miércoles, mayo 10, 2006

Irán felicita a Moscú y Beijing por mantener una posición «realista» en el Consejo

El Gobierno de Irán se felicitó ayer por el fracaso de las negociaciones entre los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad y Alemania sobre la redacción de un proyecto de resolución contra Irán. Teherán atribuyó dicho fracaso a la posición «realista» de Moscú y Beijing, contrarios a aplicar el capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas, que desea EEUU, porque abre la puerta a «medidas de fuerza» contra Irán.

ATENAS

La diplomacia iraní ha demostrado mover sus piezas en el tablero de juego con una audacia y una inteligencia fuera de toda duda tras el envío de una carta a George W.Bush que ha pillado al Gobierno estadounidense con el pie cambiado, al plantear un marco novedoso y establecer un canal de comunicación con EEUU inexistente desde hace 27 años.
Junto al golpe de efecto de la misiva ­EEUU no aportó nada e insistió en planteamientos ya conocidos­, Irán se apuntó otro tanto, esta vez de manera indirecta, por el fracaso de la reunión mantenida en la noche del lunes en Nueva York entre los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad ­las potencias atómicas EEUU, Rusia, China, Gran Bretaña y Estado francés­ y Alemania.

Ali Larijani, jefe de la Agencia Nuclear iraní, atribuyó la falta de acuerdo a la posición «realista» de China y de Rusia, que mostraron sus reservas a la aplicación del capítulo VII de la Carta de la ONU porque abre la puerta a las sanciones y a una posible acción militar.

París y Londres, con el apoyo de EEUU, presentaron un proyecto de resolución que exige con carácter obligatorio a Irán que suspenda sus actividades de enriquecimiento de uranio y sus investigaciones. El texto está redactado en base al capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas.

Larijani acusó a EEUU de crear un rompecabezas en la región y, en un tono más conciliador, dirigiéndose a los países europeos, señaló que deben «jugar un papel constructivo» sin seguir «la política de un país que crea rompecabezas en la región», refiriendose a EEUU.

Respecto a la reunión, el embajador chino en Naciones Unidas, Wang Guanya, solicitó que Gran Bretaña y Estado francés eliminen cualquier tipo de referencia a posibles sanciones sobre el Gobierno de Teherán. Wang Guanya recordó la oposición de su país sobre la redacción de la resolución bajo el capítulo 7 de la Carta de la ONU.

Según el ministro ruso de Exteriores, Sergei Lavrov, citado por la agencia rusa de noticias RIA Novosti, «el asunto de las sanciones no fue tratado de ningún modo durante la reunión. Sólo discutimos sobre la actuación estratégica general de la comunidad internacional respecto al programa nuclear de Irán».

Lavrov declaró asimismo que los ministros coincidieron en que deben reanudarse las negociaciones sobre la cuestión nuclear iraní y en que se deben respetar en todas sus formas las normas contenidas en el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP).

Por su parte, el embajador estadounidense ante la AIEA, Gregory Schulte, indicó en Ginebra que «nuestra posición no es retirar opciones de la mesa (de negociaciones), pero hemos dicho claramente que nuestro objetivo es lograr un arreglo diplomático y con ese fin trabajamos con los países europeos y de todo el mundo».

Schulte sostuvo que «cuando se menciona el capítulo VII, muchos escuchan bombardeos», pero negó que ésa sea la intención de Washington, que más bien busca «que se permitan las sanciones económicas».

Entretanto, la carta enviada a Bush por Ahmadineyad coleaba en Washington. EEUU indicó que no respondería a la misiva, pero la epistola del presidente iraní logró el efecto deseado. Al respecto, Bush habló ayer de la cuestión nuclear iraní, no hizo ninguna mención a la carta, pero indicó en la reunión que mantuvo con jubilados en Florida que «la primera opción, y la más importante, es la diplomacia», y se mostró convencido de que «podemos lograr una solución mediante la diplomacia».


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