miércoles, marzo 29, 2006

Continúan las movilizaciones estudiantiles en EE.UU. contra leyes antinmigrantes

Aunque esta vez fue con lluvia, con un cielo encapotado y con mayor vigilancia policial, nuevamente miles de estudiantes de secundaria y preparatoria se lanzaron a las calles con banderas de sus países, principalmente de México, para pedir la legalización de los casi 12 millones de indocumentados en Estados Unidos.
A pesar de que las escuelas del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD) y de otras ciudades cerraron sus puertas para evitar que los jóvenes salieran, cerca de 11 mil estudiantes de más de 20 planteles marcharon por las calles aledañas a éstos y algunos de ellos llegaron a la escalinata frontal del Ayuntamiento, al igual que el pasado lunes.
Una de las zonas en las que se registró la mayor tensión fue la preparatoria Carson, en donde alrededor de 300 estudiantes protestaron y se enfrentaron con agentes del Departamento del Sheriff. Tres jóvenes fueron arrestados, uno de ellos por ataque a un agente, otro por resistirse a un agente y el tercero por conducta desordenada.
En Van Nuys, cerca de dos mil estudiantes participaron en protestas frente al tribunal de la ciudad para luego marchar en dirección a la autopista 405; en el trayecto algunos de ellos fueron arrestados. En escuelas del sur de la ciudad, como la secundaria Jefferson, los jóvenes también tuvieron encuentros con la policía.
En San Pedro, la policía tuvo que retirar a cerca de 150 estudiantes del acceso al puente Vincent Thomas; algunos recibieron un citatorio por parte del Dep-artamento de Policía de LosÁngeles (LAPD).
De acuerdo con cifras presentadas por el superintendente del LAUSD, Roy Romer, de los 11 mil jóvenes que salieron a las calles, cerca de ocho mil pertenecían a planteles del LAUSD y tres mil a otras escuelas alrededor del condado. Romer informó también que a partir de mañana, los estudiantes que no se presenten a clases serán considerados como ausentes sin autorización y recibirán un citatorio para ellos y sus padres.
“Una cosa es una manifestación espontánea de libertad de expresión, y una muy diferente las ausencias continuas”, dijo Romer durante una conferencia de prensa en el Ayuntamiento de la ciudad ayer por la tarde, convocada porel alcalde Antonio Villaraigosa. “Los padres son los responsables legales de que sus hijos vayan a la escuela”.
El jefe del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD), William Bratton, informó los citatorios para los estudiantes ausentes podrán ser emitidos por los agentes de las fuerzas del orden, y que podrían representar multas de hasta 200 dólares y 20 días de servicio comunitario. Por su parte Lee Baca, sheriff del condado de Los Ángeles, comentó que los adultos que incentiven la participación de los jóvenes en las manifestaciones serán consignados. “Deben entender que cuando hacen que un joven salga de la escuela lo están poniendo en riesgo, y que los responsables son ellos [los adultos]”.
Villaraigosa reiteró que con la manifestación realizada ayer frente al Ayuntamiento los jóvenes ya habían establecido su posición, y que ahora es momento de regresar a debatir el tema a las aulas. “Es importante que los padres entiendan que a partir de hoy aplicaremos un estricto plan para los estudiantes ausentes sin autorización”, señaló.
Tanto el alcalde de Los Ángeles como Baca consideraron que con la aprobación de una alternativa de plan migratorio en el Comité Judicial del Senado el pasado lunes, se logró el objetivo de la marcha del sábado, y que ahora ya no hay más motivos para marchar.

PREPARADOS
Bajo una lluvia a veces intensa, los jóvenes coreaban consignas cubiertos por paraguas o por las mismas banderas empapadas que trataban de ondear frente a la escalinata del Ayuntamiento. Aunque en algún momento se reunieron cerca de 200 estudiantes que se retiraban para dar paso a otro grupo, durante otros momentos los grupos no rebasaban a los 20 alumnos.
Muchos de ellos iban preparados para responder a las preguntas de los medios, que trataban de indagar si los manifestantes estaban suficientemente enterados del contenido de la propuesta LeySensenbrenner.
“Si me está haciendo estas preguntas para ver si sé por qué vine, déjeme decirle que sí sé”, comentó Edwin, estudiante de décimo grado de la preparatoria Belmont, quien se aprestó a decir de memoria el número de la ley HR4437. “Los que nada más vienen a hacer ruido o se meten a la autopista no saben qué están haciendo; nosotros nos reunimos aquí para protestar y al final recogimos la basura que estaba alrededor”.
Mayra, de 16 años, y estudiante de décimo grado, sabe el nombre de Antonio Villaraigosa; no sabe que es el alcalde de la ciudad, pero sí sabe que es un líder latino que los apoya, y que “ayer se veía enojado porque estábamos aquí”. Pero Mayra considera que aunque Villaraigosa y otros líderes estén llamando a los jóvenes a regresar a las aulas, es de mayor utilidad que se sigan manifestando.
“Yo sé que algunos no saben a qué vienen, pero yo vine a luchar por mis papás, por muchos latinos que se esfuerzan. Yo nunca he visto a un gringo en una ‘factoría’ o vendiendo cosas en la calle”, dice, y suelta su carta fuerte: “Nosotros hoy tenemos 16, 17 años; dentro de uno o dos, vamos a tener 18, y vamos a empezar a votar”.
Por cada día que un estudiante falta a la escuela, el LAUSD deja de recibir 28 dólares en fondos federales. Con los ocho mil estudiantes ausentes hoy, esto significa un costo de cercano a los 224 mil dólares. Las marchas del lunes involucraron a 36 mil estudiantes de varios distritos, lo que daría un costo cercano a un millón de dólares.

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