João Marcelo Bôscoli es un fanático del MP3, del file sharing (compartir
archivos informáticos) y de las descargas musicales gratuitas de
internet. No cree en el formato CD y por si fuera poco desprecia
públicamente a las multinacionales. João Marcelo no es ningún hacker ni un desalmado vendedor del top manta.
Todo lo contrario: este joven de São Paulo es el empresario musical más
envidiado de Latinoamérica. Para ser exactos, es el presidente y
fundador de Trama, una discográfica independiente cuyo volumen de
negocio ha superado en Brasil a la mismísima Sony.
TODO GRATUITO. En una época en que la industria discográfica lucha para evitar el naufragio, el laboratorio
Trama está en el centro de todas las miradas. Pero la empresa no es
célebre por crecer a velocidad de vértigo, por diversificar negocio
hasta límites insospechados (graba, produce, distribuye…) o por tener
un envidiable catálogo de los sonidos más vanguardistas de Brasil y el
mundo. Lo que convierte a Trama en toda una revolución es que su
fulgurante éxito está basado en las recetas de los supuestos enemigos
de la industria. Lanza álbumes con la licencia Creative Commons (sin
copyright), vende recopilatorios en formato MP3 e incentiva las
descargas gratuitas de música en su sello on line, Trama Virtual, donde
hay catalogados unos 13.000 artistas y 34.000 canciones inéditas. Y más
de 300.000 usuarios registrados.
En Trama Virtual (www.tramavirtual.com.br) todo es gratuito. Existe un espontáneo top 10 de
descargas. Y algunos grupos como Cansei de ser Sexy causaron furor en
Inglaterra antes de tener CD. Para colmo, su primer álbum lo han
lanzado con licencia Creative Commons y con un CD virgen de regalo. Con
el logo de Trama y el nombre del grupo grabados. Toda una invitación a
la piratería.
HIJOS DE NAPSTER. Trama nació
en 1998, año en el que un adolescente de 17 años puso en jaque a la
industria con la invención del Napster, el sistema de intercambio de
archivos más popular de la historia. João Marcelo Bôscoli tenía
entonces 28 años. Su socio André Szajman, 27. Yen su manifiesto inicial
dejaron claro que Trama no era "una discográfica sino un movimiento
musical". Bôscoli es hijo de Elis Regina, la mítica diva brasileña que
murió en 1982 de sobredosis de cocaína, acosada por gravísimos
problemas económicos con las multinacionales. Quizá por eso, Bôscoli
construya inconscientemente algo antitético al capitalismo musical. "La
industria se ha especializado en vender plástico, CD. No les interesa
la música", afirma João Marcelo. El ambiente del estudio de grabación
de Trama, en el barrio chic de Pinheiros, es desenfadado. Abierto.
Decididamente joven. Gente repantingada sobre cojines leyendo revistas,
escuchando música. Nadie habla después del play.
LA FAMILIA TRAMA. Trama
es una familia. Sus artistas no abandonan la casa después del éxito. El
primero fue Otto, un extravagante nordestino que fusiona electrónica,
rock y ritmos regionales. Rápidamente se fue incorporando gente como
Rapin Hood (rap), Fernanda Porto (bossa nova electrónica), DJ Patife
(gurú del drum& bass), Max de Castro (megafusión urbana con base
negroide) o Wilson Simoninha (boogie soul post Jorge Ben). "Somos muy
urbanos por vocación y estamos muy conectados con la calle", matiza
Bôscoli. Trama ya ha lanzado 500 discos de artistas nacionales. Además,
distribuye 52 sellos brasileños y una docena internacionales. Pero para
llegar a liderar la primera división, Trama no ha necesitado de grandes
inversiones. Apenas visión. "Desde el 2001, colgamos los singles en
MP3, gratis, en la web. Y vendemos mucho más. Incluso obligamos a
compartir música", dice Bôscoli. En el 2001 colgaron canciones de
Fernando Porto en internet y premiaron el intercambio entre usuarios.
Ellos lo llaman blitz MP3. Tras Fernanda Porto, Tom Zé, uno de los padres del tropicalismo, lanzó un CD doble, Jogos de armar, cuyo segundo volumen se conseguía libre de derechos en internet. Después, llegó un álbum on line de Nação Zumbi. Y 3.2,un disco de Jair Oliveira lanzado exclusivamente en la red.
NEVERA SOUND.
"Cuando las grandes multinacionales empiezan a entender lo que hacemos,
ya estamos en otra cosa". Esta sentencia de Bôscoli resume el espítitu
de una empresa criticada hasta la saciedad. A cada nuevo invento,
chaparrón de críticas. Cuando nació Trama Virtual, en el 2004, fue
definida como "una locura suicida". Muere, sí, pero de éxito. The New York Times
la incluyó entre las diez webs más influyentes del mundo. "Lo más
importante es que es libre, como la música. Algunos grupos graban con
Trama, otros se autoproducen, otros graban con otras discográficas. Sin
intermediarios ni productores", afirma Bôscoli. En estos últimos meses,
Trama ha aumentado su lista de osadías-pecados: ha editado un CD con
cien temas en MP3 a un precio irrisorio; ha lanzado el último álbum de
Totonho e os Cabra bajo la licencia Creative Commons, al margen del
imperio copyright. Y hay más: Trama retransmite shows en su web,
produce audiovisuales para MTV, vende música para videojuegos y para
móviles, tiene un canal de radio en la aerolínea Varig... El nuevo lema
de la compañía habla por sí solo: "No vendemos plástico, trabajamos con
música".
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