Un juez le impuso una multa de 1 millón de dólares diarios al sindicato de trabajadores del transporte (TWU por sus siglas en inglés). El magistrado Theodore Jones acusó a la organización de violar una ley estatal que prohibe que los empleados públicos se declaren en huelga.
El equipo de abogados de la ciudad y el estado le pidieron al juez que le impusiera al sindicato una "multa bien alta" por haber violado las leyes.
En tanto, millones de habitantes quedaron varados debido al paro que sembró el caos en esta ciudad en medio de la agitada temporada navideña.
Los habitantes caminaron, patinaron, montaron bicicletas o compartieron vehículos a fin de llegar a sus lugares de trabajo luego que autobuses y trenes subterráneos dejaron de funcionar a eso de las 3 de la madrugada.
El alcalde Michael Bloomberg, según el cual el paro del transporte puede costar a la ciudad unos 400 millones de dólares diarios, se unió a miles de peatones que iban a sus trabajos en medio del frío invernal.
El sindicato de los transportistas se fue a la huelga luego que fracasaran las negociaciones con la Autoridad Metropolitana del Transporte (MTA) sobre salarios y beneficios.
Las autoridades comenzaron a clausurar molinetes y a cerrar entradas a los subterráneos luego de decidirse la huelga.
"No me parece bien que paralicen a esta ciudad, que es el centro financiero y cultural del mundo", opinó Larry Scarinzi, de 72 años, un ingeniero jubilado que buscaba un taxi frente a la estación central Penn Station. "Están violando la ley y están destrozando la economía".
Las autoridades anunciaron que llevarán al sindicato a los tribunales a fin de obligarlo a pagar millonarias multas. El sistema de transporte neoyorquino, el más grande del país, mueve a unos 7 millones de pasajeros diarios.
En una estación del subterráneo, se veía un letrero con la leyenda: "Estación cerrada debido a huelga. ¡Feliz Navidad!". En Penn Station, los altoparlantes ordenaban a los usuarios: "Favor evacuar el sistema de transporte subterráneo".
Los taxis aceptaban varios pasajeros con destinos distintos y ocurrieron enormes embotellamientos de tránsito, pues la policía impedía el paso de vehículos que no estuvieran compartidos.
En las calles, trabajadores de la red de transporte marchaban con carteles que decían: "Somos los que movemos a Nueva York ¡Exigimos respeto!"
"Que los echen a todos" los huelguistas, dijo Eddie Goncalves, un portero de un edificio que intentaba retornar a su hogar luego de trabajar durante la noche. Indicó que la huelga lo obligará a gastar diariamente 30 dólares adicionales en taxis y en boletos de trenes.
Bloomberg ha dicho que la huelga es particularmente lamentable debido a que ocurre en medio de la agitada temporada de viajes y compras navideñas. "Habrá un congestionamiento de tránsito que pasará a la historia", vaticinó.
El sindicato se declaró en huelga a eso de las 3 de la mañana cuando fracasaron las negociaciones con la autoridad de transporte. El presidente del sindicato, Roger Toussaint, dijo que la junta directiva de la agrupación había votado por abrumadora mayoría a favor de irse a la huelga.
"Esta es una lucha por la dignidad de nuestro trabajo, algo que es totalmente ajeno a la MTA", dijo Toussaint. "Los trabajadores del sistema de transporte están hartos de ser abusados y despreciados".
El presidente de la MTA, Peter Kalikow, calificó la huelga como "una bofetada" a los neoyorquinos e indicó que los abogados del gobierno municipal se presentarán ante las cortes de inmediato, en un intento de impedir el paro a través de las autoridades judiciales.
Es ilegal que los trabajadores del transporte vayan a la huelga en Nueva York. Los 33.000 miembros del sindicato enfrentan fuertes sanciones económicas y sus directivos el inmediato encarcelamiento.
Es la primera huelga del transporte en Nueva York desde abril de 1980, cuando se registró un paro de 11 días de duración. El anterior a ese tuvo lugar en 1966.
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