Washington, 21 dic (EFE).- La llegada al poder en Bolivia de Evo Morales debe servir para que EEUU haga una profunda reflexión de su política en América Latina y decida si adopta una actitud pragmática o se deja llevar por prejuicios políticos.
Estas fueron algunas de las conclusiones adoptadas hoy por un grupo de expertos
de varios centros de estudios y grupos de presión sobre Latinoamérica, en un
análisis sobre los resultados electorales en Bolivia, celebrado en
Washington.
Hasta el momento, el Gobierno estadounidense se ha limitado a
asegurar que colaborará con el líder indio cocalero Morales y ha indicado que la
relación entre ambos países dependerá de las medidas que adopte el nuevo
Gobierno boliviano.
Morales, cabeza del Movimiento Al Socialismo (MAS),
obtuvo la mayoría absoluta en las elecciones del pasado domingo con un programa
que contempla la nacionalización de los hidrocarburos y la lucha contra el
narcotráfico, al tiempo que permite el cultivo tradicional de la hoja de
coca.
En Estados Unidos, muchos legisladores contemplan con recelo esa
victoria y temen una alineación de Bolivia con lo que consideran un eje político
entre el régimen cubano de Fidel Castro y el venezolano de Hugo Chávez, a
quienes Morales considera "compañeros y hermanos".
Los expertos, que quitaron
hierro a lo que en Washington se teme que pueda ser el "extremismo" de Morales,
hicieron hincapié en que el presidente electo "no es un líder subversivo", en
palabras de Kathryn Ledebur, de la Red de Información Andina.
Ledebur recordó
que el nuevo mandatario llega con el respaldo de una amplia coalición que
representa muchos puntos de vista.
Morales, apuntó también Jeff Vogt, de la
Oficina de Washington para América Latina, cuenta con el mayor respaldo que ha
obtenido un jefe de Estado boliviano en los últimos veinte años, no sólo entre
los indígenas y los más desposeídos sino también la clase media.
Ahora, el
vencedor de las elecciones tiene ante sí el reto de nombrar un Gobierno estable
negociado con los grupos que le apoyaron, en lo que puede representar, según
Ledebur, "una oportunidad para la reforma pero también para el
conflicto".
Los expertos descartaron una alianza con Venezuela y Cuba que
vaya a representar un "eje del mal" en América Latina; en cambio, consideraron
que la victoria de Morales impulsará una mayor cooperación económica y social en
la región.
Según Vogt, Bolivia seguramente fortalecerá sus lazos con Brasil,
en especial en lo que respecta al sector de los hidrocarburos, y se aproximará a
Argentina y Chile, donde la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, en
enero, tiene como favorita a la socialista Michelle Bachelet.
Estados Unidos
deberá tener buen cuidado de no empujar a Morales al radicalismo y permitir que
se mantenga en una postura centrista, opinaron los expertos.
Según Adam
Isacson, del Centro para Política Internacional (CIP), Morales es el resultado
de la política estadounidense en América Latina, que en los últimos veinte años
ha favorecido una solución militar a problemas de la región como la lucha contra
el narcotráfico.
Bolivia, recordó Isacson, ha sido el tercer país receptor de
ayuda militar de EEUU en América Latina -obtuvo 393 millones de dólares a lo
largo de nueve años, por detrás sólo de Colombia y Perú- y uno de los primeros
en todo el mundo, por delante de países como México.
Entre 2001 y 2004 EEUU
adiestró a 5.689 miembros de las fuerzas de seguridad bolivianas, incluidos 300
en la Escuela de las Américas, y el año pasado Bolivia fue el quinto en el mundo
en cuanto a militares adiestrados por EEUU, por detrás de Irak, Afganistán y
Colombia.
La ayuda estadounidense se destina sobre todo a unidades
especializadas a la lucha contra la droga, que han encarado "numerosas denuncias
de comportamiento abusivo contra la población en las zonas donde operan, y este
comportamiento casi nunca se ha castigado", denunció Isacson.
A resultas de
ello, "la ira popular contra el Gobierno boliviano y el de EEUU ha aumentado de
manera tremenda", explicó el experto.
Según Adamson, "si no fuera por la
actitud militarizada del Gobierno de EEUU a Bolivia, jamás hubiera sentido que
nadie usara un movimiento de cocaleros como vía para alcanzar el
poder".
Morales, insistió, "es el producto natural y predecible de veinte
años de una política militarizada y fracasada de EEUU en los Andes".
EEUU,
declaró Isacson, "ayudó a crear a Morales. Y ahora Estados Unidos tiene que
colaborar con él".
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