El mayor fabricante mundial de software confronta en la actualidad un litigio jurídico en la que se juega su liderazgo en el mercado internacional. Acusada de monopólica, la marca fue emplazada por la Unión Europea a ayudar a otros fabricantes de programas para crear productos compatibles con su sistema operativo Windows. Ambas partes no dan señal alguna de llegar a un acuerdo.
LUXEMBURGO.- La compañía multinacional Microsoft, propiedad de
Bill Gates, colocó el nombre de su firma y millones de dólares en el
ojo público tras un conflicto legal que parece no terminar y que ya se
extendió a meses de ardua pelea con un equipo tan gigante como ellos.
Esta
lucha entre “titanes” se inició cuando Microsoft introdujo un recurso
contra la decisión de la Comisión Europea (CE) de imponerle una multa
de 497,2 millones de euros por abuso de posición dominante.
A
raíz de ello, la CE le exigió dos medidas correctivas: desligar el
reproductor Media Player de Windows y brindar información a sus rivales
para que sus programas sean compatibles con el casi universal sistema
operativo.
La empresa de Bill Gates ha abonado la sanción
económica en una cuenta bloqueada, pero ha presentado recurso contra
las medidas correctivas exigidas e incluso demandado, sin éxito, su
suspensión cautelar.
Lo último
Recientemente el
Tribunal de I Instancia de la Unión Europea (UE) concluyó la vista
sobre el recurso de Microsoft contra la decisión. Esto se extendió
durante cinco jornadas completas, en las que las dos partes expusieron
al Tribunal sus argumentos sobre la actuación de la empresa y las
exigencias impuestas por el Ejecutivo de la UE.
También han
respondido a las preguntas formuladas por los jueces. Microsoft acudió
a la vista con más de cien abogados y asesores, frente a una decena de
letrados por parte de la Comisión, asistidos por varios funcionarios de
la Dirección General de Competencia asignados al caso.
Los
representantes de las dos partes, así como los de las diversas
asociaciones y empresas que apoyan sus demandas, hicieron
presentaciones muy detalladas y, en ocasiones, cargadas de
explicaciones técnicas.
Debido a la complejidad del caso, el
Tribunal reservó para esta audiencia cinco días, lo que la ha
convertido en la más larga de su historia para un único asunto, sólo
superada por la que se celebró sobre un cartel de cemento, en la que
varias empresas recurrieron la misma decisión de la Comisión y que duró
once días.
Según las fuentes, este período puede alargarse indefinidamente.
No sólo la marca de Gates puede perder
El
responsable de asuntos legales de Microsoft, Brad Smith, dijo
recientemente que en el caso que enfrenta a su empresa con la Comisión
Europea "hay mucho en juego" para Microsoft, pero también para la
industria tecnológica en su conjunto y para el mundo.
El jefe de
la unidad antimonopolio de la Comisión, Cecilio Madero, subrayó que el
único objetivo de Bruselas en este proceso es garantizar la innovación
y la posibilidad de elección para los consumidores y ello sólo puede
lograrse si hay competencia, no en una situación de monopolio.
Smith
y Madero se expresaron así al término de la audiencia que el Tribunal
de Primera Instancia de la UE celebró la semana pasada sobre el recurso
de Microsoft contra la decisión de la Comisión de 2004 de sancionarla
por abusar de su posición dominante.
Ambos rechazaron especular sobre la sentencia y destacaron su absoluto respeto a la autonomía de los jueces.
Propiedad intelectual
Smith
incidió en que el respeto a la propiedad intelectual está en el núcleo
de esta disputa y aseguró que es fundamental para el futuro de la
innovación en la UE, pues en función de esta sentencia las empresas
europeas se plantearán su estrategia de investigación y su política de
diferenciación de productos.
El directivo de Microsoft resaltó
su disposición a seguir trabajando con la Comisión Europea para
impulsar el crecimiento en la UE.
Por su parte, Madero recordó
que la Comisión trata todos los asuntos de competencia del mismo modo y
que en este caso, como en los demás, no defiende los intereses de
nadie. Recordó que cuando una empresa goza de una situación de
monopolio, como es el caso de Microsoft, tiene una especial obligación
de respetar las reglas de la libre competencia.
Escenario legal
Si
bien el Tribunal de Primera Instancia de la Unión Europea se ha
habituado a dirimir complejas disputas técnicas sobre las leyes
comunitarias de ese continente, desde que se inició el conflicto vive
ahora un ambiente de excepción con motivo de la audiencia del caso que
enfrenta a la Comisión Europea (CE) y al gigante multinacional de la
informática Microsoft.
Más de un centenar de periodistas se han
acreditado desde entonces para seguir la vista desde la sala, una cifra
récord que supera con holgura la del caso motivado por el
incumplimiento del Pacto de Estabilidad por parte de Francia y
Alemania, que convocó en abril de 2003 a unos 50 informadores, según
señalaron fuentes ligadas a la institución.
Lo que llama
poderosamente la atención es la talla, y la desproporción, de los
equipos que representarán a las partes: 109 abogados y técnicos
defenderán los argumentos de Microsoft; unas diez personas, los de la
Comisión Europea.
La llamada "Gran Sala" de la sede de la
Comunida Económica Europea, habilitó un espacio con capacidad para 215
asistentes reservado para casos de "gran trascendencia jurídica", según
las fuentes.
Por primera vez, 13 de los 25 magistrados que
componen el Tribunal de Primera Instancia estuvieron presentes durante
la vista previa a la audiencia.
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