Sao Paulo- Al menos 32 personas, entre ellas 25 agentes, murieron en las últimas horas en Sao Paulo a causa de unos 55 ataques perpetrados supuestamente por pistoleros del crimen organizado, informaron fuentes oficiales.
La ofensiva criminal, atribuida por las autoridades a una represalia por la transferencia de 765 presos a dos cárceles de máxima seguridad, también desató rebeliones en veintidós presidios del estado de Sao Paulo, donde se concentra el 40 por ciento de la población carcelaria de Brasil.
El jueves comenzó el traslado reclusos peligrosos de cárceles del interior del estado a dos penitenciarías de máxima seguridad, una en Presidente Venceslau, municipio situado a 620 kilómetros al oeste de Sao Paulo, y la otra en la zona norte de la capital.
Entre los transferidos, hay 16 reconocidos líderes del "Primeiro Comando da Capital" (PCC), una de las principales organizaciones criminales del estado de Sao Paulo.
El PCC es acusado por las autoridades de promover las múltiples rebeliones y motines registradas en las cárceles paulistas, que en lo que va de año ya suman 42 levantamientos.
Un nuevo balance parcial de la ofensiva criminal desatada en las últimas horas señala que de los 32 muertos, once eran agentes de la Policía Militar, siete de la Policía Civil, tres de la Guardia Civil Municipal, cuatro guardias penitenciarios, dos ciudadanos y cinco supuestos criminales.
Según la Secretaría de Seguridad Pública de Sao Paulo, otros dos civiles sufrieron heridas durante los mismos ataques junto con 16 sospechosos.
La ola de violencia desatada hacia las 20.00 horas (23.00 GMT) del viernes y que se extendió por más de seis horas, se concentró en comisarías, patrullas y guardias que se movilizaban a pie por distintos puntos de la ciudad.
De esos ataques, 28 fueron perpetrados contra objetivos de la Policía Militar, veinte contra a Policía Civil, cuatro a la Guardia Civil Metropolitana y tres a la Secretaría de Seguridad Pública.
De forma simultánea a estos atentados, la alerta se encendió en veintidós cárceles, en las que presos amotinados podrían tener hasta un centenar de rehenes, según informaciones periodísticas.
El traslado de prisioneros provocó el viernes dos rebeliones en penitenciarías localizadas en el interior de Sao Paulo, con un total de 24 rehenes, según las últimas informaciones oficiales.
Los primeros hechos se registraron en la cárcel de Iaras, a 282 kilómetros al noroeste de Sao Paulo, y la Penitenciaría 1 de Avaré, municipio localizado a 262 kilómetros al oeste de la misma capital.
En cada acción, los amotinados tomaron doce rehenes, entre funcionarios y guardias carcelarios.
Poco después de declararse el estado de alerta en Ayaré, la Policía Militar invadió el predio y liberó sanos y salvos a los rehenes.
En las últimas horas, los motines se extendieron a unidades en los municipios de Ribeirao Preto, Pirajuí, Mogi das Cruzes, Suzano, Araraquara, Lucélia, Lavínia, Marabá Paulista, Paraguacu Paulista, Flórida Paulista, Guareí, Campinas, Diadema, Franco da Rocha, Riolandia, Potim, Itirapina, Presidente Prudente, Irapuru y Paraguacu Paulista.
En ninguno de estos casos hay informaciones de muertos, heridos o reivindicaciones de los presos.
El secretario de Seguridad Pública de Sao Paulo, Saulo de Castro Abreu Filho, explicó que los ataques son "una reacción de los bandidos al trabajo de la policía".
"El objetivo de esos bandidos es movilizar a los medios de comunicación e intentar dejar la sensación de inseguridad", dijo.
Por su parte, el gobernador de Sao Paulo, Claudio Lembo, garantizó hoy que el estado, con 42 millones de habitantes, el más populoso del país, "no se curvará" ante la violencia.
El secretario de Administración Penitenciaria del estado de Sao Paulo, Nagashi Furukawa, aseguró que con la nueva transferencia de presos, las autoridades buscan cortar su influencia sobre el resto de los criminales que permanecen libres
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