KANDAHAR, Afganistán (AP) - Un comandante talibán dijo que más de 200 combatientes rebeldes están dispuestos a perpetrar atentados suicidas contra las fuerzas estadounidenses y sus aliados.
La afirmación fue desestimada el lunes como meramente propagandística por el gobierno afgano. Las autoridades reiteraron que la milicia fundamentalista se ha debilitado.
El domingo, en una entrevista con The Associated Press, el comandante mulá Dadula descartó una posible reconciliación con el gobierno del presidente Hamid Karzai, apoyado por Washington, y afirmó que el nuevo parlamento del país, el primero en más de 30 años, es un "lacayo de Estados Unidos".
El parlamento abrió sus sesiones apenas la semana pasada.
Dadula habló con la AP mediante un teléfono de satélite desde un lugar no precisado. Señaló que estaba en Afganistán.
"Más de 200 efectivos del Talibán se han registrado para realizar ataques suicidas con nosotros, lo que muestra que un musulmán muerde incluso sacrificar su vida por el bien de su fe. Nuestros atacantes suicidas continuarán la yihad (guerra santa) mientras los estadounidenses y sus aliados, tanto musulmanes como no musulmanes, no sean expulsados del país", advirtió.
El general Mohamed Zahir Azimi, portavoz del ministerio de Defensa de Afganistán, desestimó las aseveraciones de Dadula, sobre el poderío de los rebeldes, y consideró que éstas son mera "propaganda". Añadió que Afganistán tenía suficientes fuerzas de seguridad para lidiar con los insurgentes.
"Los talibanes están aislado. Carecen de poder. Se están valiendo de minas y actos terroristas... o atentados suicidas. Este tipo de operaciones muestra que ellos no tienen fuerza y son débiles", dijo Azimi a la AP.
El régimen talibán fue derrocado por las fuerzas encabezadas por Estados Unidos a finales del 2001, cuando se negó a entregar al líder de al-Qaida, Osama bin Laden, y a dejar de dar refugio a esa red extremista, tras los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y Washington.
Dadula, quien perdió una pierna cuando luchaba por el Talibán durante su ascenso al poder, a mediados de la década de 1990, es uno de los comandantes de la milicia, responsable de las operaciones en el este y sureste de Afganistán. Es buscado por la coalición encabezada por Estados Unidos que combate a miembros del talibán y de al-Qaida.
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