jueves, abril 27, 2006

1 de mayo en EE.UU.: obreros filipinos y coreanos se unen al paro general contra las leyes antiimigrantes

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Las tiendas La Curacao y Liborio serán dos de las empresas que sirven a la comunidad latina que el lunes próximo cerrarán sus puertas en apoyo al boicot del 1 de mayo.
La participación del sector privado en el boicot económico implica sacrificios para los comercios que participarán, dijeron expertos, pero a largo plazo refuerzan los lazos que los unen a sus consumidores.
La Curacao, que inicialmente iba a continuar sus ventas el 1 de mayo, aunque con la presencia de abogados de inmigración para orientar a sus clientes, ayer optó por unirse de lleno al boicot, anunció Ruth García, su gerente de publicidad. "Ya es fijo. Se estaba estudiando hasta dónde podíamos participar, y sólo vamos a abrir para que los abogados sirvan a la comunidad", afirmó. "Habrá unos cuantos [empleados] voluntarios para mantener la tienda abierta, encender las luces y cerrar ciertas áreas", precisó.
Noé Hernández, coordinador de Centro Azteca en la ciudad de Fresno, dijo que la respuesta del sector empresarial ha sido positiva en esa ciudad. Aunque Josie Chávez, portavoz de la distribuidora Márquez Brothers, se rehusó a comentar al respecto, un empleado de la empresa confirmó a La Opinión que el lunes Márquez Brothers permanecerá cerrado.
"La mayoría de las empresas saben de la necesidad urgente" de la reforma migratoria, dijo Hernández. "Se han beneficiado de los latinos, son gente analista que reconoce la importancia del mercado hispano, que sabe que es un potencia económica. No son tontos".Pese a la confusión causada por la postura de los sindicatos y la iglesia contra el boicot, compañías grandes y pequeñas se están uniendo al paro económico."El empresario que hace una acción cívica va a ganar más en la forma en que va a presentarse a la sociedad", dijo Hernández."Creemos que esta es la mejor forma de enviarle un mensaje, no sólo a los empleados sino comunidad, que estamos a la par de nuestros hispanos", afirmó García. "Es un mensaje muy fuerte, se puede perder muchísimo dinero, pero eso no ha sido un factor determinante, sino que somos parte de la comunidad".Casi tres mil empleados tendrán el día libre. "Es duro el golpe", dijo García de las posibles pérdidas económicas.Victor Escobar, gerente del Pollo Inka en Gardena, dijo que aún están considerando su participación en el paro, y que la decisión la tomarán los empleados.El 70% de sus empleados, aproximadamente 40 en cada restaurante, favorecen el paro económico, y de paralizar funciones el lunes el Pollo Inka podría perder entre 6 mil y 7 mil dólares en cada restaurante."Los trabajadores están asustados por lo que han escuchado en la televisión", dijo Escobar. "Yo lo dejo a cuestión de ellos, uno no va a tomar represalias. Si no vienen, por favor, vayan a la marcha".El gerente del Pollo Inka dijo que el desempeño de los empleados les da el derecho a expresarse."Son buenos trabajadores, el inmigrante viene aquí a trabajar, ¿como puedo estar en contra de ese fundamento?", indicó."A corto plazo, podría haber repercusiones, no tanto para personas que trabajan independientemente, sino para empleados" que pudieran ser suspendidos o despedidos, dijo Louis Barajas, autor y experto en finanzas.Las repercusiones negativas serán más pronunciadas en empresas pequeñas que están luchando por sobrevivir, dijo Barajas.Llamadas a otros supermercados, como Vallarta, Cárdenas y Gigante no recibieron respuesta antes del cierre de edición.
La Coalición de Inmigrantes Filipinos por Justicia (J4IFC) y la Alianza de Trabajadores Inmigrantes de la Comunidad Coreana (AIWKC) hizo un llamado ayer a todos los miembros de su comunidad para que participe en el boicot y en las marchas del próximo 1 de mayo.
Chito Quinjano, coordinador de J4IFC dijo que existen por lo menos 400 mil trabajadores inmigrantes filipinos sin documentos en el sur de California pero se estimaba que en todo el país hubiera varios cientos de miles es por eso la importancia de la comunidad filipina en el movimiento del próximo lunes.
"Lo que queremos es que la comunidad no trabaje, no vaya a la escuela y no compre", expresó Quinjano.
Por su parte AIWKC mandó también un mensaje a los empresarios y dueños de negocios de la comunidad coreana para que no penalicen o corran a todos los trabajadores que decidan participar en el boicot del 1 de mayo.
"No queremos que tomen represalias contra los que no vayan a trabajar por haber ido a luchar por sus derechos como trabajadores de este país", expresó Vy Nguyen, coordinadora de la alianza.
En Los Ángeles vive una de las mayores concentraciones de inmigrantes coreanos del país y se espera que el próximo lunes cientos de sus negocios se unan al paro.

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