Según el influyente diario financiero estadounidense The Wall Street Journal, el presidente venezolano, Hugo Chávez, está planeando un nuevo asalto contra las grandes petroleras extranjeras que representaría un paso importante hacia la nacionalización de la industria del petróleo de ese país.
La
medida podría reducir las ganancias de las petroleras, menguar las inversiones
privadas, disminuir la producción del quinto mayor exportador de petróleo del
mundo y aumentar aún más las presiones sobre los precios mundiales del
crudo, señala el Journal.
De acuerdo con el diario estadounidense, el Congreso de Venezuela -conformado
por mayoría chavista- estudia un aumento sustancial de los impuestos y regalías
para las compañías extranjeras que operan en la cuenca del río Orinoco.
Se trata de la región que contiene
las reservas más ricas de crudo del país, y donde empresas como Exxon-Mobil,
Total y ConocoPhillips convierten un petróleo similar al alquitrán en unos
600.000 barriles diarios de crudo más ligero y sintético.
Según el Journal, que cita como fuente a un alto ejecutivo de la estatal
Petróleos de Venezuela SA (PDVSA), el gobierno de Chávez (a quién llama
despectivamente "ex paracaidista") también intenta hacerse del
control mayoritario de los cuatro proyectos en el Orinoco y forzar a las
compañías privadas a aceptar una participación minoritaria.
Para el diario financiero una iniciativa así vendría a reproducir la reciente adquisición de PDVSA de 32 proyectos petroleros menores que estaban en manos del sector privado.
Fue un proceso que culminó hace poco
con la toma de dos campos petroleros administrados por la francesa Total y la
italiana ENI SPA, recuerda el Journal. y Añade: "Si se concretan los planes para
el Orinoco, ya no existirá en Venezuela ningún campo petrolero gestionado por
privados".
"Nos gustaría que todos los acuerdos (del Orinoco) se convirtieran en empresas
mixtas (el gobierno mantiene por lo menos un 51%)", dijo al Journal Eulogio del
Pino, un miembro de la junta de PDVSA y ejecutivo responsable de las relaciones
con el sector privado.
Bajo estos términos, las regalías en
la región del Orinoco aumentarían del actual 16,7% al 30%, y los impuestos
saltarían del 34% al 50%. Regalías más altas significan menos ingresos para las
empresas del sector privado, mientras que el alza tributaria quitaría parte
de sus ganancias.
Para el Journal, las medidas aumentan la apuesta de Chávez en su
batalla contra las petroleras extranjeras.
El gobernante las acusa de generar enormes ganancias con los altos precios del petróleo a costa de un país pobre.
Hay mucho en juego porque Venezuela
tiene las mayores reservas de crudo fuera de Medio Oriente y es el tercer
proveedor más grande de petróleo de Estados Unidos, precisa el diario.
Los cambios podrían concretarse esta semana, cuando los legisladores se
reúnan para revisar la decisión tomada en los años 90 de abrir parte de la
industria petrolera al sector privado.
Pueden pasar semanas o meses antes de
que se llegue a una decisión, pero los analistas creen que los congresistas
serán duros con las firmas extranjeras, con vistas a las elecciones de
diciembre, en las que Chávez se postula a un tercer mandato.
El Journal reconoce que, Más allá de la decisión que adopte el Congreso,
cualquier medida en contra de los proyectos del Orinoco tendría efectos
significativos sobre el mercado mundial y la industria petrolera venezolana.
Empresas como la estadounidense
ConocoPhillips, que controla dos de los cuatro proyectos existentes en el
Orinoco, según Deutsche Bank, podrían perder miles de millones de
dólares en ganancias.
En momentos en que se hace más difícil encontrar nuevas fuentes de suministro,
las medidas podrían desacelerar el desarrollo de los campos venezolanos,
advierte el diario financiero del Imperio.
Desarrollando presión The Wall Street
"advierte" que menos inversiones privadas (en la industria petrolera venezolana)
significa menos petróleo llegando a los mercados internacionales en los próximos
años, lo que ejercerá una mayor presión al alza sobre los precios.
"Algunas petroleras tal vez se vayan, pero otras se quedarán porque necesitan
las reservas venezolanas", dice Matthew Shaw, un analista de Wood Mackenzie.
Además, agrega el analista citado por el Journal, las petroleras han ganado mucho más dinero con sus proyectos de lo que inicialmente pensaban.
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