Bagdad, 9 de marzo. Irak ejecutó hoy a 13 insurgentes que admitieron su participación en atentados que costaron la vida a "muchos ciudadanos inocentes", mientras la violencia cobró 16 vidas y dejó heridos a 40 iraquíes.
Las autoridades sólo identificaron a uno de los presuntos insurgentes ejecutados como Choukir Farid quien, dijo el gobierno, reconoció que fue reclutado por facciones extranjeras que le encargaron "fomentar actos terroristas desestabilizadores", principalmente en la provincia de Niniveh.
Las primeras ejecuciones tras la caída del régimen de Sadam Hussein en abril de 2003, un kurdo y dos sunitas acusados de pertenecer al grupo islamita Ansar Sunna, vinculado con la red Al Qaeda, tuvieron lugar el 1º de septiembre de 2005.
La aplicación de la pena capital fue suspendida en marzo de 2003 por Paul Bremer, el entonces administrador estadunidense de Irak, pero fue restablecida el 30 de junio de 2004.
La creciente violencia interconfesional cobró la vida de al menos 16 personas en varios atentados perpetrados en diversos puntos del país, el de mayor envergadura en el distrito de Amiriya, en Bagdad, donde murieron seis civiles, entre ellos un niño, y siete resultaron heridos por la explosión de una bomba al paso un convoy del ejército iraquí.
La policía iraquí, por otra parte, mantiene la búsqueda de 33 empleados de una empresa de seguridad local que fueron secuestrados el miércoles de las oficinas de la firma en Bagdad. Los reportes iniciales dieron cuenta de 50 plagiados.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Donald Rumsfeld, reconoció que la violencia sectaria constituye un serio reto para la estabilización, pero rechazó la noción de que ese país se enfile hacia una guerra civil.
Al comparecer ante el Comité de Asignaciones del Senado, Rumsfeld insistió en la necesidad de que continúe adelante un proceso para la formación de un gobierno de unidad nacional.
El movimiento del jefe radical chiíta Moqtada Sadr postergó sin fecha una manifestación en la que se debía reafirmar "la unidad y solidaridad de los iraquíes, sunitas o chiítas", prevista para el sábado en Bagdad, a causa de la "situación de seguridad y los posibles ataques contra los manifestantes".
El gobierno de Irak calificó de injusto el informe que la víspera difundió Estados Unidos sobre la situación de los derechos humanos en el mundo, en el que denunció violaciones en este país.
Oficiales del gobierno iraquí señalaron que el reporte omitió mencionar los maltratos perpetrados en Irak por soldados estadunidenses, tanto a civiles como a prisioneros.
En el ámbito político, el presidente de Irak, Jalaj Talabani, acordó aplazar al 19 de marzo la sesión inaugural del nuevo Parlamento, elegido el 15 de diciembre, en respuesta a un pedido de la gobernante Alianza Unificada Iraquí.
La sesión estaba prevista para el próximo domingo.
viernes, marzo 10, 2006
Ejecutan en Irak a 13 insurgentes que admitieron haber perpetrado atentados
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