirada de todas las tropas y combatientes extranjeros de
Irak;

• Negociaciones para la reincorporación de los/las iraquíes
desplazados/as en todos los aspectos de la sociedad de Irak;

• La plena representación de las mujeres en el proceso de paz y
un compromiso con la igualdad completa de la mujer en Irak
después de la guerra;

• Un compromiso para descartar la construcción de cualquier base
militar extranjera en Irak;

• El control del petróleo y de todos los demás recursos por manos
iraquíes;

• La anulación de las leyes de privatización y de desregulación,
impuestas bajo la ocupación, permitiendo a los/as iraquíes orientar
la trayectoria económica de la posguerra;

• Un esfuerzo masivo de reconstrucción que priorice a los
contratistas iraquíes, con financiamiento de los países
responsables de la invasión y la ocupación de Irak.

• Considerar la creación de una fuerza internacional provisional de
paz, que sea verdaderamente multilateral y que no esté integrada
por ninguno de los países que participaron en la ocupación.

Para avanzar en este proceso de paz, estamos creando un
movimiento masivo de mujeres, que abarca múltiples
generaciones, razas, etnias, religiones, fronteras y tendencias
políticas.

Juntas, vamos a presionar a nuestros gobiernos, las Naciones
Unidas, la Liga Árabe, los Premios Nóbel de la Paz, los líderes
religiosos y otros/as en la comunidad internacional, para que
intervengan para ayudar a negociar una solución política.

Y en esta época de fundamentalismos divisionistas, llamamos a
los/as líderes del mundo para unirse con nosotras para que
avancen los valores fundamentales del amor a la familia humana y
a la protección a nuestro planeta precioso. (Traducción ALAI).

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