miércoles, abril 26, 2006

Cacería de brujas dentro de la CIA

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Washington, 26 abr (PL) El influyente diario The Washington Post critica hoy la cacería de brujas desatada por el director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), Porter Goss, para descubrir oficiales que filtran información a la prensa.

En un editorial, el rotativo estima que si agentes de la CIA revelaron al Post la verdadera historia sobre las prisiones secretas que la Agencia mantiene en ultramar, entonces el pueblo estadounidense tiene una deuda de gratitud con esas fuentes.

"La Administración de George W. Bush mantiene presos sospechosos de terrorismo, incomunicados en el extranjero en cárceles clandestinas, sin el debido proceso... y algunos son sometidos a tratamiento cruel, humano y degradante", señala el Post.

De acuerdo con el cotidiano, esa información debe ser conocida por la opinión pública, ya que es una "violación de la ley internacional y de los valores del pueblo norteamericano".

En opinión del rotativo, quizás la revelación sobre las prisiones secretas pueda ser lesiva a la seguridad nacional -aunque la CIA no ha dado evidencia de ello- pero es difícil imaginar que es más perjudicial para la existencia de Estados Unidos.

"Nosotros no cuestionamos la necesidad de que los servicios de inteligencia protejan sus secretos y castiguen a los empleados que los divulguen, cuando se trate de entregas deliberadas a gobiernos extranjeros", indica The Washington Post.

Sin embargo -señala- las revelaciones a los medios de comunicación estadounidense generalmente tienen beneficios para el país, como fue el caso de la divulgación del programa de espionaje doméstico aprobado por el presidente Bush.

"Quienes filtran información a la prensa lo hacen por razones patrióticas, y no porque deseen dañar la seguridad nacional", afirma.

Este lunes el diario The New York Times informó que docenas de oficiales de la CIA son sometidos al detector de mentiras desde enero último, como parte de una ofensiva para evitar las filtraciones de datos.

La medida fue ordenada por Porter Goss tras desatarse el escándalo de las cárceles secretas, puestas en evidencia luego de que una oficial lo informara a la prensa.

Los exámenes de polígrafo incluyeron hasta el inspector general de la CIA, John L. Helgerson, supervisor de la oficial Mary O. McCarthy, quien fuera despedida la semana pasada por poner en manos de los medios de comunicación los datos sobre esas prisiones.

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