sábado, marzo 04, 2006

EE.UU: El muro, inútil... si México garantiza seguridad



Valle de Bravo, Méx., 3 de marzo. En la 45 Reunión Interparlamentaria México-Estados Unidos, la delegación estadunidense reconoció que la construcción de muros y el endurecimiento de la política migratoria no es la solución al problema que representa el cruce masivo e ilegal de trabajadores extranjeros a su territorio.

Los republicanos John Cornyn y Jim Kolbe, quienes encabezaron la representación estadunidense, abrieron la posibilidad de que la reforma que se discute en estos momentos en el Senado de su país pueda incluir medidas en beneficio de los indocumentados, pero a cambio de mayor seguridad en la franja fronteriza norte y sur, para evitar la entrada de terroristas.

Separar a los dos países con una muralla es algo que va al fracaso, lo que nosotros queremos es saber quiénes entran a nuestro país y por qué, agregaron.

Así respondieron a la demanda de corresponsabilidad en la solución al problema migratorio que por la mañana, al inaugurarse el encuentro, les formuló, en voz de Emilio Chuayffet y Silvia Hernández, la representación mexicana.

De hecho, fue un solo día de discusiones, suficiente para que la representación parlamentaria estadunidense avalara el documento presentado por los mexicanos, en el que se plantean precisamente opciones conjuntas que permitan resolver la situación de los más de 10 millones de trabajadores que laboran en Estados Unidos, a cambio de mayor seguridad, vía "el combate decidido al crimen organizado en la frontera y la revisión crítica de nuestras leyes".

En 11 horas el encuentro entre parlamentarios de Estados Unidos y nuestro país se inauguró y clausuró en el exclusivo hotel Santuario de este municipio. De acuerdo con los senadores y diputados mexicanos, fue "un éxito", ya que lograron ser escuchados y que las propuestas contenidas en el documento "México frente al fenómeno migratorio" se lleve al Capitolio, en momentos en que se decide la nueva legislación en la materia, a partir de diversas iniciativas, entre ellas la conocida como ley Sensenbrenner.

Otro de los acuerdos fue impulsar la Comisión Mixta Parlamentaria, para facilitar el desahogo de la agenda bilateral de manera permanente.

Por la mañana, el presidente del Subcomité de Migración del Comité Judicial del Senado de Estados Unidos, John Cornyn -vicepresidente además de la delegación estadunidense-, dijo que de aprobarse una reforma migratoria integral, que controle el movimiento en la frontera común y dé un marco legal para proteger la seguridad de ambas naciones, ya no requeriría de construir un muro de 2 mil millas.

Ese muro, dijo, además de ser "una señal negativa para nuestros amigos en México", no es una solución práctica.

El senador republicano por Texas, quien tiene en sus manos los trabajos para dictaminar la reforma migratoria conocida como ley Sensenbrenner y las demás iniciativas sobre el tema, planteó a los anfitriones que la construcción del muro no tiene, a su juicio, posibilidades de prosperar. Señaló que de levantarse una muralla ''de 50 pies'' se construirían ''escaleras de 51 pies''.

Al final del encuentro, Cornyn reafirmó esa postura. Lo mismo hizo el representante por Arizona Jim Kolbe. Este último señaló que aunque en su país algunos piensan que es la solución, a él le parece "un error y un exceso".

Ambos recalcaron que es urgente la reforma migratoria integral, que incluya un programa temporal de migrantes, pero al mismo tiempo seguridad para Estados Unidos en sus fronteras.

Después de 20 años de participar en las interparlamentarias, Kolbe se despidió este viernes, ya que se retira de la política. Aclaró que detrás de la ley Sensenbrenner no hay un sentimiento antimigrante o xenofóbico, sino el temor ante la posibilidad de un nuevo atentado, similar al del 11 de septiembre. Los ciudadanos estadunidenses tienen "verdadero pavor" de que algún terrorista se cuele por la frontera con México, dijo.

En entrevista y luego durante el encuentro a puerta cerrada con los legisladores mexicanos, Cornyn dijo que la aprobación de la dura ley Sensenbrenner en la Cámara de Representantes fue "un mensaje" en torno a que la seguridad ''tiene que ser el cimiento sobre el que se construya la reforma migratoria, que un día antes pasó la primera lectura y es posible que el próximo 27 se discuta en el Senado.

Durante la inauguración de la 45 Reunión Interparlamentaria, la senadora Silvia Hernández y el diputado Emilio Chuayffet insistieron en nombre del Congreso mexicano en la corresponsabilidad en la solución del fenómeno migratorio, ya que pese a los más de 60 mil elementos policiacos de ambos países -37 mil de ellos de la Border Patrol- que vigilan la franja fronteriza, diariamente mil trabajadores mexicanos la cruzan.

Copresidente de la delegación mexicana, la senadora Silvia Hernández señaló que no se trata de un asunto unilateral, que compete también a Estados Unidos, ya que ahora puede hablarse de "familias binacionales".

La senadora priísta aludió luego al documento del Congreso de la Unión -acordado además por el gobierno, los partidos políticos y los cinco candidatos a la Presidencia de la República-, en el que México pide la regularización de sus trabajadores y acepta que se requieren compromisos claros ante la seguridad fronteriza, el combate al crimen organizado, la revisión crítica de nuestras leyes y de la relación con los vecinos del sur.

En igual sentido, el presidente de la delegación mexicana, Emilio Chuayffet, aludió a dos figuras emblemáticas -Benito Juárez y Abraham Lincoln-, para expresar que los conflictos en la relación entre los dos países deben resolverse, como lo hizo el benemérito, con la ley en la mano, pero acorde a la realidad.

De Lincoln trajo a colación una de sus frases: ''siempre que puedas, procura convencer a tus vecinos de llegar a un acuerdo''. Antes la presidenta de la Cámara de Diputados, la perredista Marcela González Salas, recordó los principios básicos de la política exterior mexicana, entre ellos la autodeterminación de los pueblos, la solución pacífica de los conflictos y la búsqueda de la paz.

Pasaron luego a los trabajos y ahí fue más clara la postura estadunidense. Kolbe se manifestó en contra de los sectores más radicales de su país, los que plantean que primero se selle la frontera y después se vea la regularización de los ilegales. ''Es como decir que no vamos a tratar a los drogadictos hasta que se trate el problema del narcotráfico".

Fue ahí cuando aludió a lo poco práctico de las medidas policiacas implantadas hasta ahora. El número de integrantes de la Patrulla Fronteriza se incrementó en 400 por ciento, hay más vehículos, barreras, detectores electrónicos, pero los indocumentados siguen cruzando la frontera, aunque les cueste la vida, ya que pasan por sitios de gran riesgo, como el desierto en Arizona.

Muchos se oponen a la amnistía, agregó, pero ¿qué vamos a hacer con esos 10 o 12 millones de ilegales, de los que el 50 por ciento son mexicanos?".

Los representantes republicanos David Drier y Don Manzullo aludieron a la liga indisoluble entre migración y seguridad, y pidieron datos sobre las medidas para evitar que se filtren por la frontera sur mexicana delincuentes e incluso terroristas.

El diputado del PAN Rodrigo Iván Cortés pormenorizó las acciones del gobierno mexicano en ese sentido, que incluyen la puesta en marcha de un Protocolo de Alerta y Respuesta Temprana para Amenazas Terroristas, de manera conjunta con Belice y Guatemala, así como otras acciones encaminadas a combatir la trata de personas y bandas como la Mara Salvatrucha.

Al final, el panista estaba muy contento. Dijo que la respuesta de los estadunidenses significa que ''el muro cayó antes de construirse''. Más mesurados, el diputado del PRI Carlos Jiménez Macías, y los senadores Silvia Hernández -también del tricolor- y Raymundo Cárdenas -del PRD- coincidieron en que es un avance importante que sus puntos de vista sobre la solución al fenómeno migratorio sean tomados en cuenta, justo cuando está por aprobarse en Washington la nueva ley en la materia.

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