Caracas, 17 Mar. ABN (Luis Gonzalo Carrillo R.).- Esconder, minimizar, ningunear, desplazar de la atención de los venezolanos la elección presidencial de diciembre, y sus correspondientes preparativos, parece ser parte del objetivo de los medios de comunicación privados en estos días.
Se explica y se entiende: en la etapa actual, cuando el Comité de Postulaciones y la Asamblea Nacional (AN) se aprestan a nombrar la directiva del Consejo nacional Electoral (CNE) de acuerdo a lo que establece la Constitución, aparece claro el objetivo de imponer la matriz “de que si no se cumplen las condiciones” exigidas por la oposición no habrá elecciones. Por eso, resulta necesario, y casi imprescindible para la estrategia mediática, ocultar la normalidad del proceso.
Normalidad no es caos. Normalidad son instituciones funcionando, haciendo su trabajo. Y el caos resulta necesario para mantener un clima de zozobra, de tensión, para soliviantar a la opinión pública y mantener engrasada la maquinaria de la desinformación.
Veamos el caso de la alharaca auditora de ciertos opositores: el informe de la Unión Europea (UE) sobre las elecciones del pasado 4-D señala textualmente: “Sólo unos pocos partidos enviaron sus representantes a las sesiones de auditoría y no todos los representantes tuvieron la competencia técnica necesaria para hacerse una idea adecuada del funcionamiento de los sistemas”.
Al referirse al caso de Súmate expresa: “La asociación civil Súmate, a pesar de su declarado rol de defensora de los derechos humanos de los venezolanos, no solicitó acreditación para observar el proceso electoral”.
Y dice también de María Corina y sus muchachos: “todas sus actividades y declaraciones estimularon al electorado de oposición a moverse hacia posiciones abstencionistas”'.
Para ponerlo clarito, los observadores europeos dicen en ese informe que los medios ocultan a los venezolanos que:
1.- Pocos partidos participaron en las auditorías (aunque todos critican cómo se desarrollaron).
2.- De los que asistieron no todos tenían la suficiente experticia técnica para participar en un proceso como este.
3.- La famosa sociedad civil de Altamira y cercanías no participó en las actividades de observación, mientras que Súmate, cabeza visible de este sector, no solicitó acreditación (no es que no se le dejó, sino que no quiso participar).
Entonces a qué viene el escándalo con las auditorías del sistema electoral, justo en momentos en que:
1.- El CNE acaba de anunciar el resultado de las auditorías realizadas en presencia de la UE y Ojo Electoral. El resultado global, qué raro, es que se encontró en la auditoría posterior una discrepancia de 0,16% entre el voto electrónico y el comprobante de papel, mientras que el estándar internacional aceptado puede llegar hasta 3 % en este tipo de auditoría posterior.
2.- El CNE ha anunciado que entregará los resultados de una auditoría internacional al Registro Electoral (RE) realizada por el Instituto Interamericano de Derechos Humanos, a través del Centro de Asesoría y Promoción Electoral (Capel), con sede en Costa Rica.
No hay duda alguna. El escándalo con el tema de la auditoría, sea que la realice París, Ugalde, Súmate, Genatios, Virtuoso o Castillo Lara, se convierte así en la cobertura perfecta para ocultar tres hechos muy importantes e incontrovertibles:
1.- Que la UE certificó la confiabilidad del voto electrónico y las auditorías realizadas por el CNE y los pocos actores que se acercaron.
2.- Que las auditorías del CNE establecen que el sistema funcionó y que hay plena consistencia entre los votos electrónicos y los votos en papel.
3.- Que seguramente Capel también dirá cosas que vale más ocultar que informar.
De eso se trata, querido Goebbels. Mentir una y otra vez. Torcer la realidad si ésta contradice la matriz mediática. Escandalizar. Desinformar. Sembrar duda entre la gente. Crear incertidumbre y pescar en el río revuelto del Comité de Postulaciones y de la propia AN.
Por eso resulta conveniente ocultar que el cronograma de las elecciones presidenciales está listo y aprobado; que el 21 de mayo habrá elecciones en Nirgua y Carrizal para elegir alcalde o alcaldesa y que el 3 de diciembre habrá elecciones presidenciales con un CNE renovado.
Todo ello, en paz y en democracia, respetando su regla básica fundamental: la regla de la voluntad soberana, la regla de la mayoría.
viernes, marzo 17, 2006
CNE: ¿Por qué el escándalo con las auditorías?
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