LA PELÍCULA SE COMERCIALIZA COMO PAN CALIENTE EN LAS CALLES
Los autores “quedaron azul” y no tienen ni idea de quién comercializó la cinta
ELIGIO ROJAS
Caracas. Con una camarita casera, pistolas de juguete, salsa de tomate para simular sangre y un montón de “artistas” del sector, la jueza de paz Cheila Soto y el barbero Jackson Gutiérrez se lanzaron a grabar el video Los Azotes de Barrio en Petare, cuya venta en las calles de Caracas hizo que la Fiscalía abriera una investigación.
La película casera trata de dos bandas hamponiles con sus menores de edad como carne de cañón que se autodestruyen en su lucha por controlar el robo y la distribución de drogas en el barrio. Las escenas fueron rodadas en el barrio La Línea de El Llanito, donde Cheila atiende un comedor comunitaria bolivariano y Gutiérrez una barbería.
El video fue hecho con el propósito de debatir el tema de la violencia petareña a través de foros; pero fueron sorprendidos cuando pasaron por un puesto de buhonero y lo tenían en venta, relató Soto al visitar la redacción del periódico en compañía de varios personajes de la película: Gutiérrez, Rubén Machado y Darwin Rodríguez.
Están dispuestos a declarar ante el Ministerio Público, pero aclaran que “no hemos cobrado ni una puya con ese video. No sabemos quién se lo pasó a los buhoneros”.
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