martes, junio 06, 2006

Bush ensaya politización de tema gay para oxigenar su gestión

Washington- Investigaciones sobre masacres inundan hoy a la Casa Blanca, los precios de los combustibles continúan en alza, pero el presidente George W. Bush insiste en desviar la atención hacia "los matrimonios gays".

Tal estratagema del gobernante no engaña a analistas políticos, que ven en sus recientes discursos homofóbicos un intento de apelar a la base conservadora de la sociedad estadounidense, para oxigenar su apoyo popular.

No sobra recordar que, de acuerdo con las cinco más recientes encuestas de opinión, alrededor del 60 por ciento de los ciudadanos norteamericanos han perdido la confianza o la simpatía por el Ejecutivo republicano.

Ante tal contexto, W. Bush optó por la movida en diagonal y sus habituales cortinas de humo. Un proyecto legislativo de prohibición constitucional de uniones civiles entre individuos homosexuales le sirvió a la perfección.

Durante los pasados seis días el mandatario no ha desaprovechado ninguna conferencia, velada, o reunión informal para apostillar sus criterios radicales de rechazo a los matrimonios del mismo sexo, y el peligro consecuente para la familia estadounidense.

Los argumentos (¿o perogrulladas?) del Presidente se han mantenido casi invariables: "El matrimonio es la unión del hombre con la mujer, la institución más importante de una civilización, su concepto nunca debe ser modificado".

Esta semana, la enmienda anti-gay está siendo analizada en el Senado. Pero nadie apuesta porque salve con éxito ese foro constituyente. Para volverse ley, necesita al menos 67 votos. Sus partidarios apenas suman medio centenar.

Bush está haciendo política. Está alcahueteando, cabildea para ganarse el favor de los círculos conservadores con la vista fija en las elecciones parlamentarias de noviembre, comentó Gavin Newsom, alcalde demácrata de San Francisco.

Creo que se debe trabajar para unir a las personas, no para dividirlas. Por eso pienso que se trata de una táctica cínica de Bush, subrayó Newsom.

En 1967, agregó el funcionario, las nupcias interraciales eran ilegales. Pero afortunadamente aparecieron personas que desafiaron eso. Si usted teme una reacción de represalia, entonces nunca supera un desafío, acotó.

Las evidencias contra esta enmienda son aplastantes. El pretendido veto contradice los preceptos tradicionales de tolerancia, concepto fundamental del federalismo, apuntó el senador Arlen Specter, republicano por Pennsylvania.

Un sondeo reciente de la agencia Gallup reflejó que el 58 por ciento de los norteamericanos prefieren que los casamientos entre homosexuales no sean reconocidos como válidos por la ley.

Pero el 89 por ciento respondió que esta minoría debe tener iguales derechos ciudadanos, y el 56 por ciento apuntó que las relaciones entre adultos del mismo sexo deben ser socialmente reconocidas y no legalmente censuradas.

Para otros observadores, el dilema sobre el matrimonio gay es simplemente un problema de derecho civil, tanto como fue el sufragio de las mujeres a inicios del siglo 20 y las exigencias de la comunidad afroamericana en los años ´60.

Hasta Laura Bush parece advertir a su marido. Yo pienso que el tema no debe usarse como una herramienta de campaña electoral, dijo la Primera Dama en una entrevista con Fox News.

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