Washington, 12 feb (PL) Las mentiras del presidente estadounidense, George W. Bush, preocupan hoy a muchos de sus compatriotas, según manifestó un directivo de la Unión Americana para las Libertades Civiles (ACLU).
Anthony Romero, uno de los principales ejecutivos de ACLU, expresó su preocupación porque las mentiras del presidente "perjudican los derechos de los ciudadanos".
Romero se refirió en particular a los casos de tortura que ha negado y a lo que hay detrás del plan de espionaje de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA).
"Bush es un mentiroso, porque en algunos campos ha dicho mentiras, como en el tema de la tortura, que ha dicho que no torturamos mientras que existen miles de documentos del gobierno que demuestran que sí ha habido tortura de personas", subrayó.
Asimismo, "mintió al decir que no ha violado la ley en la NSA y también es una mentira, porque está claro que no hay ninguna legislación que le dé ese poder", precisó el funcionario durante una conferencia ofrecida a los miembros de ACLU en Los Angeles.
Es preocupante el poder que ha tomado el Presidente por encima de los poderes Legislativo y Judicial, alertó Romero.
"Hemos visto en los últimos años cómo el gobierno perjudicó los derechos de todas las personas y nos preocupa que también muchas de las reglas para nuestra democracia sean violadas", agregó.
Indicó que el poder del Presidente aumentó mientras que el papel del Congreso y los jueces disminuyó.
El activista planteó la necesidad de que la gente entienda los problemas que genera la actual Administración federal, principalmente con el programa de espionaje.
Sostuvo que "el programa de vigilancia de los terroristas no es verdad, es más amplio y afecta a los ciudadanos, es un programa que se ha hecho sin que el Congreso lo apruebe, sin que ningún juez lo apruebe".
Mientras grupos de derechos civiles cuestionan al gobernante, en los últimos días varios ex funcionarios y también legisladores de su propio partido, pusieron en entredicho su versión de diversos problemas.
Esto, opinan analistas, es la causa principal de que en los últimos días la marca de aceptación de Bush se encuentre alrededor del 42 por ciento.
Katrina y la respuesta del gobierno, la guerra en Iraq y los escándalos de corrupción son fantasmas que asustan a Bush y que se niegan a desaparecer.
El ex director de la Oficina Federal de Emergencias (FEMA), Michael Brown, desmintió a la Casa Blanca sobre la fecha en que fue informada de que Nueva Orleans se inundaba.
El problema de las mentiras ocupó más atención cuando un ex funcionario de los servicios secretos denunció, en un artículo que publicará la revista Foreign Affairs, que el mandatario manipuló la información para justificar la agresión a Iraq.
Paul Pillar, al frente del trabajo de la CIA para el Oriente Medio y el sureste de Asia entre 2000 y 2005, culpó a Bush de desconocer que con la invasión de Iraq se incrementaría el apoyo a los objetivos del terrorismo.
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