martes, enero 24, 2006

EEUU podrá ejecutar a los presos recluidos en cárceles militares como Guantánamo

Ene, 24, 2006.- Detractores de la pena de muerte han reaccionado con preocupación ante el anuncio de que el Ejército de los Estados Unidos emitió nuevas normas sobre la aplicación militar de la condena capital, según reseña hoy la agencia EFE.

El nuevo conjunto de normas, que "constituyen una importante revisión", fue publicado la semana pasada por la secretaría del Ejército y sólo hoy adquirió dominio público.

Estas normas "establecen las responsabilidades y actualizan la política y procedimientos para llevar a cabo una sentencia de muerte impuesta por cortes marciales", señala el documento.

En general, la mayor parte de los cambios son de carácter técnico y aclaran cuáles deben ser las funciones de los oficiales que participen en el proceso de las ejecuciones.

"Estamos preocupados ante la posibilidad de que las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos se estén preparando para una ejecución", dijo David Elliot, portavoz de la Coalición Nacional para la Abolición de la Pena de Muerte.

La última ejecución de un militar se llevó a cabo el 13 de abril de 1961, cuando el soldado raso John Bennett fue llevado a la horca después de que se le declarara culpable de la violación e intento de asesinato de una niña austriaca de 11 años en 1955.

En este momento hay ocho militares condenados a la pena capital en los corredores de la muerte. Seis son negros, uno blanco y el restante de origen asiático.

Se cree que el primero en la lista de los ejecutados es Dwight Loving, un soldado que fue declarado culpable de asesinar a dos taxistas en 1988. Su condena a muerte fue ratificada en 1996 por el Tribunal Supremo.

Según Richard Dieter, portavoz del Centro de Información sobre la Pena de Muerte, la medida podría constituir la antesala para la ejecución de algún "combatiente enemigo" detenido en la base naval norteamericana de Guantánamo (Cuba).

"Sospecho que esto tiene que ver con la gente que está en Guantánamo. Tal vez estén despejando el camino burocrático".

Hay alrededor de 500 presuntos terroristas extranjeros detenidos de forma indefinida en Guantánamo. Diez de ellos fueron acusados de diversos delitos pero ninguno de ellos implica la pena de muerte.

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