Múltiples artistas
franceses pusieron el grito en el cielo al enterarse del visto bueno
dado por los diputados de su país a dos enmiendas al proyecto de ley
sobre derechos de autor que legalizan el intercambio de ficheros a
través de internet, conocido como "peer to peer".
Esas dos enmiendas, introducidas por un diputado de la conservadora y
gobernante UMP y por otro socialista, y que salieron adelante anteayer
con una corta mayoría y en contra de los deseos del Gobierno, impedirán
que la futura norma sobre los derechos de autor pueda ser votada antes
de finales de año, como estaba previsto.
El examen del texto presentado por el ministro francés de Cultura,
Renaud Donnedieu de Vabres, deberá continuar el próximo 17 de enero,
tras las vacaciones parlamentaria navideñas, al no haber prosperado la
iniciativa gubernamental de votar de nuevo hoy esas enmiendas, con la
esperanza de tumbarlas.
El proyecto de ley gubernamental trata de luchar contra el pirateo de
películas y música en internet, al asimilarlo al delito de
falsificación.
Las enmiendas, que han provocado un fuerte malestar y preocupación en
los medios artísticos, prevén incluir internet entre las excepciones al
cobro de los derechos de autor.
En la práctica, eso supone legalizar el intercambio de ficheros a
través de la red sin fines comerciales, una práctica actualmente ilegal
en Francia aunque muy extendida en todo el mundo.
A cambio, las enmiendas pretenden crear una "licencia global" que, tras
un pago general, permitiría el intercambio de ficheros a través de los
sistemas "peer to peer".
Las dos enmiendas aprobadas anoche van en contra del objetivo del
proyecto de ley, que prevé medidas técnicas para impedir el intercambio
de ficheros en la red y penas de hasta tres años de prisión y 300.000
euros de multa para los usuarios que no respeten esa prohibición.
Esa idea de "licencia global" ha sido calificada hoy de "falsa buena
idea" por el ministro de Cultura, que en este debate cuenta con el
respaldo de la mayoría de sociedades de autores.
Según Donnedieu de Vabres, esa fórmula no permitiría remunerar a los artistas ni apoyar a la creación.
Hoy, numerosos artistas franceses contratados por grandes casas de
discos, como Universal Music, Sony-BMG y EMI, entre ellos Francis
Cabrel, Pascal Obispo o Rachid Taha, manifestaron su hostilidad a una
"licencia global".
En un comunicado, otra treintena de artistas, entre ellos Johnny
Hallyday o Corneille, precisaron que el hecho de que estén en contra de
las sanciones contra los internautas que copien sus discos no quiere
decir que apoyen el concepto de "licencia global", pues es una "amenaza
a la creación y a la libertad".
El Sindicato Nacional de los Editores Fotográficos, la Unión Nacional
de los Autores y Compositores, el Sindicato Nacional de Autores y
Compositores, así como la Cámara Sindical de la Edición Musical también
mostraron hoy su hostilidad a esa medida.
Por contra, la Sociedad de Percepción y de Distribución de derechos de
artistas e interpretes de la música y de la danza afirmó disponer de
13.500 firmas de sus asociados a favor de esa idea, pero se negó a
divulgar sus nombres.
Según datos de los industriales del disco y del cine, 870 millones de
ficheros fueron puestos ilegalmente en línea en 2005 y cerca del 45 por
ciento de las películas recientes han sido pirateadas.
Otro estudio afirma que los mayores copiadores de música y cine en internet son también grandes compradores de CD y DVD.
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