El mexicano Jacinto Hernández, de 14 años, intentará hoy, como hacen
otros 40.000 menores cada año, burlar la avanzada tecnología instalada
en el cruce fronterizo conocido como el "Paso del Aguila" y entrar
ilegalmente en EU.
Antes de poner en riesgo su futuro e incluso
su vida, comerá en un hogar instalado por la Iglesia católica para
atender a los emigrantes en el municipio de Tecate, estado mexicano de
Baja California, donde se encuentra el "Paso del Aguila".
"Voy
en busca de la tierra que nadie me ha prometido, pero que quiero
conquistar porque en México no puedo conseguir empleo y necesito ayudar
a mis seis hermanitos", afirma el joven procedente del estado de
Querétaro (centro), quien ya ha intentado el cruce seis veces.
El
"paso del águila" es una rendija en la amurallada y "caliente" frontera
entre México y EU, que cuenta con vigilancia de última tecnología
debido también a que en Tecate opera un estratégico paso de mercaderías
entre los dos países, integrantes, junto a Canadá, del Tratado de Libre
Comercio de Norteamérica (TLCAN).
A Jacinto Hernández y otros
emigrantes de diversa procedencia les espera un escuadrón de la
Patrulla Fronteriza de EU, cámaras infrarrojas destacadas en las
montañas y helicópteros equipados para patrullar por las noches y
detectar a las personas en el bosque y el desierto.
"Si la
'migra' (autoridades estadounidenses) me detiene en diez ocasiones,
intentaré cruzar once", dijo un desafiante Hernández, al salir de la
"Casa del Migrante", un hogar de paso regentado por monjas y sacerdotes
católicos en Tecate.
El joven ha intentado pasar al país del
norte en otras seis ocasiones por cruces de la cercana ciudad de
Tijuana, también en Baja California, donde se encontró con una extensa
valla metálica de unos cuatro metros de altura, que en algunos tramos
llega a ser triple y se adentra en el océano Pacífico.
"Lo que
más rabia me da cada vez que fracaso en el intento es saber que tengo
EU a menos de 20 centímetros y no poder siquiera pisar su territorio",
señaló.
Después de sus seis intentos anteriores, el joven
recorrió la autopista que conduce al aeropuerto internacional de
Tijuana, bordeando la frontera, y vio decenas de cruces y figuras de
ataúdes pintadas en la llamada "valla de la ignominia y la xenofobia"
por muchos mexicanos.
Esas cruces y ataúdes recuerdan a "todos
los adultos y menores, hombres y mujeres, que cayeron intentando buscar
una vida mejor", dijo Hernández.
En la Cámara de Representantes
de EU hay iniciativas para construir más muros a lo largo de los 3.200
kilómetros de frontera con México y endurecer las normas legales contra
los inmigrantes sin documentos, pero Hernández aseguró que esas medidas
serán en vano mientras haya niños y jóvenes necesitados en América
Latina.
A diferencia de Hernández, varios menores no pudieron
vivir para contar su temeraria experiencia de intentar viajar
ilegalmente a EU o fueron sometidos a toda clase de abusos por parte de
voraces traficantes de personas, proxenetas, narcotraficantes y otros
criminales organizados, según organizaciones humanitarias.
"Muchos
menores quedan abandonados a su suerte porque los 'polleros'
(traficantes de personas) los engañan cuando llegan a la frontera o
logran pasar al otro lado", comentó a EFE Uriel González, coordinador
de un centro de atención a jóvenes emigrantes o deportados en Tijuana.
Los
menores procedentes de otras regiones de México y el resto de América
Latina varados en Tijuana, una ciudad de más de 1,5 millones de
habitantes, donde circula el dólar estadounidense y el costo de vida es
alto, están expuestos a quedar atrapados en las redes del bajo mundo,
que en esa región habitualmente se expresan a tiros.
González
dijo que a partir de 1997 se notó en Tijuana y otras localidades
fronterizas una creciente llegada de jovencitas y niñas procedentes del
sur de México y América Central, especialmente.
La hermana
Trinidad Cardona, a cargo de la "Casa del Migrante" de Tecate, señaló a
EFE que supo de casos de menores que murieron o quedaron heridos al
intentar cruzar los desiertos y montañas, así como de madres
adolescentes que han dado a luz en plena travesía.
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jueves, enero 12, 2006
Niños mexicanos se juegan la vida y desafían la vigilancia en la frontera con EU
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