La Habana, 11 ene (PL) El gobierno de George W. Bush auspicia el terrorismo
mientras mantiene injustas condenas de hasta cadena perpetua a cinco
antiterroristas cubanos que salvaguardaban la vida incluso de ciudadanos
norteamericanos, publica hoy el diario Granma.
Las autoridades
norteamericanas liberaron a dos de los acusados del asesinato del fiscal
venezolano Danilo Anderson y dan protección judicial a otro sospechoso, comenta
el rotativo.
También silencian herméticamente la denunciada complicidad de un
ex jefe del Buró Federal de Investigaciones (FBI) de Miami y de un agente de la
Agencia Central de Inteligencia (CIA) en el complot.
Granma hace referencia a
un artículo sobre el tema del diario caraqueño El Universal.
La nota de
marras denunció cómo después de 22 audiencias y la condena de tres autores
materiales del atentado terrorista, queda por precisar la participación de los
ex policías Johan Peña y Pedro Lander, refugiados en Miami, en el homicidio de
Danilo Anderson.
Anderson investigaba el fallido golpe de Estado en el 2002
contra el Presidente venezolano Hugo Chávez.
Antes de su muerte en noviembre
del 2004, cuando su automóvil fue destruido por una bomba similar a las
utilizadas por los terroristas cubano-americanos, el Fiscal había citado a
declarar a unas 400 personas que apoyaron aquel golpe.
Según el principal
testigo del Gobierno de Venezuela en la investigación del crimen, el colombiano
Giovanni José Vásquez De Armas, el ex jefe del FBI de Miami, Héctor Pesquera,
participó en una reunión en Panamá en la cual se planeó asesinar a
Anderson.
Personalmente vinculado a capos terroristas miamenses, tales como
José Basulto y Horacio García, Héctor Pesquera conoce cada detalle de las
conspiraciones contra Cuba y Venezuela desarrolladas en Miami mientras dirigía
allí a la policía federal, señala el periódico.
En junio del 2001, los
hombres de Pesquera arrestaban por extorsión a José Guevara, primo de otro de
los sospechosos. Por razones aún no esclarecidas, Pesquera dejó a Guevara en
libertad.
Acota Granma que, mientras Washington protege a tres de los
acusados del asesinato del fiscal Anderson y silencia la complicidad del ex jefe
del FBI de Miami y de un agente de la CIA en el complot encarcela a cinco
antiterroristas cubanos.
La protección oficial concedida a Peña, Lander,
Guevara, Pesquera y a un agente de la CIA vinculado al asesinato de Anderson,
demuestra la implicación de las autoridades norteamericanas en actividades de
terrorismo contra otros países, agrega.
Asimismo, señala el diario que los
vínculos entre terroristas venezolanos y cubano-americanos aparecen a diestra y
siniestra y se extienden hasta los círculos de amistades de Luis Posada
Carriles.
Thaís Elizabeth Plaza de Zurilla, entre los sospechosos del
asesinato de Anderson, es esposa de Jesús Zurilla, piloto del empresario Nelsón
Mezerhane, denunciado por el testigo de la Fiscalía venezolana entre los que
planificó el atentado, indicó.
Informó que el nombre de Nelson Mezerhane
aparece en el informe de la investigación policíaca junto a los de dos de sus
socios, el ex general venezolano Eugenio Añez Núñez y Salvador Romaní.
Ese
último personaje es un abogado venezolano de origen cubano, amigo personal de
los terroristas internacionales Orlando Bosch y Luis Posada Carriles,
apuntó.
Granma aduce que Romaní fue quien asedió la Embajada cubana en
Caracas, junto con Ricardo Koesling, también de origen cubano, durante el golpe
de Estado contra el Presidente Chávez, en abril del 2002.
También estuvo involucrado con Koesling en el intento de asesinato del presidente venezolano, descubierto en el 2004 con el arresto de paramilitares en la finca Daktari, propiedad de Roberto Alonso, otro emigrado cubano, ciudadano venezolano y estadounidense, vinculado a la mafia de Miami, agregó.
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