De guerra fría a guerra sucia: Campaña de miedo contra FSLN en Nicaragua

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Managua, 19 abr (PL) El analista político Oscar-René Vargas denunció hoy aquí la guerra sucia de la derecha nicaragüense contra el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) para tratar de confundir a los votantes en las elecciones de este año.

En un artículo de opinión que publica este miércoles en El Nuevo Diario, Vargas toma como ejemplo las declaraciones vertidas por el vocero del Partido Liberal Constitucionalista (PLC), Leonel Teller, en días pasados.

El portavoz señaló, sin mostrar pruebas, que el presidente Hugo Chávez otorgaría 50 millones de dólares al FSLN para financiar la campaña electoral de 2006, recuerda el analista.

Las afirmaciones de Teller, basadas en fuentes anónimas e "informes de inteligencia", recogen los prejuicios, el lenguaje ideológico y la estructura maniquea propios de la guerra fría, asegura Vargas.

El reconocido sociólogo nicaragüense denuncia además que la derecha ha pasado de la "guerra fría" a la "guerra sucia" para tratar de desacreditar al candidato sandinista, Daniel Ortega.

"Quienes se sienten afectados por el proyecto del cambio de rumbo han comenzado una guerra sucia, desinformando para meter miedo a la gente. Utilizarán el dinero, la televisión, los medios escritos y las mentiras", explica.

El analista recuerda que si en la época de la dictadura somocista el "enemigo" eran la subversión y el comunismo, ahora, de acuerdo con el guión elaborado por Washington, se nos dice que la amenaza es un eventual gobierno encabezado por Ortega.

Denuncia además que se trata de una acción de "distracción", dirigida no tanto a influir sobre la razón como en las emociones, para crear un clima de caos que alimente la paranoia en la opinión pública con el fin de inducir el voto del miedo.

Es decir, sentencia Vargas, buscan fabricar un consenso para que el actual sistema de dominación neoliberal se siga reproduciendo.

Para contrarrestar tales maniobras, el sociólogo aconseja que en proceso político-electoral que vive hoy Nicaragua, el sandinismo debe demostrar "que su lucha no es por el poder y el dinero, sino por la responsabilidad de tener un país diferente".