Washington, 26 dic (PL) El jefe del Departamento de
Seguridad Nacional (DSN) de Estados Unidos, Michael Chertoff, recomendó hoy
aplicar a los inmigrantes ilegales similares represalias que a sujetos
vinculados al crimen organizado.
Luego de confirmar la vigencia de un
programa de deportaciones aceleradas, Chertoff confirmó que durante 2005 el DSN
ha detenido a más de un millón de eventuales indocumentados en las fronteras,
pero que la situación migratoria no parece mejorar.
El funcionario se
pronunció a favor de la puesta en marcha de medidas más severas para detener el
tráfico ilícito de personas por los límites territoriales norteamericanos y la
permanencia de ilegales en Estados Unidos.
Pienso que debemos enfocarnos en
la lucha contra la inmigración ilegal con el mismo ímpetu aplicado al combate
contra el crimen organizado, argumentó el director de la agencia federal citado
por noticiarios nacionales.
Según Chertoff, el gobierno estadounidense tiene
que enviar un mensaje internacional crucial e inequívoco sobre este asunto, y
los potenciales inmigrantes sabrán el procedimiento que les aguarda si deciden
cruzar las fronteras ilegalmente.
El jefe de Seguridad Nacional recordó que
el objetivo de su departamento para 2006 será "expulsar y deportar a todos los
indocumentados detenidos tras cruzar la frontera. Nunca liberarlos, como ocurre
actualmente con muchos", dijo.
Organizaciones civiles denunciaron por su
lado el carácter racista y extremista de los grupos paramilitares
estadounidenses conocidos como Minutemen, abiertamente antiemigrantes tolerados
por el gobierno federal.
Mark Potok, líder del Proyecto Cívico Inteligencia,
organización no gubernamental (ong) que vigila los movimientos de las
agrupaciones segregacionistas, aseguró que tales bandas tienen componentes
xenófobos y antisemitas.
El creador de los Minutemen fue Jim Gilchrist, un
contador de California que reclutó voluntarios a través de Internet. La idea era
buscar una solución drástica a los problemas con los indocumentados que cruzan
la frontera entre Arizona y México.
Desde abril pasado, centenares de
estadounidenses extremistas, muchos armados, se unieron a estas sociedades y
establecieron campamentos cerca de los límites territoriales norteamericanos
para inhibir el ingreso de extranjeros.
Un hecho es que la inmigración
ilegal y sus problemas derivados han inducido a ciudadanos a idear planes
temerarios, respaldados por políticos que se disputan el protagonismo en ese
asunto de interés nacional, comentó Potok.
Incluso la oficial Patrulla de
Fronteras afirmó que los Minutemen eran un fastidio, porque entorpecen
operaciones de los comandos especializados al activar sensores electrónicos para
descubrir emigrantes indocumentados, reseñó el diario Chicago Tribune.
Otros grupos de derechos humanos han denunciado que camuflados entre sus militantes también hay algunos partidarios del Ku Klux Klan y neonazis, quienes ven en cualquier latinoamericano un objetivo para su frenética cacería humana.
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