Bush, entre los presidentes menos populares de la historia de EEUU

Los precios de la gasolina han subido un 30 por ciento en Estados Unidos en un año y la popularidad del presidente George W. Bush ha caído al nivel más bajo de su gestión, en una combinación que preocupa a los republicanos de cara a las elecciones legislativas de noviembre.

Esta razón parece haber pesado más que la propias guerras de ocupación en Irak y Afganistán, en el pueblo norteamericano, que parece dar síntomas de ir saliendo de un negro túnel.

El presidente del Imperio, sin embargo, no parece estar afectado y declara en una entrevista a un semanario alemán que su mejor momento como presidente de los Estados Unidos fue "cuando pescó un pez de más de tres kilos", en su estanque privado. Es literal.

AFP 10 May. - La popularidad del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, alcanza el 31 por ciento según una nueva encuesta, la más baja durante su mandato y una de las peores en la historia, informó hoy The New York Times en base a una encuesta.

El sondeo de opinión, efectuado por el Times y la cadena de televisión CBS, colocó a Bush en el tercer lugar entre los peores índices de los últimos 50 años; sólo el republicano Richard M. Nixon (1969-1974) y el demócrata Jimmy Carter (1977-1981) registraron cotas menores.

En cuanto al creciente aumento en los precios de los combustibles, una de las principales preocupaciones de los estadunidenses, Bush obtuvo el apoyo de tan sólo 13 por ciento de las mil 241 personas encuestadas, que dijo aprobar la forma en que el mandatario maneja la situación. El mandatario también registró el peor índice de su presidencia en el manejo de la política exterior, Irak y la economía de Estados Unidos. En cuanto a migración, sólo 25 por ciento de los consultados aprobaron su actuación.

Los resultados se divulgaron a sólo seis meses de las elecciones legislativas de medio período, en la que el Partido Republicano de Bush pretende el control del Congreso ante unos rejuvenecidos demócratas. La encuesta revela una erosión en la confianza en Bush, sobre todo por parte de los sectores más conservadores