lunes, marzo 06, 2006

"Sueño Americano" pasa de lejos por barrios de miseria Filadelfia

Por María Peña Filadelfia (Pensilvania), 6 mar (EFE).- La extrema pobreza, las drogas, la violencia y los problemas de inmigración están colmando la paciencia de los líderes hispanos en Filadelfia, quienes exigen del Gobierno de Washington acciones contundentes.

Activistas consultados por EFE se quejan del abandono en el que permanecen los barrios latinos, particularmente en el norte de Filadelfia, una ciudad portuaria más conocida como la "cuna de la democracia".

Estos barrios de miseria no figuran en el escaparate que Filadelfia ofrece al mundo, con sus almacenes y restaurantes de lujo y sitios de atractivo turístico, como la Campana de la Libertad.

"Esta es la zona más olvidada de la ciudad. Aquí uno puede comprar una casa por 30.000 ó 40.000 dólares, pero nadie quiere vivir aquí", señaló Leonel Cruz, pastor de la Iglesia Luterana Nueva Creacion, en la calle West Tioga.

"Hay mucha inseguridad y mucha drogadicción, apareada con violencia. Prácticamente es como una prisión y la policía sólo trata de evitar que el problema se extienda a otras zonas", agregó, al describir cómo viven sus feligreses en las llamadas "tierras malas".

Un paseo por "La Quinta", una calle colmada de negocios étnicos, basta para comprobar el deterioro de este sector de la ciudad: muchas casas tienen rejas en porches, puertas y ventanas, otras están selladas con tablas, mientras que otras están completamente desvencijadas.

No hay zonas verdes y la basura se desborda por todas partes, pero la gente, resignada al abandono de las autoridades, parece no mirarla.

"La gente tiene luchas más importantes. Nosotros queremos darles un poco de ánimo y esperanza, pero claramente faltan otras cosas", comentó Cruz.

Razones bastan para la desesperación: más del 50 por ciento de los negros e hispanos de la ciudad no se graduan de secundaria, hay un alto índice de pobreza, y para muchas familias el único sustento proviene del programa de "Welfare".

La población hispana, que desde los años cincuenta ha estado dominada por puertorriqueños y dominicanos, atraviesa ahora una transformación demográfica y, con ella, nuevos problemas.

Se calcula que en Filadelfia hay aproximadamente 130.000 latinos, la mayoría de Puerto Rico, seguidos por dominicanos, colombianos y, en los últimos años, alrededor de 20.000 inmigrantes mexicanos.

"Es una ciudad de contrastes porque así como hay latinos en la industria de servicios, también hay profesionales y políticos en todos los niveles. La reforma migratoria interesa mucho a los mexicanos, mientras que a los puertorriqueños les preocupa más incrementar su representación política o derrotar medidas para convertir el inglés en idioma oficial", explicó Diego Castellanos, quien dirige el programa televisivo "Puerto Rican Panorama".

Pese a la segregación de los hispanos en la ciudad -los caribeños al norte y los mexicanos al sur-, los activistas enfatizan que los une el idioma, la cultura y su deseo de mejorar sus barrios.

Una prueba de esa solidaridad fue la movilización del mes pasado en la que más de 3.000 latinos marcharon en contra del proyecto de ley del republicano James Sensenbrenner, que criminaliza a los inmigrantes indocumentados y sanciona a quienes les ayuden. "Había banderas de toda América. Los que no tienen papeles se la están jugando todos los días, pero los puertorriqueños y dominicanos nos apoyaron, porque saben que Sensenbrenner quiere destruir todo lo que estamos logrando en EEUU", dijo Ricardo Díaz, un activista de Chihuahua (México) que ayudó a organizar la protesta, descrita en la página de internet www.undiasin.com.

"El Sueño Americano está fuera del alcance de muchos, pero seguiremos presionando por la justicia social. Esa primera marcha fue un disparo al aire para motivar a la gente", enfatizó Díaz.

Mientras, representantes del "Congreso de Latinos Unidos" se reunirán con líderes del Legislativo en Washington para abogar por una reforma migratoria en EEUU.

"Llegaremos en busca de respuestas al problema de la inmigración, la pobreza y la marginación. Tenemos asuntos pendientes y de mucha importancia para nuestra comunidad", resumió Varsovia Fernández, encargada de asuntos legislativos de ese grupo.

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