La expansión que experimentó en 2004 fue suficiente para que la compra por habitante recuperara el terreno perdido durante el período recesivo 2002-2003, alcanzando 1,2 millones de bolívares.
Texto: Jainelly Fernández Urdaneta
La no petrolera
La gran expansión de la actividad no petrolera entre 2004 y 2005 ha extraído su impulso esencial de la fuerte expansión experimentada por el gasto público en el período catapultando la demanda agregada interna.
Ésta última, luego de la contracción de 10% experimentada en 2003, experimentó crecimientos de 28,9% en el año 2004 y 18% en el 2005, que abarcaron tanto a su componente de consumo como de inversión.
En el año 2004, el consumo total creció en 16%, mientras que la formación bruta de capital fijo lo hizo en 43%, tendencia ascendente que se mantuvo en el 2005, cuando el consumo creció en 14,4% y la formación bruta de capital fijo lo hizo en 33,2%.
Dentro de las compras totales el sector que presenta mayor crecimiento en ambos años es el privado, con auges de 16,6% en el 2004 y 16,3% en el 2005, superiores a los crecimientos de 13,9% en 2004 y 7,3% en el 2005 del sector público.
Detalles
Las cifras hacen evidente que el crecimiento de la demanda agregada ha superado con creces el de la producción doméstica (PIB). El creciente exceso de demanda, aunado a la fluidez de la asignación de divisas y a una posible sobrevaluación del bolívar, explica la fuerte expansión de la oferta de bienes importados, que creció en 60% en 2004 y en 36% el año pasado.
Según la publicación financiera LatinWatch, el fuerte crecimiento de las importaciones en 2005 no se ha reducido al necesario para suplir el exceso de demanda, sino que ha servido para una acumulación récord de inventarios, en anticipación de la ampliación del exceso de demanda en 2006, dada la fuerte expansión prevista y de la igualmente previsible desaceleración del ritmo de crecimiento de la producción doméstica (las previsiones oficiales estiman que el PIB crecerá en 5% en 2006).
En particular, destaca el hecho de que la acumulación de existencias expresada como proporción del PIB, se elevó durante 2004 y 2005 en niveles no alcanzados desde 1978, específicamente 6,3% y 6,5%, respectivamente.
Energía
Por su parte, Giovanni Di Placido, jefe de la referida unidad de estudios, comentó sobre lo que se debe esperar en 2006 en el mercado petrolero.
“Los pesimistas (precios altos) piensan que se mantiene el fuerte crecimiento de la economía mundial y de la demanda. Este comportamiento, dada la baja capacidad adicional de producción disponible y la persistencia de las pérdidas de producción por los huracanes, conjuntamente con un mayor riesgo geopolítico asociado a Oriente Medio, podrían explicar un alza sostenida de los precios”.
Cabe destacar que el Gobierno federal de los Estados Unidos estima un precio medio sobre los 63 dólares el barril y el mantenimiento en términos reales en esos niveles para los próximos años.
Di Placido expresa que “los optimistas (precios bajos)” se fundamentan en un menor crecimiento de la economía mundial y de la demanda, que a su vez se resiente del impacto de los altos precios, acompañados por una mayor recuperación de los inventarios, mayor capacidad de crecimiento de la oferta.
“El seguimiento del comportamiento y reacción de la Opep será clave, aunque ésta se encuentra atrapada en el dilema de saber si niveles sostenidos de precios de 60 dólares reales por barril podrían implicar una pérdida de participación en el medio plazo, similar a la ocurrida con la expansión generada en el Mar del Norte. De esta manera, es probable que favorezca como precio objetivo —de medio plazo— una referencia algo más cerca de 40 o 45 dólares, más que los niveles actuales”, añadió el especialista.
Advirtió que de radicalizarse las posiciones podríamos estar viendo un salto a niveles de 70 dólares en el precio del Brent, que de consolidarse para el resto del año, se tendría una media esperada del Brent de $ 88,7 el barril que representaría un alza del 62% con respecto al escenario base.
Anteriores
De acuerdo con cifras preliminares del Banco Central de Venezuela, en el 2005 la actividad económica del país, medida por el Producto Interno Bruto (PIB), se expandió en 9,4% respecto al año previo, apalancada básicamente en el crecimiento del sector no petrolero, el cual experimentó un crecimiento de 10,3%, explicando así 7,7 puntos porcentuales del citado 9,4; mientras que el sector petrolero se creció en 1,2%, con lo cual su aporte al crecimiento de la economía en su conjunto resultó de tan sólo 0,2 puntos porcentuales.
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