DENVER 25 Ene. - El oficial Lewis Welshofer Jr. enfrentaba una posible condena de cadena perpetua, pero su castigo quedó en una reprimenda, en la obligación de pagar una multa de 6.000 dólares y la limitación de movilizarse únicamente entre su casa, la iglesia y la oficina durante dos meses.
La fiscalía acusó al soldado durante su juicio marcial de haber torturado al general Abed Hame Mowhoush. Dijo que sus métodos habían mancillado la imagen del ejército.
Durante el juicio se supo que Welshofer metió el cuerpo del general en saco de dormir y que se le sentó en el pecho.
Muchos activistas y expertos en asuntos militares opinan que el dictamen empeorará la imagen internacional que tienen de Estados Unidos respecto a los derechos humanos.
Si la situación fuera al revés y la víctima hubiera sido un general estadounidense, hubiera estallado un enorme revuelo en Estados Unidos, dijo Eugene Fidell, presidente del Instituto Nacional Militar de Justicia.
"¿Cómo van a interpretar esto por fuera?", dijo.
Mowhoush, el ex comandante de las defensas aéreas de Saddam Hussein, se rindió el 10 de noviembre del 2003, para poder obtener la liberación de uno de sus cuatro hijos.
Dieciséis días después, Mowhoush murió cuando el soldado estadounidense lo metió en el saco, se sentó sobre su pecho y le tapó la boca.
Acusado de homicidio, ataque y negligencia voluntaria en el cumplimiento del poder, Welshofer finalmente fue hallado culpable de homicidio negligente y negligencia en el cumplimiento del poder.
El abogado defensor Frank Spinner dijo tras la sentencia que el jurado reconoció que Welshofer hizo lo que creía correcto sin haber recibido unos lineamientos claros de sus comandantes.
"Cuando enviamos a nuestros hombres o mujeres al frente de batalla, tenemos que apoyarlos, tenemos que darles reglas muy claras, y tenemos que darles suficiente espacio para cometer errores sin tratarlos como criminales", dijo.
El hijo más joven de Mowhoush, Mohammed Mowhoush, de 18 años, le dijo al Denver Post que Welshofer debería recibir una sentencia más severa. "Queremos que se haga justicia".
Los críticos de la sentencia señalaran que la decisión podría poner en peligro a rehenes estadounidenses, ya que sus captores podrían justificar el trato inhumano.
Este no es el primer caso de la guerra en Irak en el que los soldados acusados reciben penas mucho más suaves de lo que se estipulaba.
Jumana Musa, de Amnistía Internacional, dice que esto erosiona la credibilidad de Estados Unidos.
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