LA PAZ (AFP) - El presidente electo de Bolivia, Evo Morales, logró un estratégico acuerdo político con las fuerzas sociales de El Alto, combativa región que tumbó al liberal Gonzalo Sánchez de Lozada en 2003, mientras alcanzaba también una importante mayoría en el Congreso.
El futuro mandatario, de origen indígena y tendencia de izquierda, logró la adhesión de los combativos sectores sociales de El Alto con cuyo respaldo -dijo- iniciará cambios al modelo económico "neoliberal" vigente desde hace veinte años en Bolivia.
El Alto lideró la rebelión popular por la nacionalización de los hidrocarburos de octubre de 2003 que se saldó con la renuncia de Sánchez de Lozada. También tuvo influencia decisiva en la dimisión del presidente Carlos Mesa, en junio de este año, por el tema del gas.
Como una señal de respaldo al mandatario electo, el movimiento social de El Alto, dejó sin efecto un plazo de 180 días concedido al nuevo gobierno para que haga transformaciones, lapso mantenido sin embargo a rajatabla por el radical dirigente de la unitaria Central Obrera (COB), Jaime Solares.
"Los plazos se los van a poner ellos", destacó el líder de la poderosa junta vecinal alteña, Abel Mamani.
Morales sostuvo también reuniones por separado con cooperativistas mineros, sindicatos de pensionados y la antigua federación de mineros, de quienes recibió amplio respaldo.
"Este gobierno debe ser de los movimientos sociales, del movimiento popular, claro, con directa participación también de sectores agropecuarios del oriente boliviano para que juntos gobernemos el país", propuso Morales.
El líder cocalero, que alcanzó una abrumadora mayoría de 54% de los sufragios en las elecciones del domingo, anunció: "Abrogaremos el decreto 21060 (que implantó el libre mercado en la minería) con la ayuda de ustedes" los mineros. Ese sector sufrió el despido de unos 20.000 trabajadores en 1985.
Una mayoría de los mineros cesantes migró entonces al mercado informal y otro tanto se trasladó a la región cocalera del Chapare, desde donde Morales saltó a la Presidencia de Bolivia.
Los países de la comunidad internacional "saben que vamos a cambiar el modelo económico y no se escapan de eso", puesto que ofrecieron respaldar el proceso de cambios, dijo Morales.
Estados Unidos "ya quiere entablar el diálogo, que nos pida, nosotros somos del diálogo, no vamos a escapar del diálogo", dijo Morales.
"No vamos a escapar del diálogo pero sí vamos para cambiar el modelo económico y para resolver el problema de las mayorías nacionales, de los trabajadores, de los campesinos, de los pueblos indígenas", sostuvo.
Mientras Morales obtenía el respaldo de los sectores populares, los resultados oficiales de la elección también le aseguraban un amplio respaldo en el Congreso.
La mayoría en la Cámara de Diputados, de 130 miembros, era amplia para el MAS (Movimiento Al Socialismo, el partido de Morales), que acumuló -contabilizado el 99% de los sufragios- 64 legisladores frente a los 44 alcanzados por Podemos, el partido del ex presidente Jorge Quiroga.
El empresario Samuel Doria obtuvo 10 diputados, Michiaki Nagatani ocho y los otros cuatro candidatos -entre ellos el líder aymara Felipe Quispe-, un parlamentario cada uno.
Las fuerzas estaban parejas en el Senado donde Quiroga tiene 13 senadores, Morales 12, Doria Medina uno y Nagatani -candidato del partido más antiguo de Bolivia, el MNR- también uno.
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