Un llamado a Estados Unidos (EEUU) a integrar una alianza binacional que luche de manera eficaz contra el flagelo del narcotráfico fue realizado este martes por el presidente electo de Bolivia, Evo Morales.
«Quiero convocar al gobierno de Estados Unidos a un pacto, a una alianza de lucha efectiva contra el narcotráfico», expresó el flamante mandatario en su primera rueda de prensa ofrecida en la capital boliviana, tras las elecciones del pasado domingo.
Advirtió que la producción de drogas (cocaína) a partir de la hoja de coca «no es la cultura de los bolivianos, nos la han importado, y hay que acabar con eso», y recordó que el consumo de esta planta en forma de infusión -que no tiene efectos alucinógenos- es una tradición milenaria de los indígenas andinos.
Por ello, «no puede haber, so pretexto de la lucha contra el narcotráfico, un plan nacional que contemple cero coca y cero cocaleros», respondió Morales, a la pregunta de qué sucederá ahora en la zona del Chapare, eje de la producción de la hoja de coca en Bolivia.
Tras anotar que la interrogante lleva otras pretensiones, estableció las diferencias entre los cocaleros y los narcotraficantes: «Siempre que hablan de la hoja de coca están hablando indirectamente del narcotráfico. La coca no es cocaína, por tanto el productor de hoja de coca no es narcotraficante ni el consumidor es narcodependiente. No es posible que la coca sea despenalizada para la Coca-Cola y penalizada para la región andina».
Sostuvo que en Bolivia «no hay que hablar de legalizar o despenalizar la hoja de coca, porque es legal» y echó mano de la historia para hablar de los malos referentes que hace décadas le atribuyeron a la hoja de coca (la altura de La Paz hace que al visitante se le ofrezca té de coca para nivelar la presión sanguínea).
Estrategia de descrédito
Las acusaciones de narcotraficante contra Evo Morales y su Movimiento Al Socialismo (MAS), por defender la producción de coca en Bolivia, han sido aupadas pública y notoriamente por Estados Unidos.
En sus declaraciones este martes, el líder indígena consideró que estas acusaciones y la insistencia de Washington en desacreditar la lucha antidroga de los países latinoamericanos obedecen a una estrategia para controlar militarmente la región.
«La lucha de Estados Unidos contra el narcotráfico no puede ser una excusa con intereses geopolíticos, no puede ser excusa para asentar bases militares en Latinoamérica. Hagamos el combate, pero sin intervención militar ni policial», pidió.
Morales se refirió al hecho de que en Chapare hay cuantiosa presencia de uniformados estadounidenses, los cuales «están dirigiendo a los efectivos de la Fuerza Armada y de la Policía Nacional» bolivianas.
Asimismo, lamentó que la Organización Mundial de la Salud (OMS) «con malas investigaciones» realizadas entre 1949 y 1952, afirmara que la hoja de coca hacía daño a la salud humana.
«Por eso en 1961 fue incluida en la lista de venenos de las Organización de Naciones Unidas (ONU)», recordó Morales, quien se hará cargo de la presidencia de Bolivia el próximo 22 de enero.
Refirió un encuentro que sostuvo en 2003 en la ciudad boliviana de Santa Cruz con el secretario general de la ONU, Kofi Annan, a quien dijo haber llevado una queja: «No es posible que la hoja de coca siga sometida a arresto domiciliario».
Dijo que solicitó a Annan la realización de una convención nacional en Bolivia para tratar el tema. «No podemos seguir penalizando a una hoja de coca que no es dañina a la salud. Las últimas investigaciones revelan que es benéfica», enfatizó Morales.
Tras recordar que el MAS «ha sido parido por la hoja de la coca«, Morales subrayó la lucha que emprenderá el país andino: «No es para decir que haya la llamada despenalización en el libre cultivo de la hoja de coca, sino para que sea retirada de la lista de venenos de la ONU».
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