jueves, febrero 23, 2006

Argentina: Demandan a Ford Motors Company por secuestros en la dictadura

Buenos Aires 23 Feb. - Ford Motor Company y su filial en Argentina fueron demandadas el jueves ante un tribunal argentino por su vinculación con el secuestro de un grupo de gremialistas a comienzos de la dictadura militar de 1976 a 1983.

Según informó la agencia de noticias privada DyN, la demanda fue presentada por varios ex sindicalistas que aseguran que en 1976 fueron secuestrados por un grupo militar dentro de la fábrica que la automotriz aún posee en la localidad de General Pacheco, unos 40 kilómetros al norte de Buenos Aires.

"Algunos fuimos secuestrados por las fuerzas de seguridad en el interior de la fábrica y trasladados a un precario centro clandestino de detención ubicado en la zona del campo de deportes de la fábrica", declaró el ex sindicalista Pedro Troiani, uno de los querellantes, en la presentación judicial.

"Allí nos encapucharon, nos golpearon, sufrimos simulacros de fusilamiento y fuimos sometidos a torturas. A algunos se les aplicó la picana eléctrica, otros fueron obligados a orinar y a defecar en los zapatos", agregó.

Los gremialistas reclamaron a su vez la detención e interrogación del entonces presidente de Ford Argentina, el chileno Nicolás Enrique Courard; del ex gerente del grupo, el austríaco Pedro Müller; de su responsable de Relaciones Industriales, Guillermo Galárraga; del ex jefe de seguridad, el ex militar Héctor Francisco Sibilla; y del ex director de la escuela de ingenieros, el militar retirado Antonio Francisco Molinari.

Francisco Perrotta, otro ex empleado de Ford que denunció haber sido secuestrado, aseguró que sus secuestradores habían obtenido detalles de su identidad y actividad sindical "en la oficina de personal" de la automotriz.

Los ex sindicalistas denunciaron que "la empresa Ford urdió y ejecutó un plan preciso y concreto para deshacerse en forma violenta de la actividad gremial y sindical con el objetivo de crear un Terrorismo de Empresa que le permitiera reducir personal indiscriminadamente y sin mayores costos, acelerar sin problemas las líneas de producción hasta casi la explotación e ignorar las insalubres condiciones de trabajo".

Vicente Portillo, otro de los 24 secuestrados, testificó que "las fuerzas militares utilizaron para los secuestros medios suministrados por la empresa".

Entre 1976 y 1977, 18 trabajadores de la filial argentina de Mercedes Benz, que integraban una comisión gremial, fueron secuestrados. De ellos, 15 permanecen desaparecidos.

Sobrevivientes y familiares de las víctimas denunciaron ante tribunales de Argentina, Alemania y Estados Unidos que la empresa fue cómplice del secuestro, tortura y asesinato de los sindicalistas en manos de las fuerzas armadas.

Pese a que Daimler-Benz --fabricante de los vehículos Mercedes que se fusionó con la compañía estadounidense Chrysler en 1998--, negó esos cargos, en un informe difundido en 2003 reconoció que había puesto en peligro a un obrero al identificarlo como un activista de izquierda, información que llegó a las fuerzas militares.

De acuerdo con las denuncias de grupos de derechos humanos, 30.000 personas fueron muertas, secuestradas o "desaparecidas", entre ellas sindicalistas, activistas políticos de izquierda, periodistas e intelectuales, durante la llamada "guerra sucia". Los informes oficiales, sin embargo, sólo dan cuenta de 13.000 casos.

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