miércoles, enero 04, 2006

Espionaje doméstico empezó antes de orden emitida por Bush

Washington, 4 ene (PL) El programa de monitoreo contra los estadounidenses está vigente desde antes de que el presidente George W. Bush diera luz verde a la inteligencia norteamericana para espiar a sus conciudadanos, informa hoy el diario The Washington Post.

"Incluso, antes de que la Casa Blanca autorizara el plan de espionaje sin tener una orden judicial, la escucha detrás de las puertas estaba ocurriendo y alguna información era compartida con el Buró Federal de Investigaciones", precisa el periódico.

Según el Post, en octubre de 2001, tres semanas después de los atentados del 11 de septiembre, el general Michael V. Hayden, jefe de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), reconoció ante el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes que el servicio dirigido por él "estaba ampliando sus autoridades de vigilancia".

De acuerdo con el diario, que cita a oficiales, documentos desclasificados y miembros del Congreso, las preocupaciones por la extensión de los poderes de la NSA fue expresada a la sazón, al propio Hayden, por la representante Nancy Pelosi.

En una carta desclasificada la víspera, Pelosi, demócrata de mayor rango en el Comité de Inteligencia de la Cámara baja, dijo estar interesada en saber hasta qué punto la NSA había recibido autorización presidencial para las acciones que acometía.

Un funcionario de la Administración Bush comentó a The Washington Post que "el programa confidencial, puesto en vigor tras los atentados en Nueva York y Washington, fue autorizado en octubre de 2001".

El Presidente y sus asesores se han referido públicamente a varios aspectos de esa orden, pero ni la Casa Blanca, ni la NSA, ni el director nacional de inteligencia dirán qué día el gobernante la emitió.

En un mensaje electrónico enviado la víspera a varios medios de comunicación, Don Weber, portavoz de la NSA, alegó que sería un error "discutir detalles que podrían causar un daño potencial a la seguridad de nuestra nación".
El escándalo de espionaje se desató en diciembre pasado, tras revelar el diario The New York Times que esa Agencia monitoreó llamadas telefónicas y correos electrónicos de miles de personas en este país.

Para ello la NSA no contó con orden judicial alguna, pero si con el visto bueno de una directiva emitida por Bush en 2002.

Una ley nacional de vigilancia de 1978 establece que los servicios de inteligencia deben solicitar permiso a una corte, antes de monitorear comunicaciones de civiles estadounidenses en territorio norteamericano.

Esta semana estaba previsto el inicio de las audiencias en el Comité Judicial del Senado, para examinar la directiva emitida por Bush, a toda luz contraria a lo dictaminado por el Congreso.

"Probablemente habrá un debate nacional en torno a si el Presidente tiene el tipo de poder que está empleando", vaticinó el senador Arlen Specter, máxima figura de esa instancia congresional.

La senadora demócrata Barbara Boxer hizo pública una carta, en la cual preguntó a especialistas en derecho presidencial si Bush debe ser sometido a un "impeachment" (juicio político) por ordenar espiar a sus conciudadanos en nombre de la cruzada contra el terrorismo.

En igual sentido se pronunció el representante John Conyers, demócrata de mayor rango en el Comité Judicial de la Cámara baja, quien presentó una propuesta para que el propio gobierno determine si existen razones para sentar al Presidente en el banquillo de los acusados.

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